martes, noviembre 24, 2015

Macri ¿anti River?


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Trato de no mezclarme en política en este blog. Dicen, con razón, que discutir sobre ella o sobre religiones, menoscaba las amistades.Sin embargo mi decana pasión futbolera, me hace desde esa visión, celebrar la forma en que el  nuevo presidente de Argentina intercambió palabras, en su conferencia de prensa inicial, con uno de sus interrogadores.

Sabida es la pertenencia de Mauricio Macri a Boca Juniors, uno de los dos clubes más populares de su país.Fue su máxima autoridad en tiempos de gloria, en que Boca obtenía a nivel internacional los más importantes galardones.

También es conocida la animadversión que los partidarios de Boca tienen por su clásico rival, River Plate, y viceversa. Es como en España la que sienten los de Barcelona por los del Madrid, o al revés, o en Chile los de Colo Colo por la U, o al contrario.Vale igualmente para Alianza Lima- Universitario en el Perú o para Peñarol-Nacional en Uruguay.

Son enconos que quisiéramos enmarcados en una rivalidad más light, pero la realidad no es así. Por ello cuando un periodista, abandonando todos los temas en discusión y en presencia de centenares de reporteros argentinos y de todo el mundo, ante la sorpresa general, se atrevió a preguntar si acaso el presidente electo iba a apoyar a River en diciembre cuando en el Mundial de clubes enfrente a Barcelona se produjo cierta inquietud. "No seas malo" expresó Macri, de cara al profesional.

Hubo suspenso porque la respuesta políticamente correcta habría sido por cierto algo así como:"Siendo ahora el presidente de todos los argentinos, sin duda que hincharé por River".
No obstante Mauricio Macri fue sincero y respondió que si River alcanzaba el título mundial recibiría a la delegación en la Casa Rosada, pero que NO iba a querer que triunfara River. Además, agregó que en el rival también juegan dos argentinos, Mascherano y Messi.

La escena misma, a mi juicio, humanizó la conferencia. No creo que en ningún otro país, algún representante de la prensa se hubiera atrevido a romper el esquema con una interrogante que para muchos pudiera parecer hasta frívola y que, además, el recién electo la contestara con tanta autenticidad. Para mí, al menos, fue un deleite.

martes, noviembre 17, 2015

Uruguay-Chile, el peso de la historia

El mítico Centenario, donde se jugó el primer Mundial de fútbol en 1930

De nuevo no pudo ser. Tampoco esta vez las huestes de Sampaoli pudieron contra la historia.Las selecciones chilenas parecen tener vedado ganar en el Estadio Centenario. Pero no hay discusión posible.Los locales fueron tan superiores a los nuestros como lo señala el marcador final.

Con un gol de Godín en la primera etapa y sendas conquistas de Pereira y Cáceres en el segundo tiempo, la celeste rubricó una actuación completa en que por primera vez en estas clasificatorias Chile quedó reducido a su mínima expresión cayendo 3-0.

Había ánimo de revancha entre los jugadores y la afición de Uruguay tras el mentado triunfo de Chile frente a sus huestes en la pasada Copa América. Uno de los protagonistas de esa jornada por una actitud claramente reñida con el deporte, Gonzalo Jara, fue silbado cada vez que tomaba la pelota, pero su "víctima" aquella vez, Edison Cavani, resultó en la noche montevideana el ganador por lejos.Al final ambos se despidieron afectuosamente, mientras que como contrapartida Eduardo Vargas, al ser reemplazado, injurió a los hinchas de la celeste  con una grosera expresión, producto de la impotencia, pero en todo caso inaceptable.

Tan inaceptable como que Jorge Valdivia, terminado ya el encuentro por aparentemente insultar al árbitro colombiano Wilmar Roldán de buen comportamiento también, vio la roja.
Las salidas de madre de nuestros jugadores se explican, aunque por cierto no se justifican, dado que el propio DT de Chile, Jorge Sampaoli, en una noche negra de sus muchachos, daba constantemente un pésimo ejemplo con sus gestos airados, sus reclamos al juez y su pérdida de cordura. Él debe ser el primero en calmar los ánimos y no constituirse en factor de absurda rebeldía.

Es difícil buscar valores altos en Uruguay, porque como equipo todos hicieron lo suyo, pero es fácil ubicar los responsables de las falencias chilenas, en que se incluye la falla general defensiva en el tercer gol charrúa, en que hasta el generalmente impecable Claudio Bravo quedó impávido y desacomodado. Claro que después con mucho poder de reacción, el mismo Claudio evitó un cuarto gol local que habría dejado a 17 millones de chilenos todavía más dolidos. Además nuestros defensores fallaron constantemente, mientras que una vez más ni Alexis ni Vargas repitieron gloriosas actuaciones pasadas. Ni siquiera Arturo Vidal, muchas veces gravitante en el armado chileno, pudo superar esta vez la mediocridad.

