Empate a uno fue el resultado del segundo y último encuentro de la selección chilena de fútbol en la Copa Kirin japonesa ante Bélgica. El encuentro tuvo lugar en la madrugada chilena, en la localidad de Chiba.
Por supuesto las características del partido se enrielaron por senderos muy diferentes a los del debut frente a los locales.
En aquel, los japoneses parecían no once sino 50. Se veía defender a una multitud de orientales cuando atacaba Chile y los mismos surgían en el área nuestra 5 segundos después como si los impulsara un rayo.
Entonces Chile no pudo contra le velocidad nipona ni contra su marcación férrea.
Hoy cambió la situación.
Los nuestros mostraron, con más espacios a su disposición, la pericia sudamericana para manejar el balón y su mayor habilidad para generar jugadas hermosas. Al frente, los europeos representantes típicos de la escuela tradicional del juego simple con trazos largos y fortaleza física, exponían sus cartas.
Cuando Chile jugaba claramente mejor, pasó lo de tantas veces. Una acción belga generó la entrada en solitario de Roelandts ya a los 15 minutos y la nuevamente débil respuesta de nuestro arquero Pinto. Era el gol rival.
A los 22' Gary Medel empató luego de una lucida jugada colectiva.
En verdad durante todo el partido la característica se mantuvo. Si de juego hermoso y de amagues se trataba, nosotros. Si el asunto era fútbol simple y práctico, ellos.
Siempre existió la sensación que podíamos ganar, pero en sus llegadas sobretodo en el segundo tiempo, los belgas también pudieron causar estragos y ahí Miguel Pinto se rehabilitó con algunas buenas atajadas.
Al final nuestros adversarios parecieron más contentos con la igualdad, porque si le llegan a ganar a Japón este domingo, se quedarán con la Copa.
Para nosotros fue, con muchos que no serán titulares la semana próxima por clasificatorias mundialistas en Asunción, un apronte más, tal como sucedió con el nefasto 0-4 final el pasado miércoles frente a Japón.
Hoy ciertamente pareció más un equipo marca Bielsa, pese a errores defensivos recurrentes y a la falta de finiquito ofensivo, pero nos queda la tranquilidad que faltaban nuestros habituales estandartes en estas eliminatorias, quienes no viajaron.