Estado en que quedó el coche de Javier Muñoz, tras su muerte provocada por un conductor ebrio
Javier Muñoz fue un destacado narrador deportivo del CDF, Canal del Fútbol, en Chile. Muy joven dejó este mundo, hace más de un año, en circunstancias que paso a describir brevemente para conocimiento de mis lectores del extranjero.
De regreso del cercano puerto de Valparaíso donde había relatado un cotejo deportivo y a pocas cuadras de su domicilio en la ciudad de San Felipe, la fatalidad y la irresponsabilidad de un conductor ebrio cegaron su vida. A tan poca distancia esperaban en vano a Javier, su esposa y sus tres hijitas.
El vehículo del individuo de marras embistió violentamente el coche manejado por Muñoz, provocando además su volcamiento, con las desgraciadas consecuencias ya descritas.
Su victimario terminó siendo condenado a cinco años de presidio. En verdad, aquello de que terminó condenado es falso, puesto que en un nuevo fallo asombroso, ahora resulta que el tipo saldrá en libertad en los próximos días, quedando solamente con "libertad vigilada intensiva"(¿?)
Los chilenos están indignados. Da para creer que manejar ebrio es para la justicia más bien atenuante que agravante. Hace un tiempo y debido a la muerte de una niña embestida por otro chofer ebrio en su máquina, mientras ella viajaba en el auto de sus padres, se activó una acción parlamentaria que es conocida como la "ley Emilia" nombre de la pequeña malograda. Esa ley consiste en aumentar las penas para quienes en estado inconveniente conduzcan y choquen, con resultado de muerte de pequeños.
Por mucho que en este caso se trata de una colisión que no afectó a niños, resulta desalentador y grotesco para los familiares de Javier Muñoz y para millones de chilenos, que su deudo querido esté en el cementerio y su irresponsable victimario regrese tan luego a la calle y a su hogar, como si nada hubiera pasado.
21 comentarios:
Caro Esteban,
Também no Brasil vemos injustiças
como essa, em que a viúva e suas
filhas não viram uma condenação
justa, não condenando com pena
mais longa o responsável
pela morte desse jovem, que voltava
de seu trabalho. Os ébrios vão
continuar nas pistas...
Um abraço.
En tu país y en el mío, apreciado Pedro, pareciera que la falta de penas ante tan inmenso delito como subirse a un vehículo para manejar, estando ebrio, lo que hace pagar a inocentes tanta irresponsabilidad y osadía, fuese un caso menor. Con penas bajas, muchos seguirán bebiendo antes de conducir, porque saben que las penas son ínfimas. ¡Indignante!
Donde quiera se cuecen habas, acá en México, no nos quedamos atrás, lamentablemente.
Rondando por los blogs, llegué aquí...!
Saludos =))))
Agradezco la ronda Liliana y tu comentario. Fui a tu blog y me ha encantado por su humanidad y recreación de temas que nos llegan al alma, como el "en vitrina" vinculado a los niños.
Son terribles estas noticias de muertes causadas por irresponsables que, una vez borrachos, se creen Nico Rosberg al volante. Lamentablemente, en el Perú también son algo cotidiano ya. Si bien algunos de estos victimarios salen libres, muchos están purgando prisión por su crimen. Pero no así aprende el gran público, no faltan los que dicen "manejo mejor con unos tragos encima". Indignante.
De vez en cuando hay publicidad en la televisión de parte del Gobierno de escenas muy lamentables como las que nos cuentas para sensibilidad al publico, hay grandes penalidades si se coge a una persona conduciendo en estado de ebriedad pero no obstante sigue pasando situaciones semejantes a las que relatas.
Un abrazo
Y otros, Gabriela, dices que el "pobrecito" estaba manejando "curao", no sabía lo que estaba haciendo, como si su insensatez fuera atenuante.
Dicen en vez de dices.
Valiente argumento. La semana pasada una jueza liberó a un tipo que le pegó a la exnovia, golpiza que quedó registrada en video que todos hemos visto, por el "atenuante" de que el tipo estaba borracho. ¿Qué es eso? Indignante, de verdad.
Veo que la filosofía del absurdo también se da en el Perú, Gabriela.
