lunes, mayo 22, 2017

El fútbol, "adicción" benigna

Se acerca la Copa Confederaciones que reunirá en Rusia a los campeones de los 5 continentes, como anticipo del Mundial de Fútbol de 2018. Antes de aquel 17 de junio próximo, en diversas latitudes se efectuarán partidos de práctica y acondicionamiento de esas potencias del deporte popular. Por de pronto la selección chilena se despedirá de nuestro público jugando el 2 del próximo mes, un amistoso ante Burkina Faso.

El fútbol despierta pasiones que son muy difíciles de comprender para quienes no las comparten.
Explicando esos sentimientos que muchas veces van más allá de la razón, mi hijo periodista confesaba el año 2009 el por qué él era un "adicto" al fútbol. 
Me permito reproducir sus  sensaciones al respecto, que no varían mucho en relación a los "adictos" de nuestros tiempos".



Confesiones de un adicto


(Publicado en Tendencias, de La Tercera, 10 de octubre de 2009)

Por Mauricio Lob
Subeditor general de La Tercera


Hola, soy Mauricio y soy adicto al fútbol. Escribo esto cuando llevó sólo 11 horas de abstinencia: anoche vi el partido de Lota Schwager con Colo Colo por la Copa Chile. Pero, para ser sincero, en realidad llevo sólo dos, porque en la mañana escuché todos los despachos radiales desde Colombia por la previa del partido de Chile. Iba manejando y sacaba las cuentas de lo que nos sirve o no, analizaba los cambios que hará Bielsa y proyectaba el negro futuro de Maradona si Argentina no le gana a Perú.

Sí, soy adicto: voy al estadio, tengo 10 canales de deportes en mi plan de TV, veo partidos antiguos, tengo un archivo personal con grandes encuentros, juego Fifa, leo deportes, consumo deportes, escucho y navego en busca de deportes. Converso de fútbol en aperitivos, almuerzos y sobremesas, a la hora del café y del desayuno. Veo mil veces los goles y repaso mentalmente jugadas. Sí, también he viajado a otros países sólo para ver fútbol.


¿Cuándo comenzó mi adicción? Supongo que como a los tres o cuatro años, escuchando a mi padre, relator deportivo, o acompañándolo al estadio. Mi primera vez fue en el Vulco, de San Bernardo, viendo a Magallanes contra Rangers. Mi familia materna era de Magallanes y mi primer banderín fue también del "Maga", aunque al poco tiempo busqué mi propio camino y emigré del padre al hijo (aclaro: de Magallanes a Colo Colo, para los que no sean adictos).


Un par de años después ya pasaba domingos completos en el Santa Laura viendo los programas triples, en los que había -citando a los comentaristas de la época- partidos de "matiné, vermouth y noche". Grandes tardes con secuencias del tipo Palestino con O'Higgins, Unión Española con Fernández Vial y Colo Colo con Audax Italiano.

A menudo me olvido de cumpleaños y fechas históricas relevantes. Pero tengo claro lo que pasó el 3 de julio de 1987 en Córdoba, el 3 de septiembre de 1989 en el Maracaná, el 5 de junio de 1991 en el Monumental, el 11 de febrero de 1998 en Wembley o el 11 de junio de ese año en Burdeos... Me casé un día en que, para pesar mío, la "U" empató a cero con Santiago Morning y fue campeón el '99. Afortunadamente, el mal presagio no se ha materializado. Mi tercer hijo nació el 17 de octubre de 2007, cuando -ya con Bielsa en el banco- la selección le ganó a Perú en el Nacional. Vi el partido en la clínica.

Entre mis amigos adictos he escuchado muchas teorías acerca del origen de la relación del fútbol con el hombre. Y creo que puedo clasificarlos en tres grupos. 1) Los freudianos, esos que adhieren a la tesis importada a Chile por Caszely de que hacer un gol -o gritarlo- es sólo comparable y/o equivalente a un orgasmo. 2) Los darwinistas, que suponen que el fútbol fue capaz de imponerse sobre todas las otras disciplinas y se transformó en un fenómeno cultural gracias a su épica, que convierte a los jugadores en los gladiadores de hoy. 3) Los creacionistas, esos que dicen que en la Biblia se cometió un solo error, porque al séptimo día, en lugar de descansar, Dios fue al estadio.

