
Bien sabemos en Chile que los noticieros centrales de nuestras estaciones de televisión son a las 21 horas. A mis lectores del extranjero, debo decirles que en todos los llamados canales abiertos, esto es los no pagados por los espectadores, se produce una competencia ardua con el devenir informativo nacional e internacional, reflejado a la misma hora en las pantallas. Hasta hace un tiempo, parecía haber también un acuerdo espontáneo y esos bloques noticiosos finalizaban a las 22 horas.
Sin embargo, de súbito uno de los canales empezó a prolongar la duración de su noticiero central, primero 5 minutos, después 10, y ¿qué creen ustedes que pasó?
Efectivamente, los competidores no quisieron dar ningún tipo de ventaja. Entonces también fueron prolongando la duración de los telediarios.De modo que, paulatinamente, los noticiarios centrales resultaron ampliados y actualmente siguen empezando a las 9 de la noche, pero finalizan no antes de las 22.15 y, muchas veces más tarde.
Cuando por más de una década fui editor de prensa del llamado Correo de Minería, informativo principal de Radio Minería, pude comprobar en carne propia lo difícil que es mantener cada día una estructura informativa interesante y variada de larga duración.
Los noticiarios centrales de las radioemisoras suelen ser a mediodía, por razones de la ventaja de la TV en horario nocturno. De modo que el Correo de Minería central, a mi cargo, era de una a dos de la tarde.
Como la importancia de la noticia se mide generalmente sobre la base de una pirámide invertida, a eso de las 13 horas con 40 minutos, en muchas oportunidades había que hacer malabares para completar el espectro noticioso con una producción atrayente, pero salvo días excepcionales, no cabía ninguna duda que una hora de informaciones era más que suficiente.
Creo que este mismo pensamiento es aplicable a la televisión, por lo que ciertamente hay muchas jornadas en que la prolongación artificial de los noticieros termina causando tedio y monotonía, por mucho que se agreguen aspectos magazinescos o de denuncia pública, o por más que la famosa pirámide invertida sea alterada, colocando noticias menores entremedio y dejando los hechos trascendentales para el comienzo y el final.
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