En Sao Paulo, Chile se quedó sin Mundial
Cuando Arturo Vidal quedó sin sanción deportiva después de un acto de indisciplina durante la Copa América 2015, mi desaliento llegó al punto de propalar mediante este blog que desde ese momento vería los partidos de nuestro país sin la pasión propia de todo chileno. No obstante el tiempo me demostró que aquello es imposible, por mucho que décadas en la comunicación por radio y TV me enseñaran a observar los avatares del deporte con la moderación indispensable.
Desde ese ángulo, el fin de nuestra ilusión mundialista consumada en Sao Paulo tras el contundente 3-0 de los dueños de casa, me duele como mazazo en la cabeza. Así le duele por cierto también a millones de compatriotas. Pero, aclaremos que no fue en esta última jornada que la llamada generación dorada de nuestro fútbol pareció al menos en lo colectivo, extinguirse irremediablemente.
Más allá de ostensibles altibajos durante todas estas clasificatorias sudamericanas, Chile tuvo en la fecha anterior la oportunidad de amarrar su viaje a Rusia 2018 jugando frente a Paraguay en Santiago y ante Bolivia en la Paz, pero en la ocasión no consiguió ni un mísero punto. Tras ese ostensible fracaso (no se le puede llamar de otro modo) lo que parecía un próximo viaje a Brasil con el dueño de casa y Chile ya clasificados, se transformó en una indispensable obligación de obtener puntos ante el amplio ganador de la zona sudamericana, frente a su público y con sus estrellas en plenitud. Así de mal nos fue, después de un primer tiempo aceptable de los nuestros y una segunda etapa para el olvido.
Creo que no vale la pena entrar al detalle de jugadas específicas ni otras consideraciones sobre el partido mismo, porque los peores fantasmas se hicieron presentes para decretar el final de la mejor constelación de futbolistas chilenos en toda su historia, convertida en equipo.Esta Selección Nacional fue dos veces campeón de América, nos llevó a dos mundiales consecutivos y nos hizo, jugador más jugador menos, celebrar triunfos ante Argentina, Brasil y España entre otras potencias.
¿Por qué razón la potencialidad chilena se esfumó? Dentro del hermetismo de sus propios integrantes, trascendió lo que valientemente expuso el capitán del plantel, Claudio Bravo, al señalar tras las derrotas con guaraníes y altiplánicos que había que recobrar la concentración y la humildad. ¡A buen entendedor, pocas palabras! Dentro del mismo esquema, en esa ocasión Charles Aránguiz reconoció que durante esos malhadados partidos él y sus compañeros no estaban debidamente mentalizados. Vale entonces el viejo refrán "a confesión de partes, relevo de pruebas".
En el marco de los 5 partidos vitales para dirimir en la jornada final quienes viajarían a Rusia, aparte del ya clasificado Brasil hace meses y con holgura, se produjo la confirmación de Uruguay como segundo en la tabla a costa de Bolivia; la de la aproblemada Argentina, ganadora de Ecuador, en Quito; la de Colombia como cuarto y Perú quinto, tras su igualdad en Lima que le permite al elenco incaico ir a repechaje frente a Nueva Zelandia.
A la vera del camino se quedó Paraguay, luego de ser derrotado en Asunción por el joven y promisorio equipo venezolano, tras una brillante renovación del plantel caribeño y, también, nosotros. Para graficar esta decepción cabe un tercer refrán: "No hay que llorar sobre la leche derramada". En eso estamos.
ESCRITO EN LA MADRUGADA SIGUIENTE:
Tras el impacto emocional que dejó la eliminación, algunas consideraciones en "el día después".
1.-Terminar sexto entre diez países, para una generación "dorada", sin duda que es un fracaso...y rotundo.
2.-La esposa del capitán, Claudio Bravo, sacó el habla (vía Instagram) e hizo pública referencia a aquellos futbolistas que no tuvieron el compromiso que correspondía y "no entrenaban de lo borrachos que estaban"(¿¿¿???¡¡¡!!!) Eso explicaría muchas cosas.
3.-El entrenador Pizzi por cierto no es ajeno a las responsabilidades, pero tuvo el mérito de decir en su momento que su contrato llegaba hasta aquí si Chile era eliminado, hasta noviembre si se iba a repechaje o hasta después del Mundial si se clasificaba. Actitud muy distinta a su antecesor, quién se fue con una fortuna negociada, no obstante su renuncia, para dirigir primero al Sevilla y luego a la Selección Argentina. En todo caso la diferencia fundamental entre ambos, es que con Jorge Sampaoli nos fue muy bien y con Juan Antonio Pizzi no logramos el objetivo principal.