Holanda nos dio un baño de humildad

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SAO PAULO, FUE LA CIUDAD ESCENARIO DEL HOLANDA-CHILE

Nunca más ajustado a la verdad el calificativo de Naranja Mecánica que el fútbol holandés ostenta desde hace décadas. Con un juego pragmático pero efectivo, defensivo aunque letal en los contra ataques, la selección de Van Gaal nos puso los pies anclados en tierra, frenando los sueños de gloria de millones de chilenos. Nadie podría decir que el resultado no refleja lo que pasó en la cancha, porque poco sacamos con haber tenido posesión amplia del balón si  no fuimos capaces de convertir. Me recordaba viejos tiempos.

Pasada la media hora del segundo lapso, Leroy Fer con un excelente cabezazo abrió el marcador, mientras que en plenos descuentos Depay nos dio la estocada final tras espectacular corrida de Robben.

El estratega holandés tuvo la habilidad de ordenar marca férrea contra  jugadores como Isla, Díaz o Aránguiz, generadores habitualmente del juego chileno, con lo que la potencia ofensiva quedaba muchas veces quebrada por falta del apoyo necesario, sobresaliendo como antídoto en ese aspecto Alexis Sánchez, quién en forma solitaria se las arregló en innumerables ocasiones para llegar al arco rival.

Miles de voces se levantan a esta hora contra el arbitraje del juez de Gambia, Bukary  Gascama, el cual aunque deficitario en varios aspectos no influyó en el resultado final, porque no existió ninguno de los penales que reclamaban constantemente nuestros futbolistas y en sus errores fue imparcial. Claro, debió haber sacado bastante antes tarjeta a Blind por sus reiteradas infracciones a Alexis, pero tampoco vio los constantes brotes de anti fútbol por parte de Jara.

Es incuestionable que la opción en octavos de final está latente, aunque nos va a tocar nuestra bestia negra eterna, Brasil, con lo que el panorama se pone cuesta arriba. 

Tal vez en un marco muy distinto, debido a que claramente el local no va a ser un equipo defensivo, nuestra selección recobre la memoria y vuelva al excelente rendimiento ofrecido hasta antes del choque con esta naranja mecanizada y astuta, aunque muy distinta a la de Johann Cruyff y sus portentosos jugadores de antaño, ejecutantes del denominado fútbol total,  pero igualmente ganadora.  

De contra, Holanda demolió a España y le ganó a Chile. Los argumentos para justificar la derrota, expuestos por Sampaoli, los jugadores y los hinchas, me parecen improcedentes. 
Cuando un equipo toma la iniciativa en el juego ante otro refugiado en su sector y no obstante cae, los tradicionales decires de "no hicieron nada por el espectáculo", "los únicos que propusimos fuimos nosotros", pierden valor si siendo de ese modo no se encuentran las armas para vencer. Peor todavía es cuando los adversarios, como lo fueron los tulipanes, cuentan con armas demoledoras tipo Robben.