miércoles, diciembre 10, 2014

Cuando dije "trágame tierra"

Cementerio Católico de Santiago

En agosto de 2007, un triste suceso familiar me generó bochornos de marca mayor, que ahora al paso de los años reproduzco, sintiendo todavía el peso de mi error de entonces.

MIÉRCOLES, AGOSTO 08, 2007

Peripecias en un cortejo fúnebre


Hace algunos días asistí a una misa fúnebre y a los funerales del padre de una concuñada.
La primera de estas ceremonias tuvo lugar en una iglesia situada en la localidad de Calera de Tango, 24 kilómetros al sur de Santiago, mientras que el entierro se realizó en el Cementerio Católico, en la zona norte de nuestra capital.
A eso de las 11.15 horas, la triste caravana inició su recorrido desde la puerta de la iglesia, rumbo a la carretera a Santiago, conocida como Autopista Central.

Las dificultades empezaron cuando el conductor del vehículo del Hogar de Cristo que encabezaba el cortejo y que llevaba el cajón, se olvidó que era una caravana de automóviles y de súbito se disparó por la autopista obligando a algunos émulos de Alonso y de Hamilton, pilares de la actual Fórmula Uno de automovilismo deportivo, a "volar" literalmente tras el carro mortuorio.

El hecho es que la inicialmente nutrida y amalgamada caravana, con las correspondientes luces intermitentes encendidas para que otros vehículos respetaran el cortejo, se disgregó totalmente.
De auto secundario, me vi convertido por las circunstancias descritas, en el vehículo guía de uno de esos grupos.

Como cabeza de todos ellos, llegó un momento en que quedé de pronto a la entrada de la capital, absolutamente desubicado acerca de donde me encontraba y por donde se accedía al cementerio.
Súbitamente entré a un  "callejón sin salida" pero auténtico. Era de verdad una calle sin salida, con autos detrás, confiados en mi supuesto conocimiento de la ruta, pero  "empantanados", inmóviles sin solución.

Fue de película la forma poco airosa y llena de dificultades que tuvimos todos para desandar lo mal andado.
Al final llegamos a destino, alcanzando a ver la última paletada... tras la cual como en el poema de Carlos Pezoa Véliz, nadie dijo nada.

10 comentarios:

Armando dijo...

Disculpa Esteban, pero la descripción del texto me ha hecho gracia. Me imagino al coche fúnebre a toda mecha por la autopista y al féretro salir volando ja ja ...
Un abrazo.

esteban lob dijo...

Menos mal, Armando, que no se llegó a esos extremos.

Felipe Tajafuerte dijo...

Un situación jocosa, no muy apropiada al evento. Por lo menos llegasteis a tiempo de aseguraros de que verdaderamente era enterrado, que no es poco. Un cordial saludo

Gabriela dijo...

Si le buscas el lado bueno, al menos tus recuerdos de un día triste se ven matizados por esta anécdota. Felizmente llegaron, que si no, otro sería el tango.

esteban lob dijo...

Efectivamente Felipe. Si así no hubiese sido, yo debería haber hablado con algún "testigo" del hecho. En verdad, lo dramático, al cabo del tiempo se puede mirar con más tranquilidad.

esteban lob dijo...

Pero como todo tango, Gabriela, hubiera mantenido su estirpe de tristeza plena, propio de su condición de ritmo tradicionalmente emotivo.

RosaMaría dijo...

Seguro que nadie olvidará al que se fue, por una causa o por otra,al margen del mal humor o la gracia por la situación. Un abrazo y bendiciones para ti y los tuyos en estas fiestas.

esteban lob dijo...

Lo mismo para ti RosaMaría. Un abrazo.

Elvira Carvalho dijo...

No momento deve ter sido muito constrangedor. Em 96 trabalhava eu em Cascais e tinha que atravessar de barco todos os dias o Tejo do Barreiro para Lisboa, onde apanhava o comboio para Cascais. Em Dezembro, uma greve da CP durou 16 dias. Não podíamos faltar 16 dias ao emprego. O marido de uma colega, levava-nos todos os dias a Cacilhas e de lá apanhávamos o Cacilheiro para atravessar o Tejo. E à noite ia-nos buscar. Uma noite em vez de sair no sítio do costume, na via rápida, enganou-se e entrou na autoestrada, e fez um monte de Kms saíndo em Setúbal. Na volta, não conhecendo o caminho e de noite, decidiu meter-se atrás de um carro e seguir esse, pensando que ele viria para o Barreiro. Mas o condutor do outro veículo meteu-se por um pinhal, estrada de terra batida, e andamos às voltas atrás dele e quando saímos do pinhal estávamos no Montijo. A si não lhe dirá nada estes nomes, mas do Montijo ao Barreiro, são mais ou menos os mesmos kms do que de Setúbal ao Barreiro sendo que um é oposto ao outro e o Barreiro ficará sensivelmente à mesma distância. Ou seja, saímos do emprego às 17 h e chegamos a casa quase às 22 h.
Um abraço e uma boa semana

esteban lob dijo...

Muy buena historia, Elvira, escrita por ti en forma gráfica y entretenida.
Veo que hay cosas peores que la vivida por mi.

¡Que tengas igualmente una excelente semana!