A veces me piden mis gentiles lectores en sus comentarios,que cuente más anécdotas de radio y televisión.Como este blog nació en 2006, creo haber publicado todas o la mayoría de esas vivencias, al través de casi 9 años, Pero dado que constantemente aparecen nuevos adherentes ocasionales o permanentes a esta página,creo que se admite alguna repetición, principalmente si ella, al modesto juicio de quién escribe, representa situaciones irrepetibles. Esto lo publiqué a fines del mismo año 2006 y Alguna vez lo volví a ofrecer,pero también hace ya mucho tiempo.
Radio Prat
En un post anterior me refería a Radio Prat, que marcó historia en su rubro, más allá de la connotación de su nombre vinculado a un héroe naval chileno.
Cabe recordar que esa emisora trajo al charro Jorge Negrete a Chile, por allá en 1945.
En esa emisora hizo sus primeras armas en Santiago tras sus inicios en el sur y un rápido paso por Radio Cooperativa, Raúl Matas, notable comunicador criollo y ahí se efectuaban ya a mediados de la década de los años 50 interesantes espectáculos, tipo show, cada noche en un auditorio situado junto a sus estudios y oficinas, en ese entonces en calle Santa Lucía de la capital, frente al cerro de igual denominación.
Durante meses las estrellas principales eran Silvia Infantas y los Baqueanos, un grupo folklórico de enorme arrastre.
Lo que quiero contar ahora data de fines de los años 50.
Yo me había iniciado casi simultáneamente en la actividad, en Radio Continental y en Radio Prat.
Por 1954 participaba en Así Marcha el Deporte, con Raimundo Loézar Moreno y su equipo.
Lo notable del caso, también impensable hoy en día, es que terminado el programa a las 20 horas, nos ibamos caminando TODOS quienes lo habíamos hecho, por calle Moneda hasta la calle Nueva York, donde estaban los estudios de Radio La Americana. Y allí, a las 20. 30 horas repetíamos lo mismo que habíamos dicho en la Prat, con otra característica musical-eso sí- y bajo el nombre de Sinopsis del Deporte.
Eran distintos los auspiciadores y don Raimundo, que hacía de empresario, arrendaba las dos medias horas de lunes a viernes, tanto en Prat como en La Americana. Pero el fútbol lo transmitíamos en Radio Prat, haciéndole la competencia- entre otras- a la propia Americana, donde campeaba el equipo dirigido por Héctor "Pituto" González y su sobrino, Luis Vicentini, hijo del exitoso boxeador chileno del mismo nombre.
En Radio Prat eran animadores y locutores, entre otras voces, Mario Barahona, desde hace décadas trabajando en emisoras de idioma español en los Estados Unidos y un joven y promisorio Enrique Maluenda, de gran figuración años después en estaciones radiales y televisivas de Centroamérica y el Perú.
Ahora doy un salto en el tiempo, para referir una inolvidable experiencia personal.
En la misma Radio Prat, ya ubicada en calle Mac Iver, el director de deportes de la emisora por 1958, Nicanor Molinare de la Plaza, pensó con razón que había que hacer algo para transmitir la parte final del Mundial de Fútbol en Suecia.
Pónganse, eso sí, en la realidad de la época. Por cierto no había televisión. En Chile recién se estaba haciendo TV experimentalmente casi en Valparaíso y en el Canal de la Universidad de Chile, ubicado en la Escuela de Ingeniería en calle Beaucheff. Tampoco nadie transmitía el Mundial por radio desde Estocolmo y las demás ciudades de esa nación. Desde luego, Chile no había clasificado y por tanto no participaba. Los argentinos, esperanza sudamericana, tras una horrible campaña se habían ido en la primera ronda en canchas suecas y con ello sus poderosas radios en onda corta también.
La solución era Brasil. Jugarían la semifinal los amarillos contra Francia.
Entonces sintonizamos un gigantesco receptor de onda corta, conocido como Halicrafter o algo por el estilo.
Pero Nicanor, hombre de consolidado prestigio en la época no quiso arriesgar su fama con razón y se arrepintió de hacer lo que tenía planeado. Tampoco se atrevió el relator Abraham Dueñas, de modo que el que "se tiró a los leones" fui yo, imbuido con toda la vitalidad y el atrevimiento de mis entonces 22 años.
Con unos enormes fonos, yo escuchaba a duras penas una transmisión brasileña, que llegaba llena de interferencias por onda corta y además, lógico, en idioma portugués. Como simultáneamente debía relatar, se me perdía más "el original". Ante las dificultades, total ya estábamos lanzados y había que "echarle pa'lante", Nicanor instaló una especie de mapa sobre la mesa, con los nombres de los jugadores y debido a que él escuchaba mejor por el hecho que no debía hablar al mismo tiempo, me indicaba con sus dedos los supuestos desplazamientos de los futbolistas en la lejana Suecia. Yo me basaba como "fuente informativa" en lo poco que alcanzaba a oír y en las diestras manos de Nicanor.
