En Santiago se inauguró hace unos meses un siestario.
Está situado en el centro de nuestra ciudad-capital y al decir de su dueña a la prensa, los visitantes en promedio son ya 400 personas, entre 23 y 70 años, la mayoría varones.
El servicio incluye masajes de una especialista, realizados en cabeza, cara y hombros, durante 5 minutos previos a la siesta. Al despertar usted puede tomar té o una fruta.
Los clientes, al tenor del reportaje, son ejecutivos bancarios, gerentes y directores de instituciones y empresas, además de jóvenes que hace poco ingresaron a trabajar en una de las tantas oficinas del sector.
La media hora de siesta vale 5 mil pesos, equivalentes a un poco menos que 10 dólares.
Dado que mis amables lectores llegan a esta página desde diversas naciones, agradecería me comentaran si existen emprendimientos similares en sus países.
Mi primera impresión es que se trata de una opción bastante cara y que la alternativa sigue siendo pegarse una cabeceada en la plaza...o en el mismo lugar de trabajo.