CLAUDIO BRAVO
"Metiche" es una palabra utilizada en Chile, para referirse a quienes se inmiscuyen en problemas ajenos, sin mayor autoridad para ello.
Una reciente situación hizo caer a la esposa del capitán y arquero de la selección chilena de fútbol y jugador del Barcelona de España en condición indesmentible de "metiche".
Hace unos años, a raíz de un supuesto problema que habría tenido el capitán del equipo de uno de los tres clubes más importantes del país, Universidad de Chile, el "Pepe" Rojas, su esposa apareció en los medios de prensa reclamando contra el entonces presidente de la institución, en términos descalificatorios y ofensivos.
Esta vez la historia se repitió aunque de manera algo más elegante en el decir.
Debido a que el técnico de Barcelona, Luis Enrique, optó en la temporada pasada por colocar como portero titular en la Liga al chileno Claudio Bravo y en las competiciones internacionales y Copa del Rey al alemán Marc Andre Ter Stegen ( se supone que se mantendrá esa situación en la temporada 2015-2016), la esposa de Bravo cayó en la misma terminología, la de "metiche".
Consultada por un diario chileno acerca de qué opinaba de la rotación a que se debe someter su marido, dijo que esperaba que en adelante el entrenador fuera"más consecuente" y lo haga jugar de titular siempre.
Como estamos en pleno siglo XXl, los dichos de "la doña" rebotaron en España y fueron reproducidos en la prensa de ese país, a lo que el afectado, el portero alemán, montó en cólera y se sintió atacado por la mujer de su colega.
En suma, tanto en el caso de la esposa del "Pepe" Rojas antes, como en el de la señora de Claudio Bravo esta vez, habría que recurrir a otra frase en boga en mi país, que desacredita las "colaboraciones" desatinadas:"Mejor no me ayude compadre".
Por lo demás, el DT de Barcelona está en su derecho de decidir con justicia o equivocadamente a quién poner de guardavalla, lo que en ningún caso da motivo para tratarlo de inconsecuente.
Menos todavía de parte de la mujer de uno de los futbolistas, el cual disciplinadamente acata las resoluciones de su jefe sin chistar, por mucho que deba tener ganas de jugar siempre.