No adscribo a ninguna de esas absurdas corrientes. Tengo claro que si se trata de buscar un motivo racional que explique el fanatismo no habrá respuesta cuerda. Dicen que los seres humanos actúan en un 93% por emoción y sólo un 7% por la razón. El fútbol claramente está en el primer grupo. ¿Por qué a los hombres nos gusta tanto? No creo que exista causa única ni científicamente comprobable.


Ni siquiera puedo contestar con certeza por qué me gusta a mí. Creo que porque de chico me permitía jugar y soñar en grande, y de grande me hace soñar y jugar como niño. Ahora último he reforzado mi afición, porque uno de mis hijos está resultando ser tanto o más fanático que yo.

Sí, soy adicto. Y a mucha honra estoy traspasando esa adicción a mi descendencia.



lunes, mayo 15, 2017

Take away


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Anuncio de comienzos del siglo XX.  Pero el caso es que ya estamos en el XXI



¿Qué dirían los estadounidenses, británicos y demás hablantes del idioma inglés si en lugar de anunciarse en sus países alimentos para llevar, algún siútico pusiera una inscripción en español que dijera "para llevar"?

En Chile hace muchos años- y la práctica va en aumento- les ha dado a los generadores de alimentos y otros productos y servicios por utilizar frases en el idioma  de la reina  Isabel (tal vez debería poner Elisabeth).

Una liquidación común y corriente de cualquier comercio  se anuncia con la palabra SALE. Cualquiera podría suponer que lo invitan a abandonar el local.

Hay un sinfín de palabras de nuestro bello idioma que no son utilizadas y resultan reemplazadas por expresiones en inglés.

Pero el récord del absurdo  en la materia lo leí hace pocos días en un reportaje de un matutino de circulación nacional en una de sus crónicas gastronómicas. Junto con dar cuenta de las bondades de determinado plato en un local de comida para llevar, la crónica terminaba con un asombroso anuncio acerca de aquella supuesta delicia gastronómica: 
Take away.
Si eso no es esnobismo y desatino, no sé que más podría serlo.

Salvo que se trate de una espontánea clase de inglés, rápida y poco variada, reemplazar la simple expresión para llevar por ese increíble take away, convierte el hecho en una insólita demostración de lo que el sentido común y la lógica  rechazan.

Nota del redactor:
En Chile usamos la expresión siútico, equivalente a la palabra que en otras latitudes es conocida como cursi.  

jueves, mayo 04, 2017

Cristiano Ronaldo y su negativa a los tatuajes

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En alguna ocasión manifesté en este blog mi animadversión por los tatuajes. Me cuesta comprender que si la vida nos somete en cada minuto a la posibilidad de males de salud, haya quienes además martirizan su cuerpo en cualquiera de sus zonas, con tatuajes de todo tipo. Campeones en todo el sentido de la palabra son los futbolistas, quienes a nivel mundial se esmeran en tener las mejores "producciones" de este estilo. Un jugador de nuestra selección nacional se tatuó incluso la imagen de un tiro en el poste del arco de Brasil, ejecutado por el mismo y que estuvo a punto de eliminar a los dueños de casa de su propio Mundial.

Pero hay más ejemplos de pasión por los tatuajes, de parte de los cultores del deporte rey. Otro futbolista de la selección de Chile, aunque con escasa presencia en la misma, tras ser contratado por un club italiano no encontró mejor manera de combatir la soledad que pagarle a su tatuador, también chileno, el viaje a Bologna para que le llenara el cuerpo de más tatuajes."Así lucho contra el nerviosismo", dijo. 

Leonel Messi, para muchos el mejor futbolista del mundo en la actualidad, tiene un tatuaje multicolor en uno de sus brazos, pero el más calificado de sus oponentes, el sensacional Cristiano Ronaldo no los ostenta ni los ostentará. El astro del Real Madrid y de la selección portuguesa, nacido en Madeira hace 32 años, realiza innumerables obras benéficas sin mayor ostentación, incluyendo el apoyo a los niños de zonas en conflicto, como Siria. Además lidera campañas de recolección de sangre y el mismo con constancia es dador. Por ello, imbuido de esa responsabilidad en plenitud, ha dicho que no se pondrá tatuajes nunca, para no correr riesgo de alguna infección o contaminación en la cadena humana que generan las tomas de sangre.

Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro nos da una lección de cordura y de sentido común, amén de desinteresada solidaridad.