miércoles, julio 26, 2006

Cobreloa

A fines de la década de los 70, los Jefes de Deportes de los únicos canales de televisión de la época, fuimos invitados a conocer lo que se estaba haciendo en Chuquicamata y en Calama, para llevar entretenimiento y crear pasión entre los entonces 13 mil trabajadores del cobre en esa zona. Nacía Cobreloa... de la nada. Y los 13 mil mineros aportaban a la nueva ilusión con un riguroso descuento mensual por planilla. La Compañía entregaba otro tanto. De modo que, en la práctica, Cobreloa iniciaba su vida con el equivalente de 26 mil socios al día, cifra que por cierto ningún otro club chileno podía ostentar. Y en el marco de un amistoso del en ese minuto benjamín de la Segunda División frente a Colo Colo, Pedro Carcuro de TVN; Sergio Brodfeld de UCV; Julio Martínez de Canal 13 y quién escribe, del entonces Canal 9 de la Universidad de Chile, vimos admirados la forma moderna, esforzada y concreta con que los dirigentes iniciales de la institución nortina mostraban su "chiche" deportivo. Ese mismo año, con Andrés Prieto como DT, Cobreloa llegó a Primera División. Lo demás es historia. Historia de éxitos, títulos nacionales y de dos veces protagonista de finales en Copa Libertadores. Hubo tiempos difíciles, como cuando Peter Dragicevic, en su calidad de Presidente de Colo Colo, logró neutralizar el aporte de CODELCO a la entidad nortina. aduciendo competencia desleal, o cuando una Ley de la República impedía la continuidad del descuento obligatorio por planilla. Pero Cobreloa se mantuvo pese a todo en el primer plano de nuestro fútbol, prevaleciendo su condición de su mayor exponente provinciano y en calidad del cuarto grande de nuestro fútbol, junto a Colo Colo y las universidades. Los tiempos cambian. Hoy, con dirigentes lejos de la estatura de los creadores del club, suceden hechos tan condenables y bochornosos como uno muy reciente. Tras el torneo de Apertura, se decidió prescindir de los servicios del entrenador Jorge Aravena, por la mala campaña. Una vez tomada la medida y comunicado el Cuerpo Técnico de la determinación, se volvió a fojas cero por... un pequeño detalle: no existían en caja los 50 millones de pesos que significaba por contrato la salida anticipada del técnico. Y Aravena siguió, aunque sin mejorar los resultados del equipo. El 4-1 recibido en la reciente fecha en Puerto Montt es uno de los peores resultados en la historia de Cobreloa. Un equipo acostumbrado a ganar casi siempre en casa y a sacar empates de visita, ahora no solo pierde puntos como local sino que sufre de forastero desenlaces tan deplorables como ese 4-1 en Chinquihue. Aravena fue en su época de jugador activo un maestro de los tiros libres. Cada sanción a favor de su equipo, en sus comienzos Santiago Morning y por años y años Universidad Católica, equivalía a un penal. No recuerdo otro lanzador chileno de tanta alcurnia y categoría. Ni Leonel Sánchez, ni Juan Carlos Orellana, ni Chamaco ni Foullioux. Ni siquiera el Coto Sierra, cuyos notables tiros libres, no tienen el plus de la fuerza demoledora de los del Mortero Aravena.Tal vez por potencia y dirección en sus envíos, Carlos Atlagich, un mediocampista del Bádminton de los años 40 y 50. Al Tigre Sorrel no lo alcancé a ver. Pero como DT a Jorge Aravena, aparte de un ascenso a la serie de honor con Audax, no le ha ido bien. Con un agravante. En una osada demostracíón de fuerza, aunque exclusivamente verbal, el actual entrenador de Cobreloa dijo una vez ser el mejor entrenador de Chile. Y lo dijo el mismo año en que su equipo de entonces, Everton, descendía a la Primera B.

