Durante muchos años en Chile, el dilema era si los programas de noticias en radio y luego en TV, debían ser presentados por periodistas o locutores. Fue una larga pugna en que cada gremio partía de la base que "su derecho" excluía el del contrario. Extrañaba la actitud hostil de ambas partes siendo que la solución era clara como el agua. Quienes debían actuar ante los micrófonos y las cámaras en ese tipo de actividad eran simplemente los más capacitados. Periodistas brillantes, de gran llegada ante televidentes y auditores, de estupendo manejo del idioma y otras virtudes ciertamente lo iban a hacer mejor que algunos locutores de voces afectadas y falsas y de poco conocimiento de la actualidad. Sin embargo, había otros casos. El de extraordinarios locutores, de notable capacidad para manejar sus voces en forma grata y absolutos conocedores de las noticias, quienes sin duda lo harían mejor que algunos periodistas de voces mal dotadas y con poco dominio de la exposición pública.
Al cabo del tiempo ha surgido otra faceta de la vieja controversia. Son decenas los exjugadores de fútbol que inundan las salas de prensa, los set de televisión y los estudios radiales para ¿compartir? con periodistas deportivos, en programas y transmisiones desde los estadios, pero con el paso del tiempo a muchos los ha vencido la soberbia.
Hace algunos días en un destacado programa de opinión deportiva en la televisión chilena, un exfutbolista se atrevió a desafiar a uno de sus compañeros periodistas diciendo que este y sus colegas tenían el derecho de ostentar sus conocimientos de historia del fútbol. No obstante, para hablar de elementos netamente de la especialidad SOLAMENTE podía hacerlo un futbolista o exfutbolista, porque quién no lo era o no lo fue carecería de autoridad, agregando que sería lo mismo que en situaciones de enfermedad un paciente concurriera donde cualquiera y no donde algún médico.
Esa terminante interpretación sería, el agregado es mío, como que solamente estuvieran en condiciones para opinar de lírica los intérpretes o antiguos cantantes de ópera.
Esa terminante interpretación sería, el agregado es mío, como que solamente estuvieran en condiciones para opinar de lírica los intérpretes o antiguos cantantes de ópera.
Ante la insólita afirmación del exfutbolista, el director del debate quién es periodista, le dijo irónicamente al deportista retirado "pero Dante, estamos hablando de fútbol, no de medicina nuclear".
En eso intervino otro de los ex futbolistas, apodado el Bichi, para decir que la misma situación se producía en la antigua pugna acerca de si alguien que no hubiera jugado al fútbol podía ser entrenador, agregando que "cómo le va a enseñar a un jugador a tocar debidamente la pelota, alguien que nunca jugó activamente".
Vuelvo entonces al viejo concepto, pero a mi entender irrefutable. Como otrora en la disputa de si debían ser periodistas o locutores quienes presentaran los informativos, también en este caso vale aquello de que se trata que sean amenos, creíbles e informados, y con conocimientos amplios, más allá de si son o fueron futbolistas.
La guinda de la torta la puso en días recientes otro exfutbolista, quién tras todos sus años en la cancha, parece no haberse dado cuenta todavía que el fútbol es impredecible y con gran bombo se atrevió a asegurar que era imposible que el club chileno Unión La Calera eliminara a los brasileños de Chapecoense en la Copa Sudamericana. Lo sorprendente es que tras pasar lo contrario y haberse clasificado el equipo compatriota del ex futbolista y ahora comentarista, este sigue tan campante como pontífice deportivo, después de haber dicho ante su fracaso como pitoniso, ¿bah, acaso uno no puede opinar? No, Luka. Como comunicador que por su pasado podría generar credibilidad, de ese modo irresponsable no puede hacerlo.