Haces bien en denunciar esto. Me uno a la protesta. Las muertes por accidentes de tráfico no están debidamente penalizadas. Recordemos aquí al torero Ortega Cano, que, borracho como una cuba, mató a un hombre y pasó unos meses en prisión, igual que otro bailarín, que mató a una persona, iba sin carnet y huyó: igual, unos mesecitos en prisión y ¡a la calle! Pero si no son famosos, igual. Más pena para los asesinos en automovil!
Qué triste Maluca. Pareciera que conducir ebrio, con resultados de muerte, es minimizado por la justicia aquí y allá.No conocía el caso del torero y del bailarín. Ellos al igual que el "asesino" de Javier Muñoz, entran a la inmensa lista de victimarios de inocentes, quienes tuvieron el trágico infortunio de toparse con tamaños irresponsables en un recodo de su camino.
La ventaja en la materia Mari-PiR, es que nos cuentas que en España hay duras penas para los conductores ebrios, como debe ser. Eso, está demostrado, no es el caso aquí en Chile como que ante un hecho tan abominable se deja ahora ya en libertad a ese criminal del volante.
Olá, Esteban, essas imensidão de vidas interrompidas é resultado de penas brandas. Aqui no Brasil, a irresponsabilidade de dirigirem embriagados, outros ao celular, está gerando muita indignação, e povo nas ruas pedindo leis fortes e que sejam cumpridas. Há uma revolta geral. Nossas autoridades tem de colocar suas cabeças para pensar... Aí, aqui, em todo o lugar. Leis não são para bonito, apenas.
Abraços!
Hay un dicho, apreciada Tais "mal de muchos, consuelo de tontos", pero no nos podemos conformar con que pasa en muchas partes. Es falla absoluta de la justicia en nuestros países.Aquí en Chile la policía hace esfuerzos notables para detener a infractores y delincuentes y la ¿justicia? los deja en libertad. Ayer un grupo asaltó con violencia un supermercado, fue detenido y más tarde los antisociales quedaron libres. De modo que lamentablemente no es solamente un asunto de conductores ebrios.Asombra negativamente.
En todos lados cuecen habas. Injusticias como esas suceden a veces por aquí también, incluso ha habido casos sangrantes de gentes famosas, que después de provocar la muerte de alguna persona, por conducir ebrios, a los pocos meses, se van de rositas. Una vergüenza.
Ayer precisamente, como estamos en temporada de vacaciones, y circulan diariamente millones de coches por nuestras carreteras, estuve viendo los cifras aterradoras que nos ofrece Tráfico: Se están haciendo 20.000 pruebas diariamente de alcohol y drogas a los conductores, en más de 800 puntos. El año pasado dieron positivo 95000 personas, y aunque los conductores cada vez estamos más concienciado con el tema, van ya 19000 detenidos, en los últimos 12 meses, y 1250 conductores reincidentes cumplen condena por conducir ebrios.
Aunque mal de muchos, consuelo de tontos, he querido dar estos datos, porque son CIFRAS DE ESCALOFRÍO PARA UN PROBLEMA DE SIMPAR ENVERGADURA, y más, sabiendo que este año nos van a visitar más de 70 millones de turistas. ¡Que Dios nos coja confesado!.
Un fuerte abrazo, Esteban.
¡Qué cifras Manuel! ¡70 millones de visitantes! Nosotros en Chile somos 17 millones de habitantes nada más, desde Arica a la Antártica.Sin duda la irresponsabilidad de manejar ebrio, por allá se ve dramáticamente aumentada entre la multitudinaria cantidad de locales y turistas. Pero una sola víctima en España o acá por culpa de "curaos" conduciendo, ya es gran y triste pérdida y por supuesto son y serán más de una.
Otro abrazo para ti.
Lo lamento mucho, mi muy querido amigo Esteban.
Recibe mi solidario abrazo.
Gracias Ricardo.
Lamento mucho el trágico suceso que nos cuentas, amigo. Mis respetos y condolencias para Javier Muñoz (que en paz descanse) y para cuantos le querían y estimaban.
Yo no me siento capaz de valorar una condena, y creo que ha de ser muy difícil decidir cuánto tiempo debe estar una persona en prisión según qué delito ha cometido. Pero doctores tiene la Iglesia, e imagino que la decisión que han tomado los jueces rebajando la condena, por más que nos parezca una burla, es perfectamente legal.