jueves, julio 20, 2006

79.990

En su momento pudo haber sido una acción inteligente. Tanto que la idea se propagó por casi todo el mundo. Se trataba de presentar los precios de los artículos, bien camuflados. En Chile surgieron por centenares las ofertas de 1.990, 79.990, 49.990 pesos, que reemplazaban los números redondos 2.000, 80.000, 50 mil. Pero creo que tras la proliferación por años de estas cifras engañosas, ya nadie pisa el palito. Automáticamente pensamos "en redondo". De modo que sería saludable, inteligente y oportuno que a algún publicista o simple dueño de tienda, se le ocurra volver al pasado, con lo que a estas alturas de la civilización, tal vez haría escuela. Que se acabe lo de los 89.990 pesos como anuncio, porque si usted llega a pagar 9.990, ni siquiera le devuelven los 10 pesos de diferencia, ya sea por la laudable colaboración con el Hogar de Cristo o María Ayuda, o simplemente porque "no tengo monedas de 10". Hoy por hoy, un anuncio de 19.990 no nos hace creer que la compra vale menos de 20.000 pesos.

viernes, julio 14, 2006

Zinedine Zamorano o Iván Zidane


Mucho de común tienen las despedidas del fútbol de Zinedine Zidane y de Iván Zamorano. El francés lo hizo en una final y el nuestro en otra, guardando las distancias, claro. Zinedine en un campeonato del mundo e Iván en un torneo chileno de clausura. Pero el hecho es que ambos terminaron sus brillantes carreras, enlodados por la pasión irracional e irrefrenable.

Por mucho que el italiano Materazzi hubiera invocado a la madre y (o) a la hermana del ídolo galo, o se hubiera referido en apretada síntesis a la condición musulmana del capitán de la selección francesa, su cabezazo contra el defensa de la "azurra", puso un epílogo triste a una carrera brillante.

Cuando hace algunas temporadas Iván Zamorano terminaba su exitoso ciclo, en Calama y ante Cobreloa, disputando por Colo Colo el título chileno, también perdió los estribos y entre empujones y puntapiés contra el árbitro y unos cuantos saludos a la señora madre de Carlos Chandía, fue expulsado con toda lógica y luego castigado por largo tiempo por el Tribunal de Penalidades de la ANFP. Pero como ya estaba retirado, el castigo resultó solamente un saludo a la bandera. Tal como sucederá si es que a Zidane la FIFA ahora lo condenase a cumplir cinco, quince o trecientos cincuenta partidos sin poder vestir la casaca francesa. Da lo mismo. El astro ya se retiró. Pésima manera de hacerlo, tanto en el caso del galo como en el del chileno. Con una ventaja para Zidane. El reaccionó de mala forma tras las provocaciones verbales de un pájaro de cuentas como Materazzi. En cambio, el nuestro arremetió contra Chandía sin otra provocación que la que su imaginación le indicaba, acerca de una supuesta serie de errores del juez contra Colo Colo en un partido decisivo.

Puede que en alguno de esos fallos discutibles, el árbitro se hubiese equivocado, como se equivocó Zamorano muchas veces estando solo frente al arco rival. Es algo propio de la condición humana, por cierto. Pero lo inaceptable y que desmerece la notable actuación de Zamorano en canchas de diversas latitudes por tanto tiempo, es que días después de sucedido el episodio del norte seguía estimando que la suya fue una reacción legítima y que el árbitro era un "saquero".

