Esa época relatando para Radio Lircay de Talca, tenía para mi una connotación muy especial.
En mi infancia y adolescencia había admirado a un narrador deportivo excepcional, fallecido hace ya muchos años y que fue mi espejo al iniciarme en estas actividades. León Gajardo, sino el mejor absoluto, fue sin duda uno de los más notables relatores deportivos radiales chilenos.
Hijo del juez Samuel Gajardo, León vio truncada su brillante carrera en el dial santiaguino, cuando en extrañas circunstancias lo envolvió un suceso judicial-policial para espanto de su distinguido padre y sorpresa de sus hinchas.
Tras ello, Gajardo se "desterró" voluntariamente en Talca. Primero siguió con su voz culta y su decir entretenido los partidos de Rangers por Radio Lircay y luego por Radio Portales de la ciudad sureña.
Así fue como en 1961 me convertí de "golpe y porrazo" en competencia de mi ídolo de infancia.
Tres radios talquinas transmitían los partidos de Rangers como local, pero solamente dos lo seguían por todas las canchas del fútbol profesional, Lircay y Portales.
Los dos años anteriores, mientras León transmitía por Lircay, ya me había correspondido tratar de hacerle el peso por Portales del sur, pero sin la menor vinculación con esa emisora. Sucedía que Portales de Talca había contratado los servicios de Radio Prat de Santiago para que le cubriera los partidos ranguerinos y en esas condiciones, algunas veces, me tocaba a mi hacerlo, teniendo como comentarista generalmente a mi amigo Juan Facuse, entonces estudiante de derecho y hoy notario de la comuna de Macul.
En 1961 cambió el panorama. León Gajardo fue contratado por Portales de Talca y a mi me integró Radio Lircay. En esas condiciones nos topábamos cada domingo con mi admirado " enemigo radial" e incluso cuando viajábamos a regiones para seguir a los rojinegros por las diversas canchas de Chile, confraternizábamos en los largos desplazamientos, como por ejemplo en el viaje de Santiago a Valparaíso o Viña del Mar en el tren ya desaparecido que salía a las 7. 45 horas desde la Estación Mapocho.
Pero la amistad generada entre León y quién escribe, sufría un paréntesis durante el partido, porque en ese lapso yo trataba en el relato que el público escuchara la Lircay y no la Portales y León, por cierto, que pasara lo contrario.
Lo más sorprendente es, sin embargo, otra historia. En 1961 yo trabajaba como locutor y animador de Radio Portales de Santiago, la emisora madre de su filial talquina, pero los fines de semana le hacía la guerra a Portales de Talca al través de Radio Lircay. Mi contrato de exclusividad con Portales era en calidad de locutor y no de periodista deportivo.
El asunto se tornó conflictivo. El gerente de Portales de Talca, Abraham Hasbun, solicitó al gerente de Portales de Santiago, Raúl Tarud, que se me conminara a dejar Radio Lircay o que en caso contrario se me despidiera.
Afortunadamente Raúl me apoyó y el asunto no pasó a mayores. Seguí trabajando de lunes a viernes como locutor y animador en Portales de Santiago, aun cuando en fin de semana lo hiciera en Lircay, en competencia con Portales... de Talca.
Como lo expresé en varios post a lo largo de este casi un año de mi blog, también la situación descrita, hoy sería imposible.