Cada vez que uno de nuestros llamados canales grandes de televisión adquiere los derechos de algún torneo futbolístico importante, "nos echan al saco" a los televidentes.
Anoche Canal 13 no dio el partido de Argentina-EEUU por la Copa América en directo, sino que" lo programó" cerca de las 12 de la noche, unas cuantas horas después de jugado y en momentos en que los no desvelados duermen para afrontar el día laboral siguiente en plenitud.
Así ya había sucedido con Venezuela-Bolivia y seguirá pasando con otros cotejos. La razón que se aduce, -compromisos con otros programas-, para los aficionados al fútbol es inválida. Si desde hace tantos meses se sabía que la ÚNICA opción de ver la Copa en Chile era el 13, por razones de respeto a millones de interesados en nuestro país, se debió abortar cualquier otro programa que conspirara contra las transmisiones en directo, principalmente si se trata de partidos de primer nivel como el de la víspera.
Incluso, teniendo el 13 una señal distinta en el cable, era razonable la transmisión en directo por esa vía, porque todos los tele- espectadores tienen algún amigo, familiar o lugar con ese sistema, si es que no cuentan más que con la TV básica. Y, claro, después si quieren, dan Argentina-EEUU a las 3 de la mañana o cuando se les ocurra, en diferido.
El hecho demuestra una vez más lo desafortunados que somos cuando -poderoso caballero es Don Dinero-los canales compran derechos y hacen la del perro del hortelano, que no come ni deja comer.
Ya lo dije una vez en circunstancias similares. Esto es un acto de oscurantismo. En pleno siglo 21 para ver en TV Argentina-EEUU, en tiempo real, habría que ir a Mendoza.
Anoche Canal 13 no dio el partido de Argentina-EEUU por la Copa América en directo, sino que" lo programó" cerca de las 12 de la noche, unas cuantas horas después de jugado y en momentos en que los no desvelados duermen para afrontar el día laboral siguiente en plenitud.
Así ya había sucedido con Venezuela-Bolivia y seguirá pasando con otros cotejos. La razón que se aduce, -compromisos con otros programas-, para los aficionados al fútbol es inválida. Si desde hace tantos meses se sabía que la ÚNICA opción de ver la Copa en Chile era el 13, por razones de respeto a millones de interesados en nuestro país, se debió abortar cualquier otro programa que conspirara contra las transmisiones en directo, principalmente si se trata de partidos de primer nivel como el de la víspera.
Incluso, teniendo el 13 una señal distinta en el cable, era razonable la transmisión en directo por esa vía, porque todos los tele- espectadores tienen algún amigo, familiar o lugar con ese sistema, si es que no cuentan más que con la TV básica. Y, claro, después si quieren, dan Argentina-EEUU a las 3 de la mañana o cuando se les ocurra, en diferido.
El hecho demuestra una vez más lo desafortunados que somos cuando -poderoso caballero es Don Dinero-los canales compran derechos y hacen la del perro del hortelano, que no come ni deja comer.
Ya lo dije una vez en circunstancias similares. Esto es un acto de oscurantismo. En pleno siglo 21 para ver en TV Argentina-EEUU, en tiempo real, habría que ir a Mendoza.