Hace décadas, O'Higgins de Rancagua armó un equipo con lo más granado del fútbol chileno. Se discutía entonces si era mejor Robledo o Meléndez como delantero. Pues, fueron contratados los dos, además del rutilante Jaime Ramírez quién también fue incorporado al ataque. En la defensa el astro fue el seleccionado argentino Federico Vairo, pero por calidad total de plantel y cantidad de estrellas, O'Higgins hacia historia.
El diario El Rancagüino al comenzar el torneo publicaba: "Hoy se inicia la disputa por el subcampeonato" dando por descontado que O'Higgins iba a ser el campeón. Al cabo de todas las fechas... quedó sexto.
Esto y múltiples casos en todo el mundo en diferentes tiempos, demuestran que la contratación de grandes jugadores no garantiza el éxito.
Real Madrid lo sabe muy bien. Hace años busca la reedición de sus glorias, obteniendo incluso títulos, pero echando de todos modos al Director Técnico de ese logro o bien perdiendo la paciencia con otros entrenadores, al no darse los resultados esperables.
El chileno Manuel Pellegrini estaba feliz en Villarreal, club de segunda línea en España. Había catapultado al "submarino amarillo" a realizar grandes campeonatos y a destacar habitualmente en los torneos europeos. Antes, el técnico compatriota, alcanzó laureles en Liga de Quito, en San Lorenzo y en River de Argentina. Era, aparentemente, el momento para emprender caminos más complicados. Y, entonces, recibió la oferta de uno de los clubes más poderosos del mundo.
Sus primeros resultados tras la pretemporada en la entidad merengue fueron buenos, pero ya se le empezó a cuestionar. Hasta que la derrota ante Sevilla a nivel interno, por la Champions frente a Milan como local y, sobretodo, el 0-4 de visita en la Copa del Rey en la localidad de Alcorcón, de tercera división, gatillaron la furia en su contra.
Está claro que si un equipo de tal alcurnia, aun con algunos suplentes en su formación pero todos de gran nivel, es apabullado por un "outsider", más que del entrenador, la culpa es de quienes siendo de los jugadores mejor pagados del mundo, no mojan la camiseta y hacen de perdonavidas del rival, con las funestas consecuencias conocidas.
Libre de pecado no está Pellegrini, porque se supone que debe infundir como líder del grupo la mística necesaria para superar egos y posiciones individuales de "estrellita". Pero de ahí a aceptar como normal que tras el "Alcorconazo" un diario del prestigio de Marca lance en portada la invocación de "Vete ya" hay mucha distancia.
¿Los periodistas debemos ser objetivos o es aceptable que seamos hinchas desenfrenados?
Hace poco nuestro Colo Colo, el club más popular en Chile, tuvo semanas infames y los hinchas pedían la salida de Hugo Tocalli, ex entrenador de la selección juvenil argentina, campeona del mundo. En el estadio los fanáticos cantaban "Tocalli ya se va...ya se va... ya se va". Hasta que Colo Colo levantó y ya lleva 4 partidos consecutivos ganados con hinchas tranquilos. Pero en los malos momentos se explicaba la reacción de los parciales. Sin embargo era inimaginable que en algún diario se hubiera inserto algún titular institucional exigiendo la salida de Tocalli, porque una cosa es la reacción de los partidarios en las gradas y otra la que debemos asumir los comunicadores.
En ese aspecto resulta asombroso que el mismo Marca pida en tono de ultimátum la salida de Pellegrini, y lo que es peor, en crónica misma predisponga a la afición madridista ya de por si muy choqueda, con frases como que los partidarios del Real harán sentir en el próximo partido su repudio al mister.
Es muy posible que en el curso de las próximas horas, principalmente si no se logra vencer a Getafe y en Milán al local, Pellegrini sea efectivamente historia pasada en Real Madrid.
Se me ocurre que se sentiría como quién "se sale"de un huracán.