Menos mal que estas eliminatorias son las más largas del mundo, porque después de un comienzo notable con victorias ante Brasil y Perú, trastabillamos en calidad de dueños de casa empatando ante Colombia, para perder estrepitosamente en la capital uruguaya.

Vendrá un largo descanso para volver en marzo de 2016 a la cancha, enfrentando a Argentina como locales. En tanto, los jugadores lograron en conversación con el Presidente (todavía) de nuestro balompié, Sergio Jadue, un acuerdo ultra-millonario si es que Chile pudiera llegar nuevamente a un Mundial, pero el ejecutivo está en desgracia por motivos un tanto oscuros y por lo mismo Jorge Sampaoli dice que tendrá que repensar su futuro.

De equipo ganador y cuasi invencible, nos convertimos esta vez, en una selección muy vulnerable y errática.
Menos mal que está esa vieja frase que lo dice todo:   ¡Son cosas del fútbol!

jueves, noviembre 12, 2015

Chile-Colombia, pálida igualdad

                                                                                                                                                                                               David Ospina, portero de la Selección Colombia y de Arsenal de Inglaterra, donde es compañero de Alexis Sánchez.

Antes del partido, un empate como local frente a Colombia, habría sonado muy feo para las ambiciones de la selección chilena en su búsqueda del Mundial Rusia 2018. Sin embargo la paulatina minimización del juego nacional, producto de la férrea marcación cafetera y de sus propias imperfecciones, hacen que el 1-1 definitivo parezca el mal menor.

Las brillantes victorias previas de los nuestros frente a brasileños en casa y peruanos en Lima habían despertado enormes expectativas, las cuales fueron justificadas en gran parte del primer tiempo, en que el gol de Vidal de cabeza, tras un tiro libre realizado por Matías Fernández casi al final de la etapa, pareció poner justicia en el marcador.

Hasta ahí Chile era el mismo equipo de Copa América que jugaba de memoria y se sostenía en ataque, aunque esta vez sin generar mayor peligro de gol, ante un cuadro colombiano anhelante de no pasar mayor zozobra. Una notable atajada del capitán de la roja Claudio Bravo fue excepcional, ante un adversario que trataba más de asegurar su propio arco.

En los 45 minutos finales cambió el esquema. Los forasteros junto con seguir frenando exitosamente los ataques chilenos, se las arreglaron para llegar constantemente a la valla nacional, hasta que James Rodriguez, tan ausente y tan bien marcado como Alexis en el otro bando, demostró que por algo es jugador del Real Madrid y luego de una excelente acción ofensiva de Muriel, de espaldas al pórtico rival, acomodó la pelota y de media vuelta la ubicó en el rincón más lejano de Bravo. Corrían 67 minutos de juego.

Para los neutrales, el partido puede ser calificado de pobre, pero para quienes en la parte alta de Sudamérica y en su rincón más austral seguíamos el encuentro con corazón comprometido, hubo emoción e incertidumbre en alto grado.

Mucho se reprochó al árbitro Cáceres del Paraguay el no haber hecho jugar más de cuatro minutos de descuento, en circunstancias que el arquero colombiano Ospina "hacía tiempo" cada vez que tomaba la pelota, pero nada garantiza que si se hubiera jugado algún minuto adicional más, Chile hubiera convertido. 

Tal como estaban las cosas, en ese pequeño espacio de tiempo, perfectamente el triunfo pudo haber sido de los visitantes.Más justificados son los cuestionamientos colombianos al juez, quién no sancionó un claro penal de Jara contra Cardona.


                                                                                                                                                                                                                                        

jueves, noviembre 05, 2015

Peligro de fin de mundo, leer el pensamiento

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Entre todos las amenazas que afronta el mundo para defender su integridad, la supuesta futura falta de agua o una guerra nuclear, ellas son tan inquietantes como el peligro de que nos lleguemos a leer los pensamientos.

¿Se imaginan el mundo del futuro? 
Cercano o lejano, quién sabe cuánto, asusta la opción de los siguientes diálogos:


Entre supuestos enamorados:
-"Mijita, te quiero mucho".
"Eres un mentiroso. Estás pensando en Torcuata. Lo veo".
"Nooo. Debe ser un error del sistema".

En una cancha de fútbol:
DELANTERO:"Voy a lanzar ese penal a la izquierda del portero".
ARQUERO: "Me tapo el rostro para que no vea mi intención.Ya sé que va a lanzar a mi izquierda".

Los expuestos sucintamente son ejemplos "light".
En la realidad sería terrible. Si bien es cierto que la hipocresía y la deslealtad quedarían en descubierto, las consecuencias resultarían desastrosas.
Podrían acabar matrimonios, separar a padres e hijos, desencadenar cruentas guerras y despedazar a un mundo en que todos estén peleados con todos y en que al quedar la mentira reducida a la nada misma, ni siquiera se podría jugar póker.

Los políticos desenmascarados y los inventores plagiados, o una suegra leyendo los pensamientos de su yerno con respecto a ella, serían otras consecuencias de la lectura del pensamiento.
Si me dan a elegir, me quedo con lo que hay.