De Chile no puedo hablar porque ignoro muchísimo, sin embargo no creo que vuestro ordenamiento jurídico difiera mucho del que tenemos en España. Aquí, estar ebrio o bajo los efectos de otras drogas también se considera un atenuante, al menos en muchos casos (no estoy seguro de que sea en todos ni de forma automática) y desde luego me parece un absurdo incomprensible; en cambio, cuando estuve en el Ejército como soldado de reemplazo era un agravante, y me parecía lógico, no sé si lo seguirá siendo, pero creo que debería ser así tanto en el ámbito civil como militar.
También te puedo decir, Esteban, que cuando charlamos de estos temas entre parientes, amigos y colegas, normalmente me suelo mostrar muy cauto porque todos los días, sin excepción, veo cometer muchas estupideces al volante, situaciones potenciales de elevado riesgo en las que si no pasa nada (la inmensa mayoría de las veces) es por puro milagro, y casi nunca las protagonizan conductores ebrios ni drogados. Creo, que la mejor actitud que podemos tener es examinar nuestro ojo, no vaya a ser que tengamos la viga metida, y actuar en consecuencia. A mí me da igual si me atropella un borracho o alguien que miró el móvil “un momento” y no me vio, por ejemplo, o que conduce muy cansado, o bajo los efectos de medicamentos incompatibles con estar al volante, o porque tiene muy poca pericia y conocimiento y ningún interés en aprender, o porque no sabe frenar ni cómo funciona el ABS, o porque entró en pánico y queriendo pisar el freno no cambió el pie de sitio y clavó el acelerador (pasa mucho más de lo que normalmente nos imaginamos). En fin, podría seguir, pero creo que es suficiente para llegar a la certidumbre de que quien esté libre de pecado que lance la primera piedra, ¿verdad?
Tendemos a pensar, y no personalizo en ti ni en nadie, claro, que son los demás el problema, cuando en realidad nadie estamos libres de cometer errores por acción u omisión, y de hecho los cometemos.
Te voy a dar un par de datos que, si no los conoces, seguramente te sorprenderán. En España, llevamos unos cuantos años consecutivos en los que los muertos por suicidio doblan (más o menos) en número al de fallecidos en las carreteras. Y, el año pasado, haciendo deporte murieron 1.000 personas. Y nadie muestra preocupación por esto.
Cuando sale a colación esos famosos conceptos de “concienciación” y “sensibilización”, casi todas las personas con las que hablo afirman que lo están pero los demás no; y espontáneamente te aseguran que ellos no pasan de 120, siempre se ponen el cinturón y que no beben. Bien, suponiendo que sea cierto, pero es que no basta, hay que hacer mucho más.
Un fuerte abrazo.
Estimado tocayo:
Agradezco tu comentario, documentado y profundo, propio de un especialista en el tema.Creo que la realidad de España en esta materia no difiere mucho de la nuestra.Sin duda que si uno es víctima de un accidente de tránsito por las causales que mencionas y no por la ebriedad del otro conductor, resulta igualmente deplorable.Pero pienso que si bien es efectivo que debiera haber penas tal vez mayores para quién, verbigracia, lo provoca por estar más preocupado de su conversación telefónica que de manejar bien, es más difícil de comprobar su irresponsable acción previa, aparte del hecho que parece mucho más reprobable que alguien reiteradamente, como en el caso del victimario de Javier, conduzca comprobadamente en estado etílico y no haya escarmentado. En Chile debido a la enormidad de casos similares se ha intensificado el control y las campañas de prevención en la materia. Por ello con mayor razón sorprende e indigna que en casos como el descrito triunfe la indolencia, el irrespeto a la vida propia y ajena y un tipo beba en exceso a sabiendas que va a conducir, situación que compromete a todos quienes se le crucen en el camino y a él mismo en un muy posible accidente. Me rebelo ante el hecho que tanto en tu país como en el mío el conducir ebrio pudiera ser atenuante y no agravante. Es en mi modesta opinión,un atentado a la inteligencia.
Otro fuerte abrazo.
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