Durante muchos años los equipos chilenos en contiendas internacionales, dominaban los partidos, se creaban innumerables ocasiones de gol y al final perdían, por impericia para definir y por errores defensivos.
Esta vez en Maracaibo pasó lo contrario. Los locales gastaron sus energías en un inútil intento por imponer su condición de dueños de casa desde un comienzo, pero terminó ganando Colo Colo por un 3-1 muy engañoso.
Engañoso porque durante el primer tiempo el equipo chileno casi no llegó a la portería rival.
Engañoso porque después del golazo de Gonzalo Fierro (en la foto), a los 3 minutos del segundo tiempo, Unión Maracaibo seguía haciendo creer que en cualquier momento iba a empatar.
Engañoso porque tras aumentar Biscaizacú en un contra golpe, sorpresivamente en otros contra ataques, Colo Colo pese a sus imperfecciones pudo haber quedado arriba por varios goles de diferencia, luego que Lancken marcara en su propio arco y Fierro como el propio "grillito " Biscaizacú perdieran sendas conquistas solos frente al arco.
Y cuando parecía goleada contra los anfitriones, una falla defensiva chilena permitió el cabezazo de Díaz y el descuento sobre la hora.
En suma, el fútbol chileno logró su segunda victoria consecutiva en la Libertadores tras el éxito de Católica en Lima, con un Colo Colo que en los primeros 45 minutos no podía hacer dos pases seguidos y que en largos pasajes no solo entregó la iniciativa, sino que fue bombardeado literalmente por atacantes venezolanos de pésima puntería.
Pero el objetivo se logró. Nada se saca con jugar bonito si no se gana. Todo se saca con resistir y saber definir.
El ambiente para el entrenador chileno de Maracaibo, Jorge Pellicer, no es el mejor, pero el técnico no es culpable como los delanteros de su club, de no saber convertir en innumerables oportunidades y de fallar defensivamente en errores individuales de principiante.
Ante Atlas en Méjico Colo Colo había perdido contundentemente 3-0.
Frente a Maracaibo hace pocos minutos, parecía un destino similar durante un primer tiempo muy deslavado de los nuestros y hasta el gol de Fierro al comienzo de la segunda etapa.
Pero vale la estadística. Colo Colo ganó por dos goles de diferencia y pese a sus claras falencias antes del tanto local, luego parecía que iba a terminar arriba cuatro o cinco a cero.
¡Menos mal que la despreocupación defensiva chilena vino casi con el pitazo final!