jueves, julio 13, 2006

Muletillas

Hay algo peor todavía que escuchar constantemente, incluso a nivel de abogados, periodistas y parlamentarios, la horrenda reafirmación de que algo pasó hace años... atrás. Salvo que alguien me demuestre que determinada situación se produjo hace dos, cuatro o venticinco años adelante, ello suena escalofriantemente estúpido. Pero hay algo peor. Peor aún que la expresión tan en boga entre mis colegas relatores deportivos en cuánto a que tal jugador avanza a grandes zancadas... como si fuera posible avanzar a pequeñas zancadas. Pero hay algo peor aún que decir que fulano hablará dentro de 5 minutos más... como si pudiera hacerlo dentro de 5 minutos menos.¡¡ Cierta vez escuché la barbaridad de las barbaridades. Para que terminara un partido de fútbol faltaba menos de un minuto... más. Tal vez en alguna ocasión faltó menos de un minuto... menos. En una de esas. Hay una muletilla que se ha hecho ya parte del folklore radial y que es peor, mucho peor que todo lo demás junto. ¡¡¡¡¡¡¡¡Digamos qué¡¡¡¡¡¡... Es un anuncio a toda voz, una advertencia suprema en el sentido que vamos a decir... lo que vamos a decir. Para que no haya lugar a dudas. Para que nadie pretenda después que no dijimos lo que claramente advertimos que ibamos a decir. Es, pensamos, la redundancia más inconcebible y el despilfarro de palabras más elocuente. Y ha creado escuela. Porque ahora muchos anuncian pomposamente el "digamos qué" antes de decir efectivamente lo que se inicia con esa abominable amenaza. Para terminar, evocaré un famoso programa radial de antaño, llamado La Familia Chilena, en que uno de los personajes, asombrado por situaciones delicadas que sucedían en el libreto, clamaba "Señor, dame tu fortaleza". Entre"los años atrás", los "dentro de 5 minutos más", los "falta menos de un minuto más", los "digamos" a secas, utilizado palabra por medio, y los "digamos qué", yo también clamo con espanto: "Señor, dame tu fortaleza".

domingo, julio 09, 2006

Francia


En esta final estoy con Francia. Simplemente porque en Italia hay voces y habrá acciones que propugnan la amnistía en caso de lograr el título mundial, a favor de los que, nuevamente, han hecho trampa en el torneo local. Los responsables de sobornar árbitros o de dejarse pasar goles. Los que, una vez mas, se han burlado de la buena fe de millones de aficionados al fútbol. Millones, porque el famoso calcio se sigue en decenas de países. Si Italia es campeón, este logro será simultáneo con las resoluciones en torno a la Juve, la Fiore, la Lazio y otras instituciones igual de "respetables", quienes podrían caer a las divisiones B o C, aparte de perder condiciones nada menores como haber sido campeón del torneo 2005-2006, en el caso de la Juve. Y digo "haber hecho trampa nuevamente", recordando que en el mundial del 82, un jugador como Paolo Rossi fue goleador de su selección y campeón mundial, apenas salido de la cárcel, tras la comprobación de su participación activa en alterar resultados de partidos del torneo itálico. Las acusaciones hoy recaen sobre algunos, como es el caso del arquero Buffon, de tanta categoría y capacidad, que parece increible que aparte de atajar brillantemente pueda estar comprometido en los turbios caminos del delito y, particularmente, contra dirigentes de Juventus, siendo que ni futbolistas de tanto talento ni sus directivos, deberían estar preocupados de lograr resultados más allá que por la capacidad innegable de sus cultores. En esta historia nadie puede rasgar vestiduras, ni los alemanes, uno de cuyos árbitros estrella cayó no hace mucho en la ingnominia y la confesión de haber arreglado partidos. Hay voces valientes y oportunas como las de Gennaro Gatusso, el esforzado defensa itálico, quién dijo lamentar que se pretenda poner salvavidas a algunos, si es que Italia es campeón. Una cosa no tiene nada que ver con la otra, ha dicho. Pero da la impresión que de ganar la copa los azules, prevalecerá el afán de tapar los escándalos en la investigación, por lo que decididamente hoy estoy con Francia, aun cuando a nadie le importe un comino quien quiera yo que gane el mundial.