Una aclaración. En todo momento dijimos lo que estábamos haciendo. No pretendíamos estar transmitiendo desde Estocolmo y revelábamos que la narración tenía como origen una estación brasileña.
Fue tal el éxito que nos atrevimos a más.
Era un miercoles y la final Brasil- Suecia iba a ser el domingo.
Nos preparamos con esmero. Repetimos todo. El "mapa" con los jugadores estaba mucho más elaborado. Y me lancé en esa espectacular final en que Garrincha y Pelé hicieron de las suyas.
Chile- o Santiago y en provincias hasta donde alcanzara la onda, para ser precisos- vibró con esa final que terminó 5 a 2 para la "verdeamarela".
Lo único malo es que con tanta interferencia no reparé en el último gol de los brasileños, que fue sobre la hora, y en Radio Prat sólo ganó Brasil por... 4 a 2. No obstante el mapa y los dedos de Nicanor.
Claramente, eran otros tiempos.
30 comentarios:
Mi papá empezó en radio, pero pasó a la televisión a comienzos de los años 60. Pero estas historias tuyas se me hacen tan familiares, me hacen recordar las que escuché en mi niñez.
De verdad que lo que cuentas parece una fantasía. ¡Quién imaginaría ahora "ver" la final de un Mundial así!
Mucho me habría agradado haber podido conocer a tu papá, Gabriela.
En verdad son tiempos absolutamente irrepetibles en que la radio era el máximo elemento comunicador, por sobre "la frialdad" de los medios escritos.
Algo más, Gabriela, aunque nuestro contacto parezca chat.
Como factor de similitud debo decirte que yo también pasé a la TV, con participación diaria en esa década (1964) pero manteniendo mi participación en radio.
Tiempos nada que ver con los de hoy; recién se asomaba al aire alguna emisora en FM y la televisión era en blanco y negro, algo que mis nietos no comprenderían cabalmente. Menos en esta época de HD.
Tenho lido muitos histórias sobre os primeiros tempos de TV e o que os radiologistas inventavam para parecer que estavam a ver as imagens.
Um abraço e resto de boa semana
Hay muchas, Elvira. Dan para varios libros.
Entretenido e interesante relato de tu paso por el medio de comunicación por excelencia.
Un abrazo.
Gracias Armando.
Los que creían que con el avance de la TV la radio moriría, estuvieron profundamente equivocados.Menos mal.
Que emocionante tu experiencia. Como oidor tuve algo de experiencia en el supuesto cambio de la radio a la TV y como bien lo decís "menos mal" la radio seguirá siendo el denominador común de la comunicación. Gracias por reeditar estos saludables recuerdos Esteban.... Leer tus recuerdos me hace mucho bien..
Eres muy gentil, estimado poeta Lao.
Me alegra que mis emociones de entonces plasmadas en el escrito, generen en lectores como tu algo del ámbito y las circunstancias de esos tiempos.
El maravilloso y siempre ensoñador mundo de la radio... recuerdo que de pequeño, mi abuela conectaba un pequeño transistor que tenía sobre la nevera cuando cenábamos; mientras otros ya se dejaban llevar por un televisor junto al microondas.
Hay cosas que no deberían perderse.
Abrazotes.
Para los entrados en canas, Borja, que en mi caso son bastantes, nuestra infancia era incluso sin opción de preferir la radio o la tele. Esta no existía, pero por falta de imagen surgía la fantasía. Un famoso colega dijo una vez que al encontrarse casualmente una dama con él, le dijo "-Usted es (fulano de tal)". -"En efecto, yo soy" a lo que la mujer replicó con un simple y desencantado "pssss".
Toda una reseña histórica, estimado Esteban!
Sencillamente encantador el relato, me ha dado mucha ternura :)
Deseo que pases una excelente semana, un fuerte abrazo
Gracias, gentil Rud.Si el relato te ha generado ternura, me siento más que recompensado.Va también para ti el deseo de una excelente semana, junto a un abrazo de reciprocidad, amiga.
Con interferencia o sin ella, Esteben, he pasado unos momentos muy agradables leyendo tu relato e imaginando las escenas al dedillo.
Un abrazo.
Bien dicen, Rafael, que el pasado revive y cobra valor, mediante el recuerdo y la transmisión de experiencias. Esas interferencias, en época de satélites, parecen cosa de ficción.
Excelente entrada,me ha hecho ilusión que recordara su estancia en Asturias con el mundial 82 saludos
Gracias Amatista doble.
Lo del Mundial del 82, o sea 20 años después de lo que cuento en este post, fue muy diferente.
