Hasta que le ganamos a Austria

Austria había sido hueso demasiado duro de roer para el fútbol chileno.
Vi de cuerpo presente en Oviedo, durante el Mundial 82, cuando los de la tierra de Strauss nos ganaron 1-0, en aquella aciaga tarde del penal perdido por Caszely (en la foto 1).
Luego, en el último minuto del Mundial en Francia 98, Austria nos empató con el tiro de Ivica Vastic (foto 2), mientras que en el reciente Mundial Sub 20 en Canadá, tampoco les pudimos ganar, igualando sin goles.
Hasta que en la fría noche de Viena, este nuevo equipo, el de Bielsa, jugó enormemente mejor que sus anfitriones y ganó con justicia 2-0.
Claro, era en el marco de un torneo sin mayor trascendencia, pero para un fútbol como el nuestro desacostumbrado a las victorias sobretodo fuera de casa, está muy bien.
Ya le habíamos empatado a los suizos 2 a 2, pese a que una abismante falla del trío arbitral nos privó del segundo gol a todas luces legítimo, y para las estadísticas aparecemos perdiendo 2-1.

Esta vez, salvo algunos minutos iniciales con Austria atacando, prácticamente el resto del encuentro estuvimos en campo rival, en área adversaria y probando puntería. Sin ningún grado de pasión desmedida, el 2-0 final fue un reflejo mínimo de la enorme superioridad de la selección nacional (foto 3).
Por fin, al igual que ante Suiza, vimos a un equipo aguerrido, bien plantado, luchando todos los balones, imponiendo o tratando al menos de imponer su juego. No es algo común entre nosotros, en que en muchos partidos los jugadores que no están cerca de la pelota se imaginan que no deben participar del juego.

No vale la pena hurgar en detalles ni en actuaciones individuales, pero quiero exponer simplemente algunas consideraciones generales: Suazo en 20 minutos fue mucho más que Salas en los restantes 70, lo que no quita el derecho del delantero de la "U" para estar en el equipo de todos, pero a disposición de las necesidades y no como titular inamovible. En otro aspecto, es deplorable pero es verdad, no sacamos mucho con seguir jugando con Medel por ahora, castigado por los dos primeros partidos ante Argentina y Perú en las clasificatorias sudamericanas, si recién se le va a poder usar en la tercera fecha; el arquero Peric tuvo una actuación correcta, aunque por ahí se equivocó algunas veces, al convertirse la pelota para él, en una bola de jabón; Rubio, tan errático en el primer partido, se mandó esta vez un golazo, el segundo, después que Chile abriese el marcador tras excelente combinación de Matías Fernández y Alexis Sánchez, finiquitada en la boca del arco por Hugo Droguett.


Pero en el devenir de un largo camino rumbo al Mundial Sudáfrica 2010 estos son solo detalles, de dulce y de agraz, en el marco de un camino que ya se ve algo más despejado por la convicción de los jugadores, la mano firme aunque amistosa de Bielsa y su elogiable filosofía del fútbol, los planes tácticos modernos y de entrenamiento a full, usando como sparring a la Sub 18 que también viajó a Europa, en fin.
La propia Sub 18, sirviendo de carne de cañón para el entrenamiento de los adultos, está cimentando para cada uno de sus integrantes un notable capital para su propio futuro, en que en un momento será la Sub 20 de Chile.


Cierto. Austria no es Argentina, nuestro adversario el 13 de octubre en Buenos Aires en el comienzo de las clasificatorias. Incluso el de Viena pareció un equipo muy discreto, pero por lo general a los cuadros nacionales les cuesta una enormidad jugar bien y además ganar en tierras foráneas, y ello se logró ahora con calidad, galanura y entrega.

Escribo algunas consideraciones posteriores a lo señalado más arriba:
-Menos mal que la pelota en el centro de Alexis Sánchez para el gol de Droguett no fue alcanzada por Marcelo Salas, pese a su intento, porque el "Matador" estaba fuera de juego y lo más probable es que el tanto hubiese sido anulado.

- Inaceptable y una falta de respeto para con Chile, resultó el himno nacional presentado antes del partido y "editado" arbitrariamente. Los jugadores que lo entonaban, se vieron sorprendidos por esa aberración y no sabían qué cantar. Está bien que por falta de tiempo se corten antes los himnos, pero es intolerable que haya ediciones arbitrarias y sin sentido, con estrofas mal ubicadas.

-Y por último, una mención a la manera en que se entienden los minutos de silencio en otras latitudes. Cuando se rindió homenaje con motivo de la muerte de un ex entrenador austríaco, todo el estadio respetó aquel minuto como debe ser. En circunstancias similares en nuestros países, abundan los barristas desubicados, que aprovechan el silencio para corear su fanatismo sin medida.