La gira a Europa de la selección chilena de fútbol que preparaba Fernando Riera para el Mundial en casa en 1962, no tuvo, lógicamente, la resonancia que habría tenido en nuestros días. Ello se debía a la falta de cobertura periodistica en el estilo actual, con radios, canales de TV y diarios insertos en esos viajes. En Radio Prat recurrimos para informar debidamente, a un sistema que ahora parece primario, pero que en su momento era eficiente. El de los teletipos.
No todos los medios podían darse el lujo de contar en sus instalaciones con tal avance, de modo que conseguimos albergue para el efecto en el diario El Mercurio, en su vieja casona de calle Compañía.
Y con micrófono abierto para interrumpir cualquier disco o lo que fuera, me correspondió seguir al minuto el partido de nuestro equipo en la ciudad alemana de Stuttgart, ante la poderosa selección germana.
En días previos, compañeros de trabajo habían hecho lo mismo para Radio Prat en otros encuentros de esa gira, como por ejemplo el desastroso debut en París en que Francia nos goleó 6 a 0.
Creo que nunca antes ni nunca después viví un partido internacional de un modo tan singular. Primero me correspondió informar, claro, de la formación de los equipos, cantidad de público en el estadio y detalles similares.
No había entonces en el cable de teletipos, la información amplia que permite seguir un cotejo deportivo como hoy "on line", jugada por jugada.
Tan solo había que remitirse a lo básico, que era movimiento del marcador, término del primer tiempo y término del partido.
Al final, tras algunos minutos, las agencias internacionales de noticias harían un recuento más completo, que incluía comentarios.
Por ahí cerca de los 30 minutos de iniciado el match, la máquina que entre tanto refería una enorme cantidad de otras noticias desde todo el mundo, provocó nuestra expectación al anunciar STUTTGART, URGENTE.
Verlo y salir al aire de inmediato fue un solo acto. Debe haber sido el gol más lento de la historia, porque cobraba fuerza a medida que se generaban las letras en el teletipo. Era, más o menos, así: " A los...29 minu...tos...del pri... mer tiem...po, el delan...tero...de la...selección chi...le...na de fút...bol, Juan Soto,...abre... el marca...dor. Ale..mania 0, Chi...le 1."
Por cierto los puntos suspensivos reemplazan la demora que parecía eterna, con que la máquina muy precaria dada la época, parecía atormentar nuestra ansiedad entre letra y letra, palabra y palabra.
Juan Soto, jugador de Colo Colo, apodado "El niño gol" daba, de ese modo, satisfacción al anhelo de victoria, aunque parcial, de millones de hinchas chilenos... pese a que a la larga el encuentro terminó con triunfo alemán por 2 a 1.
Sin embargo, era parte del extenso camino preparatorio para el Mundial del 62, en que terminamos terceros, aunque por esas "cosas del fútbol", como se suele decir, en la nómina de convocados definitivamente por Riera no figurara, entre otros que hicieron la campaña, el niño gol.
Los llamados, en definitiva, como centro delanteros, fueron Honorino Landa y Carlos Campos.