Haber estado "en vivo" en un Mundial, rodeado de la atmósfera fantástica de Asturias en su primera parte (luego fuimos a Madrid), por cierto que me quedó impregnado absolutamente en la mente,el alma y el corazón.
Hola Esteban:
Las buenas anécdotas admiten más de un reposición porque los nuevos comentaristas no conocemos todo lo que has editado con antelación. Me alegra que hayas elegido esta historia. Cuando mencionas al charro Negrete me acuerdas de mi madre y de su fidelidad por la música mexicana.
Después de leerte con atención, agradezco me hayas insertado en la época romántica de la radio, cuando asistir a sus emisiones era de gran importancia porque los artistas actuaban en directo. Definitivamente quedo con la absoluta certeza, de que tienes material más que suficiente para escribir un libro con todas las historias que has atesorado con el transcurso del tiempo. Sería importante para la memoria colectiva enseñarles de que forma comenzó la radio, porque la señal auditiva nunca terminará, está y estará presente siempre a nuestro lado.
Tienes que tener gran imaginación para haber armado un partido en base a los desplazamientos de los deditos de Molinare...ja ja...Me recuerdas a uno de mis hijos que recortaba en papel soldados romanos que luego colocaba en acción con sus dedos.
Abrazos Esteban.
Agradezco inmensamente tu comentario, Taty, y tu amabilidad.
En todo caso legitima, al no tener temas nuevos que me parecieran interesantes, recobrar recuerdos ya publicados, pensando en lectores como tu, quienes por llegar no hace mucho a este blog, pudieran interesarse por lo levantado hacia la web algunos años atrás.
Un abrazo.
Si, mi estimado Esteban, eran otros tiempos que hoy revives con tu ingeniosa narrativa.
Eres un gran periodista y Radio Prat sin duda alguna es parte de tu excelsa colección.
Un abrazo
Gracias Ricardo.
Tal vez en tu infancia vivida en Santiago, como lo contaste alguna vez, pudiste escuchar Radio Prat, CB 97, "la emisora de todos los hogares", según su slogan. Aunque los niños de entonces, no sabían siempre la identidad de la estación que sintonizaban sus padres.
Abrazo.
Hola Esteban, vine a devolver tu atención, y me encontré con un relato fascinante de tus primeros años en la radiofonía, hermosos recuerdos y la sorpresa es que estás en Chile! Casi todos los amigos del blog son de España y te hacía de ahí al ver tus comentarios en algunos de ellos, un abrazo!
Gracias, María Cristina.
Así de chico se nos hace el mundo. En mi caso, contrariamente,muchos de mis amigos son de...España.
Qué anécdota inolvidable y que recorrido por esas calles Chilenas de una emisora a otra! Me encantó. Gracias por compartir un retazo de tu vida. Abrazo
Qué bueno, estimada RosaMaría, que hayas recorrido conmigo las calles santiaguinas del pasado.
Muy interesante todo lo que nos cuentas. ¡Son las huellas que quedan de las ricas e inolvidables experiencias que has vivido!
Puedes sentirte orgulloso de formar parte de las voces de la radio, de las voces queridas que han acompañado e informado a tantas personas en tu país.
El mundo de la radio marcó de manera importante nuestras vidas a los de una generación como la nuestra. Yo sigo fiel a las ondas y me gusta más la radio que la TV.
Un abrazo atlántico.
Entonces, apreciada Chela, te devuelvo tu abrazo atlático, por uno pacífico.
Cierto que la radio nos ha marcado, a los de viejos tiempos. Incluso forjó mi destino, como radioescucha desde niño.
Muchas gracias Tarotist por el comentario. Espero que tengas éxito en el pedido.
Estimado Esteban:
Felicitaciones, me gusta el blog. Junto con saludar, quería también hacer una consulta respecto a una persona que se menciona en este artículo: Luis Vicentini. Soy historiador australiano con permanencia en chile, y llevo 5 años en Santiago. También soy aficionado del box y me fascina la historia del boxeo chileno, en particular la trayectoria de Vicentini. He revisado la prensa de los 20 y los 30, pero hay muy poca información sobre su familia. Tu artículo es la única referencia que he encontrado a Luis hijo. ¿Tienes más información sobre el hijo, o la familia? Cualquier consejo sería muy agradecido.
Saludos cordiales,
Leith Passmore
Hola Leith:
Agradezco tu amable visita y comentario. Luis Vicentini, hijo, fue importante en mis comienzos radiales, en las emisoras La Americana y Balmaceda. Lamentablemente con el paso del tiempo no lo volví a ver, ni a saber de él. Menos tengo referencias del pasado, en que su padre fue un importante boxeador chileno, en época en que este deporte al decir de las crónicas, era por lejos después del fútbol el deporte más popular en nuestro país.
Espero recibirte de nuevo en este blog, amigo.
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