viernes, septiembre 21, 2018

Cuando Madonna vino a Chile

Ya van casi 10 años desde que Madonna visitó mi país.Fue como si hubiéramos tenido un terremoto o un sunami, "españolización" aceptada por la rae. Muy pocos quedaron indiferentes, porque su llegada generó desde admiración incondicional hasta rechazo del tipo ¿de donde sacaron que su supuesto arte da para tanto? Entonces publiqué lo siguiente:


JUEVES, DICIEMBRE 11, 2008


Todo sea por Madonna


Madonna en Chile... la locura se desata.

No me siento identificado, no me da frío ni calor, pero reconozco el derecho de cada cual a sentir como le plazca o le nazca.

Multitudes frenéticas... mujeres y hombres como encandilados.
¡Están en su derecho!
¿Están en su derecho, caso por caso?...

Un señor joven, culto por apariencia y vocabulario, dice en la tele que vino de Punta Arenas, en la zona austral de nuestro país, para cumplir con su sueño de ver en vivo a la diva.
Agrega que solicitó permiso en su trabajo y se lo negaron.
Revela que ante ese obstáculo, renunció sin más en su empresa. Pero vino igual.
Renunció pese a la crisis mundial. Renunció, pese a las penas del infierno que se anuncian en todo el mundo para 2009. ¡Renunció por ver a Madonna!
Renunció pese al peligro de recesión.
Desconozco si tras él hay una familia.
Uno piensa, ¿es un valiente capaz de todo por su admiración a la estrella?
¿ o es un irresponsable?

Mientras Madonna llega y se va de los diversos países, esas pequeñas historias con desenlaces aún inciertos, se tejen entre las multitudes.

Nota:
La estrella vive hoy en Lisboa, pero el eco de su venida a Chile, es revivido en el post escrito hace casi una década .

viernes, septiembre 07, 2018

Carlos Robles: La inolvidable anécdota del gran árbitro

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Carlos Robles, siempre al lado de la jugada.

Con la reciente muerte de Carlos Robles a sus 92 años, desaparece el que fue para muchos el mejor árbitro chileno de fútbol de todos los tiempos. Me incluyo, como observador deportivo desde la lejana época de los años 4o del pasado siglo. 

Cierta vez el talentoso juez había asegurado en referencia a su tan intranquila actividad, que  en ella "si no corres durante el partido, te tocará correr una vez que este haya terminado".

Lo decía en propiedad, porque el gran mérito de Robles fue estar siempre al lado de cada jugada, merced a una excepcional condición física, de modo que no tenían sustento mayores reclamos.

Para las actuales generaciones la aseveración que lo cataloga como el mejor árbitro chileno de siempre puede parecer una defensa "corporativa" de la vieja época, pero no. Es una convicción basada en el factor comparativo con el paso de las décadas.

En las horas del adiós a "don" Carlos no olvido la Copa América de 1958, llamada entonces Campeonato Sudamericano de Fútbol, que se jugó en el Monumental de River en Buenos Aires. 

Robles tuvo un comportamiento notable como árbitro en ese torneo, al punto que dirigió la final soñada, Argentina-Brasil, que terminó empatada, lo que significó el título para los trasandinos. Sin embargo su sangre fría y templanza para usar el pito, no era tal en otras situaciones.

Durante aquel certamen en suelo argentino, en el marco de mi hasta entonces corto andar en jornadas comunicacionales, me correspondía hacer la locución comercial desde el estadio, para Radio Prat, conocida en Chile como "la emisora de todos los hogares, CB 97".  Pero no era todo. Al terminar cada cotejo de la selección nacional, me tocaba entrevistar a nuestros futbolistas desde su vestuario. Para ello yo debía abandonar la caseta de transmisiones con la debida anticipación, unos 15 minutos antes del pitazo final y desde los camarines vacíos seguir la vocería comercial  hasta que los jugadores volvieran de la cancha.

La noche del partido Brasil-Chile, ganada por la verdeamarela por goleada, al entrar al vestuario compatriota me encontré con un señor que estaba usando mis fonos instalados allí desde mucho antes. Él estaba escuchando el relato para Radio Prat de Nicanor Molinare y los comentarios de Víctor Abt, dos connotadas voces de esos tiempos. "Es que me pongo tan nervioso, Esteban, cuando juega Chile", me explicó "que prefiero oír el partido en vez de mirarlo".
Era el mismísimo Carlos Robles. 

Lo más llamativo es que en tiempos de mucha incomunicación internacional, recién supimos al día siguiente que por problemas "de la línea"(en ese entonces  por supuesto  aún no existían los satélites  actuales), la transmisión de Radio Prat para Chile nunca llegó a su destino, de modo que el mejor árbitro chileno de la historia que ahora descansa en paz...fue esa vez nuestro único y exclusivo auditor.