viernes, julio 07, 2006

Felipao



Sin discusión, Luis Felipe Scolari es un entrenador de gran mérito. Campeón mundial con Brasil en 2002 y de inéditos éxitos para la selección de Portugal, en tiempos más cercanos. Pero su capacidad va aparejada por un mal de muchos: no saber perder. En el partido Francia-Portugal, Felipao manifestó constantemente su repudio a las deteminaciones del árbitro uruguayo Jorge Larrionda. Suponíamos que esas reacciones del DT brasileño de los lusitanos, se producían al calor del encuentro. Pero en los días siguientes, Scolari o Felipao, como se le conoce en su país de orígen, ha seguido culpando al juez de la derrota portuguesa. Larrionda sancionó el penal, luego convertido por Zidane, ajustado plenamente a los reglamentos. Puede que después haya obviado un empujón en el área en contra de Cristiano Ronaldo, pero la transmisión televisiva no lo dejó absolutamente en claro. Y nada más. De modo que no fue un saqueo ni un arbitraje sospechoso. Pero Felipao no lo entiende así. Debería ser más analítico el coach y en vez de culpar de la derrota al juez, pensar en que uno de los suyos tuvo el empate y lo desaprovechó increiblemente. El partido estaba por finalizar, cuando en una acción ofensiva de Portugal, al arquero francés Barthez se le escapó la pelota quedando esta a merced de Figo, pero el veterano jugador cabeceó pésimo, con el pórtico a su merced, elevando su intento. Ahí estuvo la clave para haber ido al alargue. De modo, Felipao, que usted se equivocó de blanco.

jueves, julio 06, 2006

¿München o Munich?

Hay una enorme confusión, que se ha hecho patente durante las transmisiones del Mundial, relacionada con la pronunciación de las ciudades sede. Esto afecta fundamentalmente a la capital bávara. Munich es la traducción correcta al castellano de München, fonéticamente MINJEN. Pero decir ostentosamente "estamos aquí en MINJEN", es como si dijéramos "estamos aqui en London". ¿Porqué no en Londres... o en este caso en Munich?. Lo que resulta más aberrante, eso si, es pronunciar en supuesto alemán un nombre ya traducido como lo es Munich, diciendo MINIJ. Es como si en vez de decir Londres, dijéramos Landris. La selección argentina tuvo su lugar de concentración cerca de Nurenberg, que es ya la traducción al castellano, pero nos esmeramos en hacerlo más difícil, hablando de Nirenberg (¡¡¡) siendo que en idioma germano se pronuncia Nenberg, y se escribe muy distinto. Es como si a Hamburgo le dijéramos Jamburgo.

lunes, julio 03, 2006

Candelo



Nadie podría reprochar a Claudio Borghi por sus notables rabonas en su época de futbolista activo. Habría sido insensato tomarlas como una provocación al rival. Años después, seleccionados juveniles uruguayos desataron una persecución cavernaria, porque en un sudamericano de ese nivel, David Pizarro les hizo una acción similar a los lujos de Borghi. Por todo esto no tiene sentido que el arquero de Colo Colo y otros albos reprochen a Mayer Candelo haber lanzado su penal en la definición, con efecto y "en cámara lenta". ¿Acaso hay una norma obligatoria en cuanto a cómo tirar desde los 11 metros 15? De no ser por la prodigiosa atajada de Claudio Bravo, hoy todo el mundo aplaudiría al colombiano por su clase y sangre fría. En suma, si admiramos en su momento las rabonas de Borghi, o más acá en el tiempo de Mauricio Cataldo en una definición frente a la "U" con resultado de gol a favor de la Universidad de Concepción, no podemos ahora calificar de "cancherito" al infortunado Candelo. ¿Y si le hubiera resultado?.

