viernes, julio 07, 2006

Felipao



Sin discusión, Luis Felipe Scolari es un entrenador de gran mérito. Campeón mundial con Brasil en 2002 y de inéditos éxitos para la selección de Portugal, en tiempos más cercanos. Pero su capacidad va aparejada por un mal de muchos: no saber perder. En el partido Francia-Portugal, Felipao manifestó constantemente su repudio a las deteminaciones del árbitro uruguayo Jorge Larrionda. Suponíamos que esas reacciones del DT brasileño de los lusitanos, se producían al calor del encuentro. Pero en los días siguientes, Scolari o Felipao, como se le conoce en su país de orígen, ha seguido culpando al juez de la derrota portuguesa. Larrionda sancionó el penal, luego convertido por Zidane, ajustado plenamente a los reglamentos. Puede que después haya obviado un empujón en el área en contra de Cristiano Ronaldo, pero la transmisión televisiva no lo dejó absolutamente en claro. Y nada más. De modo que no fue un saqueo ni un arbitraje sospechoso. Pero Felipao no lo entiende así. Debería ser más analítico el coach y en vez de culpar de la derrota al juez, pensar en que uno de los suyos tuvo el empate y lo desaprovechó increiblemente. El partido estaba por finalizar, cuando en una acción ofensiva de Portugal, al arquero francés Barthez se le escapó la pelota quedando esta a merced de Figo, pero el veterano jugador cabeceó pésimo, con el pórtico a su merced, elevando su intento. Ahí estuvo la clave para haber ido al alargue. De modo, Felipao, que usted se equivocó de blanco.

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