Nuestro peso chileno, unitariamente, está en decadencia. Un peso es la nada misma. 5 pesos es solo un milímetro más que...la nada misma.
10 pesos es al menos una moneda que se da en los vueltos, pero las monedas que nadie ha declarado en extinción de 5 pesos y de 1 peso están ausentes en el comercio y en todas partes.
Si su compra o pago de servicio (en un centro de salud, por ejemplo), es de 12 mil 302 dos pesos, tenga la seguridad que el vuelto se lo darán sin el más mínimo rubor ni explicación a partir de los 12 mil 310 pesos. No hablo del vuelto que queda a disposición de entidades de beneficencia. Eso está muy bien y de tanto juntarse peso con peso a ellas les queda una llamativa cantidad mensual. Me refiero a aquellos lugares en que simplemente no dan el vuelto.
Si esta mecánica se hubiera reglamentado para que hasta la cifra 5 se regularizara en la décima anterior y después de la cifra 5 en la mayor, todo el mundo entendería, pero- claro- si se pagan los mencionados 12 mil 302 pesos, quien le rinde cuentas en la caja se salta simplemente esa lógica y cobra sin más los 12 mil 310 pesos.No es que le perdone los 2.
Si esta mecánica se hubiera reglamentado para que hasta la cifra 5 se regularizara en la décima anterior y después de la cifra 5 en la mayor, todo el mundo entendería, pero- claro- si se pagan los mencionados 12 mil 302 pesos, quien le rinde cuentas en la caja se salta simplemente esa lógica y cobra sin más los 12 mil 310 pesos.No es que le perdone los 2.
Por cierto no son cantidades para que alguien se haga millonario, pero ya es hora que nos sinceremos. O las autoridades económicas declaran abolidas las monedas de 5 y de 1 peso, o las empresas de cualquier tipo se preocupan de tener a disposición esas esquivas especies tan depreciadas y despreciadas, pero que al fin de cuentas al acumularse en los bolsillos de algo servirían.
Ustedes dirán que todo eso se evita con el uso de tarjetas de débito o de crédito o mediante cheque (cada día también más despreciado). Es así. Pero quien paga en efectivo merece el mismo respeto.
Ustedes dirán que todo eso se evita con el uso de tarjetas de débito o de crédito o mediante cheque (cada día también más despreciado). Es así. Pero quien paga en efectivo merece el mismo respeto.