Alfonso Lara (Q.E.P.D.)
Fin de semana. Era un simple partido entre equipos de segunda división y no volaba una mosca.
El minuto de silencio previo al choque entre Barnechea y Lota- Schwager, en homenaje a Alfonso Lara, ex seleccionado chileno fallecido hace pocos días, fue acogido con respeto absoluto por jugadores, cuerpos técnicos y arbitral, más el público.Como debe ser...como siempre se espera que sea.
Pero una golondrina no hace verano. En las otras canchas partiendo por las multitudinarias de primera división, el mismo minuto ¿de silencio? no fue observado con elemental respeto.
Lo peor había sucedido a mitad de semana en Dinamarca. La Federación chilena consiguió que antes del encuentro amistoso entre nuestra selección y su similar de Iraq, también se estableciera un minuto de recordación por Lara.
Se formaron en el centro del campo los sucesores del fallecido, o sea la actual selección nacional de fútbol, más sus colegas asiáticos y el árbitro danés procedió a dar el silbato de conmemoración. Sin embargo en lugar del esperable silencio, parte del público formado en su mayoría por compatriotas residentes en países europeos quienes se habían congregado en el estadio para ver jugar a la roja, utilizó el minuto de ¿silencio? para gritar destempladamente lo que debe haber causado asombro en su entorno.
Aunque tal vez no tanto, porque se trataba solamente de un minuto de silencio no guardado. Habría sido lo de menos, si parte de esos hinchas no hubiesen necesitado la intervención de fuerzas policiales danesas al ingresar al recinto. Los que lo hacían con camisetas de Colo Colo observaban que había otros que lucían las de Universidad de Chile, y viceversa. Entonces los portadores de las casacas de los clubes más populares del país, estimaron que no era menester unir fuerzas para alentar a la llamada "roja de todos" en suelo ajeno, sino, por el contrario, desatar las más bajas pasiones y ponerse a pelear. Los grupos partidarios de uno y otro club, tras imprecaciones mutuas, empezaron a golpearse, frente a lo cual la policía de Copenhague procedió a separar a los contendientes.
Hace poco en Montevideo, previo a un partido de Copa Sudamericana, un grupo de fanáticos que había viajado especialmente para alentar a Colo Colo ante El Tanque Sisley, vio a un inofensivo ciudadano uruguayo vestido con la camiseta de Peñarol, club que ni siquiera era el adversario de esa noche, pero como la irracionalidad es lo que afecta a los hinchas destemplados, los tipos aprovecharon su superioridad numérica para agredir al infortunado peñarolense, quíén corrió a refugiarse en un local comercial, el que fue apedreado por los colocolinos.
Como epílogo de esta lamentable historia, tras ser detenidos los protagonistas del bochorno, la policía uruguaya, para no hacerse más problemas seguramente, los dejó en libertad y por la noche los energúmenos hasta pudieron presenciar tranquilamente el partido ganado por su equipo.
¿A qué viene este relato de hechos?
Simplemente porque me acongoja que situaciones de esa gravedad apenas hayan merecido párrafos mínimos en la prensa nacional escrita, menciones insignificantes en televisión y radio y ningún Mea Culpa. Obviamente el mismo Colo Colo debió haberse manifestado en desligarse claramente de los forajidos y disculpar públicamente una acción de desquiciados ajenos al sentir de la entidad.
Definitivamente quienes vibramos con las expresiones del deporte "per se", deberemos aceptar que nuestros tiempos permiten ese tipo de actitudes condenables, pero ¿condenables por quienes?
12 comentarios:
Eso me hace acordar lo que pasa en Lima cuando hay uno de los llamados clásicos U-Alianza Lima: no sé cuántos policías deben ir a cuidar los alrededores para evitar que los vándalos hagan lo único que saben hacer... destrozar y destruir.
Pobres las personas que viven cerca de un estadio.
Gabriela:
Ese mismo0s tipo de vándalos los hay también aquí de sobra, pero en los casos que explico en el post es peor, porque actuaban en otros países.
Concuerdo en aquello de pobres las personas quer viven cerca de un estadio....sobretodo de determinados estadios.
el interrogante está en ¿quien tiene la autoridad para ponerle el cascabel al gato?
lamentablemente también una manzana pudre todo el cajón y la buena imagen del fútbol se arruina amigo ESTEBAN!!
Es lamentable que un deporte que es toda una fiesta se convierta en pretexto para la violencia y que, se llegue hasta la muerte, por usar una u otra camiseta o inclusive se peleen entre hinchas del mismo equipo.
Un abrazo, estimado amigo.
Lao:
Lo peor, apreciado amigo, es que muy pocos quieren preocuparse de cascabelear al felino.
Rafael:
Es verdad:
Muchas veces se trata de eso, pretexto para la violencia.
Otro abrazo para ti.
Esteban,
Es lamentable, pero más allá de la nula educación de los fanáticos, hay una ira enraizada en el pueblo que surge y se desata en la primera oportunidad que se presente para ello. Hay un "no querer crecer" culturalmente, una sobre valorada "choreza" o "las reglas están para romperse" que se vincula con un subdesarrollo intelectual y emocional. ¿Soluciones? Uy...si las tuviera, me habrían llevado los rusos. Abrazos, darling.
PD: Gracias por tu preocupación, pero, por fortuna, he estado colapsada de pegas...muchas ;)
Mary:
Me alegro, amiga, que estés colapsada de pega.
Me contaba un taxista que tras el partido de Colo Colo con Iquique en el Monumental, él iba detrás de un bus de recorrido habitual en que viajaban de regreso hinchas de Colo Colo. Dice que delante de cada semáforo se bajaban del bus un montón de ellos, atacaban como hormigas a los autos allí detenidos, robaban carteras y lo que pudieran y se volvían a subir al bus que partía.¡¡¡¡¡¡¡¡
Hola Esteban:
Me reincorporo al mundo bloggero, después de seis meses de ausencia...Ya te comentaré los motivos... El Barça va que se sale...!!!
Un cordial saludo,
Luis:
Me alegro enormemente. Quidquid merecía una nueva "manito de gato" como decimos en Chile.
Al Barza lo seguimos en la tele como si fuera un equipo chileno.
Va también un cordial saludo para ti y esposa.
Lo mismo pasa aquí en Perú, desde que tengo uso de razón nunca se ha respetado el minuto de silencio y muy rara vez el canto de un himno rival. Soy de la idea que no deben efectuarse ninguno de los dos. Sobre los periodistas, ellos viven del fútbol si resaltan los desmanes existe el peligro que suspendan los partidos. Recuerdo que un día estaba en un clásico en el estadio de Alianza y los policías tiraron bombas lacrimógenas a la tribuna donde estaba mientras la mayoría bajaba las gradas desesperados opté con el poco aire que me quedaba ir a la parte más alta y la pasé más tranquilo. Esto pasó no obstante haber ocurrido a finales de los sesenta la mayor desgracia mundial en el estadio Nacional de Lima dónde hubieron cientos de muertos por lo mismo el tirar bombas lacrimógenas a la tribuna. Esta vez era la segunda no hubieron muertos felizmente pero el periodismo no dijo nada. Un gran abrazo desde Lima Perú.
Jorge:
Es un espanto, en todas partes...pero, en el caso nuestro, hemos hecho de la inconducta de las barras bravas, sobretodo de la U y de Colo Colo, una "exportación no tradicional",que avergüenza.
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