El puerto de Coquimbo en el norte chileno fue el escenario.
Los jugadores del medio local, más Carlos Muñoz que actúa en el fútbol árabe y Miiko Albornóz, hijo de chileno y de finlandesa, que juega en el balompié sueco, su país de nacimiento, buscaban ante la atenta mirada del técnico Jorge Sampaoli alguna opción de asistir como protagonistas al Mundial 2014.
Los restantes amistosos previos a la justa a efectuarse en Brasil a mediados de año, estarán a cargo de la constelación de estrellas internacionales que el fútbol chileno tiene en la actualidad como nunca antes en cantidad, o sea los Vidal, los Alexis, los Vargas.
De modo que los que vistieron la roja en la noche coquimbana, se la podrían jugar toda en busca de completar la nómina mundialera.
En ese marco y ante una selección "tica" que tampoco contaba con sus principales figuras, las cosas no empezaron bien para los nuestros, pues tras sendas vacilaciones defensivas, Costa Rica pudo haber inaugurado el marcador tempranamente, ocasiones frustradas por el arquero Johnny Herrera primero y por la impericia ofensiva centroamericana poco después.
Hasta que "el hijo pródigo" Miiki, venido desde el frío nórdico desechando opciones en la propia selección sueca, con una esforzada y vistosa definición de izquierda abríó el marcador.
El resto del primer tiempo fue pobre, Chile no se armaba y Costa Rica oponía escasa resistencia. El público se impacientaba y tenía razón. Era la selección nacional, independiente de quienes estaban esta vez en cancha.
Las pifias del "respetable" tenían asidero. Yo recordaba en esos momentos las infortunadas declaraciones del DT de Colo Colo, quién tras un amistoso a mitad de semana pasada televisado para todo Chile, se permitió tras haber perdido su equipo ante Unión Española por 5 goles contra 1, decir que el resultado no le importaba pues era solamente una práctica, palabras inaceptables para quienes pagaron la entrada para ver "la práctica".
Pero en el segundo tiempo, Chile cambió de actitud, se apoderó del terreno de juego con fuerza y técnica, apabullando a Costa Rica y convirtiendo tres goles más, dos logrados por otro debutante en el llamado equipo de todos, Pablo Hernández, figura fundamental en el actual campeón chileno, O'Higgins de Rancagua y el cuarto tanto rubricado por el militante en el fútbol del medio oriente, el multifuncional Carlos Muñoz.
Fue una jornada grata en su todo, que terminó entre vítores y optimismo.
La convocatoria cumplió su objetivo.