Godoy Cruz es un club ascendido no hace mucho a la primera división del fútbol argentino. Originario de Mendoza, sus dirigentes soñaban con la gran asistencia y enorme recaudación que se generería en los dos próximos partidos como local, ante los históricos River Plate y Racing de Buenos Aires.
MIL HINCHAS CHILENOS, aproximadamente, ya habían reservado o comprado sus entradas para estar presentes en algún partido de un torneo tan apasionante como el trasandino. Nótese que se trata de chilenos en buena onda, no de los que buscan el odio, asaltan minimarkets en la ruta, insultan y ofenden como gran parte de Los de Abajo, La Garra Blanca y otras seudo organizaciones similares.
Pero NO. Sucede que a los chilenos que soñaban con que con sólo cruzar la cordillera se podrían empapar de la pasíón del fútbol argentino en vivo, y a otros miles de aficionados locales (Godoy Cruz esperaba 35 mil personas en cada partido) la propia AFA, Asociación del Fútbol Argentino, les jugó chueco.
Debido a graves incidentes acaecidos hace poco en canchas de Buenos Aires, motivados por el comportamiento de los llamados "barras bravas", se determinó que hasta fin de campeonato en TODOS los estadios podrán concurrir exclusivamente los socios del equipo local. Ni los demás hinchas ni los socios y partidarios del equipo contrario. En este caso, unas 6 mil personas asociadas a Godoy Cruz. Nadie más.
Es como cuando don Otto vendió el sofá para que no lo engañara su esposa.
Los violentistas del fútbol argentino ayer triunfaron de nuevo, al impedir la salida del bus con los jugadores de San Lorenzo para su partido contra Racing, argumentando que "el fútbol no se juega sin hinchas".
En lo conceptual pueden tener razón, pero en la práctica fueron más fuertes que la policía. Salieron con la suya. Lograron suspender el partido.
Aquí hemos vivido episodios similares. Ayer vándalos vestidos de azul lanzaron piedras contra los jugadores de Antofagasta, afortunadamente con mala puntería.
Mientras en Argentina, Chile y otros de nuestros países no exista la voluntad política de actuar contra el vandalismo en las canchas con decisión, no habrá remedio a este mal.
En Inglaterra se erradicó en los estadios la presencia de los hooligans, terror de terrores. Mientras todos ellos, absolutamente identificados, deben firmar ante la policía a la hora de los partidos, las familias, la gente sana de espíritu, va a las canchas y no se necesita ni siquiera reja olímpìca, porque a nadie en su sano juicio se le ocurriría entrar al césped, escenario exclusivo para los deportistas y árbitros.
En Argentina y en Chile "parchamos " soluciones con lo que como pasa hoy en el país vecino, se toman medidas que afectan a los bien intencionados a quienes no dejan ir a los estadios, mientras los agresivos siguen haciendo de las suyas impunemente.
MIL HINCHAS CHILENOS, aproximadamente, ya habían reservado o comprado sus entradas para estar presentes en algún partido de un torneo tan apasionante como el trasandino. Nótese que se trata de chilenos en buena onda, no de los que buscan el odio, asaltan minimarkets en la ruta, insultan y ofenden como gran parte de Los de Abajo, La Garra Blanca y otras seudo organizaciones similares.
Pero NO. Sucede que a los chilenos que soñaban con que con sólo cruzar la cordillera se podrían empapar de la pasíón del fútbol argentino en vivo, y a otros miles de aficionados locales (Godoy Cruz esperaba 35 mil personas en cada partido) la propia AFA, Asociación del Fútbol Argentino, les jugó chueco.
Debido a graves incidentes acaecidos hace poco en canchas de Buenos Aires, motivados por el comportamiento de los llamados "barras bravas", se determinó que hasta fin de campeonato en TODOS los estadios podrán concurrir exclusivamente los socios del equipo local. Ni los demás hinchas ni los socios y partidarios del equipo contrario. En este caso, unas 6 mil personas asociadas a Godoy Cruz. Nadie más.
Es como cuando don Otto vendió el sofá para que no lo engañara su esposa.
Los violentistas del fútbol argentino ayer triunfaron de nuevo, al impedir la salida del bus con los jugadores de San Lorenzo para su partido contra Racing, argumentando que "el fútbol no se juega sin hinchas".
En lo conceptual pueden tener razón, pero en la práctica fueron más fuertes que la policía. Salieron con la suya. Lograron suspender el partido.
Aquí hemos vivido episodios similares. Ayer vándalos vestidos de azul lanzaron piedras contra los jugadores de Antofagasta, afortunadamente con mala puntería.
Mientras en Argentina, Chile y otros de nuestros países no exista la voluntad política de actuar contra el vandalismo en las canchas con decisión, no habrá remedio a este mal.
En Inglaterra se erradicó en los estadios la presencia de los hooligans, terror de terrores. Mientras todos ellos, absolutamente identificados, deben firmar ante la policía a la hora de los partidos, las familias, la gente sana de espíritu, va a las canchas y no se necesita ni siquiera reja olímpìca, porque a nadie en su sano juicio se le ocurriría entrar al césped, escenario exclusivo para los deportistas y árbitros.
En Argentina y en Chile "parchamos " soluciones con lo que como pasa hoy en el país vecino, se toman medidas que afectan a los bien intencionados a quienes no dejan ir a los estadios, mientras los agresivos siguen haciendo de las suyas impunemente.
1 comentario:
Chile SIN mendocinos :p mira q en esta epoca no dejan d invadir las playas chilenas eh
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