Arturo Vidal y Claudio Bravo
El DT de la selección chilena de fútbol, el colombiano Reinaldo Rueda, citó juntos después de largo tiempo para jugar en encuentros amistosos pre eliminatorias Qatar 2022, a los experimentados Claudio Bravo y Arturo Vidal. El lugar para que viejas rencillas quedaran superadas entre ambos, fue Alicante, la bella ciudad española, donde Colombia y Chile empataron sin goles.
Los hinchas en su mayoría, abogaban para que de una vez las relaciones entre dos de los principales eslabones de la campaña internacional de nuestros balompié en la última década, fumaran por fin la pipa de la paz, por muy mal que haga el consumo de tabaco.
La historia de rencillas entre ellos se inició luego de la pérdida de opción de Chile para ir al Mundial de Rusia, instancia en que la esposa de Bravo lanzó fuertes dardos contra Vidal y su grupo, culpando por los medios al actual mediocampista de Barcelona de indisciplina, a su juicio responsable de quedarnos a la vera del camino mundialista. Por lo demás no habría sido primera vez en que Arturo Vidal se olvidara de su condición de deportista "ejemplar". La frase es nuestra y no de la mujer de Bravo.
La llamada "camarilla" de Vidal hizo causa común con su líder, considerando inadmisible que un extraño ( en este caso una extraña) ventilara situaciones internas "de camarín".
Pero Claudio Bravo también traía sus propios pecadillos. El más impresentable fue cuando Rueda se hizo cargo del grupo y citó a Bravo a una mini-gira a Europa, de dos partidos frente a Suecia y Dinamarca, a lo que este se negara porque el futbolista se había autoplanificado un descanso. Con figuras de nuestro fútbol así de autosuficientes y rebeldes, no debería habernos sorprendido no ir al Mundial. Son actitudes para muchos entrenadores irreversibles en cuanto a que no se les convoca más al equipo de todos. Pero habiendo un claro déficit de estrellas de primerísimo nivel entre los nuestros, solemos hacer la vista gorda.
No faltan los que agradecen hoy la supuesta buena intención de Bravo y Vidal, sin pensar que con "ponerse en la buena" apenas reparan sus males anteriores. Si es que hubieran conversado al menos entre ellos, situación que parece no ser tal. Testigos dicen que ni se miran. Pero ya está. Volvamos al partido de este atardecer en tierras comunitarias valencianas en la costa mediterránea. Alicante tiene más de 330.000 habitantes y fue fundada 324 años antes de Cristo. Sus moradores de hace tantos siglos no podían saber de Vidal ni de Bravo.
Algo, un poco, de novedades tuvo la selección nacional hoy. Consolidados como titulares Pablo Díaz y Erick Pulgar, incorporado Pinares de gran presente en nuestra Universidad Católica y entrando Vegas por el lesionado Medel tras un entrevero en el primer tiempo que sacó del partido al pitbull. Además, Rueda colocó a Alexis Sánchez como clásico delantero centro y sacó del olvido tras años en el fútbol español a Fabián Orellana. A eso del cuarto de hora del segundo tiempo, Alexis pasó a la punta izquierda, incorporándose a la cancha por el centro del ataque de Chile Diego Rubio, que juega en Estados Unidos. También vió acción Baeza, luego muy poco tiempo Mora y faltando un minuto entró a la cancha Pavez. Es incomprensible la manía de Rueda de hacer cambios absolutamente inconducentes, a minutos del final en amistosos.
Fue un partido pobre, con pocas llegadas, mostrando ambos equipos que aún están lejos de su puesta a punto para el comienzo de las eliminatorias mundialistas en marzo de 2020.
A comienzos del segundo tiempo un claro penal contra Juan Guillermo Cuadrado, reclamado airadamente por Colombia, no fue visto por el árbitro Jason Barceló, de Gibraltar.
Hubo futbolistas de la roja absolutamente desorbitados en su falta de templanza. Vidal, Díaz, Rubio, Isla, se ofuscaron y generaron conatos de agresión, felizmente frustrados porque sus rivales se acordaron que era solo un amistoso y que no daba para tanto.
En suma, otro apronte internacional para los nuestros, que sigue dejando más dudas que certezas. Para colmo seguimos alejados de la red rival.