Vándalos

Sorprende que la Intendencia Metropolitana se muestre satisfecha con el entorno que tuvo la final del fútbol chileno. Nos estamos conformando con todo, minimizándolo todo. Que los vecinos del Estadio Nacional hayan cerrado sus ventanas a full con persianas por miedo al vandalismo, parece ser lo de menos. Que haya un herido grave con peligro de muerte, no interesa. Que algunas personas hayan tenido que irse a sus casas antes de entrar al estadio mismo, por lesiones sangrientas en sus rostros, tampoco interesa. Que el odio infame de las barras, les haga sentir casi una obligación lanzar piedras hacia los rivales por el solo hecho de encontrarse casualmente muy cerca, pese a todas las medidas de aislamiento entre ellas, parece estar también en el concepto de que es lo de menos. Que ese odio reconcentrado haga que los cánticos y estribillos estén cargados del mismo encono contra el rival, tampoco importa. Total, nos hemos acostumbrado. En 1959, en la anterior final entre albos y azules, se jugó de noche y a nadie se le habría ocurrido insultar en coro a los adversarios ocasionales, ni menos tratar de causarles daño físico. No habían nacido todavía ni los Kramer ni los Anarkia ni ninguno de los actuales próceres. Todavía Abel Alonso tras los primeros brotes de las Barras Bravas, algo así como una década después, no había dicho como Presidente de la entonces Asociación Central de Fútbol su famosa frase "al que no le guste que se vaya a la ópera". Pero toda esta barbarie, ante la cual nos cruzamos de brazos, no es culpa por cierto del conformismo de la Intendencia. Mientras los dirigentes de los clubes sigan propiciando y apoyando a Los de Abajo, la Garra Blanca o entes similares, no podremos sorprendernos del llanto desconsolado de un niño, al ser alcanzado junto a su padre por el agua del guanaco de carabineros, como lo mostró la tele, en una acción destinada a frenar el vandalismo de otros. Ese pequeño suponía lleno de ilusión que iba a asistir a un espectáculo deportivo y no a la acción desquiciada de los mismos de siempre, sean de camiseta azul o blanca.

sábado, julio 01, 2006

También Portugal

Completo las ideas expuestas antes, al tenor de lo acontecido entre Inglaterra y Portugal. Tal como el alemán Lehman, el portero Ricardo de Portugal atajó brillantemente tres penales británicos y dejó a los de Erikson fuera del Mundial. Pese a la impericia en 2 disparos lusitanos que se fueron por el lado de los quesos. En suma:
1.- Los penales significan un tipo de definición emocionante. 2.- Si como en todo en la vida, debe haber algo de suerte, prevalece claramente el talento, capacidad y maestría de ejecutantes y arqueros. De modo que, decir todavía que desde el punto penal gana cualquiera porque es una lotería, no corresponde. Eso es una falacia. Ganan los que cuentan con los lanzadores más hábiles, como por ejemplo Cristiano Ronaldo, o con los arqueros de mayor clase, como Lehman y Ricardo.

¿SUERTE O PERICIA?

Todos queríamos la final sudamericana soñada entre Brasil y Argentina. Pero no pudo ser y, entre otros argumentos, se apela a la mala suerte en la definición por penales, que habría perjudicado a los trasandinos. Los lolos dicen: "chivas". Durante mucho tiempo se objetaba la definición mediante penales en el fútbol. ¿Hay algo mejor?. ¿Prefieren una moneda al aire o sacar un papelito desde un sombrero? . Majaderamente se dice que "los penales son una lotería" y eso es mentira. Que de tanto decirse parece verdad. Si el arquero alemán Lehman le atajó un penal decisivo en la Champions League a Riquelme y ahora dos penales a Ayala y a Cambiasso, respectivamente, no es suerte. Es capacidad. Y si los germanos acertaron 4 penales, mientras nuestros vecinos solo dos, eso no es suerte. Es capacidad. Capacidad para todo. Para comprender que en este tipo de definiciones hay que tirar fuerte, muy fuerte y además, si se puede, colocado. Capacidad para resistir la presión y el miedo al fracaso. La misma capacidad que tuvo Argentina en igual instancia en mundiales anteriores. Pero no se puede hablar de mala suerte. Como tampoco culpar al arbitraje que tuvo defectos mínimos, pero no todos ellos contra Argentina, como por ejemplo no haber sancionado un claro penal de Ayala, así que en este aspecto no hay paño que cortar. Lamentablemente las disculpas de siempre, mala suerte y el arbitraje, aparecen en todas las latitudes, incluyendo las chilenas en muchos casos..