Estado en que quedó el coche de Javier Muñoz, tras su muerte provocada por un conductor ebrio
Javier Muñoz fue un destacado narrador deportivo del CDF, Canal del Fútbol, en Chile. Muy joven dejó este mundo, hace más de un año, en circunstancias que paso a describir brevemente para conocimiento de mis lectores del extranjero.
De regreso del cercano puerto de Valparaíso donde había relatado un cotejo deportivo y a pocas cuadras de su domicilio en la ciudad de San Felipe, la fatalidad y la irresponsabilidad de un conductor ebrio cegaron su vida. A tan poca distancia esperaban en vano a Javier, su esposa y sus tres hijitas.
El vehículo del individuo de marras embistió violentamente el coche manejado por Muñoz, provocando además su volcamiento, con las desgraciadas consecuencias ya descritas.
Su victimario terminó siendo condenado a cinco años de presidio. En verdad, aquello de que terminó condenado es falso, puesto que en un nuevo fallo asombroso, ahora resulta que el tipo saldrá en libertad en los próximos días, quedando solamente con "libertad vigilada intensiva"(¿?)
Los chilenos están indignados. Da para creer que manejar ebrio es para la justicia más bien atenuante que agravante. Hace un tiempo y debido a la muerte de una niña embestida por otro chofer ebrio en su máquina, mientras ella viajaba en el auto de sus padres, se activó una acción parlamentaria que es conocida como la "ley Emilia" nombre de la pequeña malograda. Esa ley consiste en aumentar las penas para quienes en estado inconveniente conduzcan y choquen, con resultado de muerte de pequeños.
Por mucho que en este caso se trata de una colisión que no afectó a niños, resulta desalentador y grotesco para los familiares de Javier Muñoz y para millones de chilenos, que su deudo querido esté en el cementerio y su irresponsable victimario regrese tan luego a la calle y a su hogar, como si nada hubiera pasado.