Coincidiendo desafortunadamente con nuestras Fiestas Patrias, Chile no solamente ha perdido en Copa Davis ante Italia, sino que, además, ha marcado el fin de una generación dorada de nuestros tenistas.
Marcelo Ríos, Fernando González y Nicolás Massú fueron por años sucesores brillantes de Luis Ayala, Jaime Fillol y Patricio Cornejo, pero tras ellos se produce una sequía lastimosa, porque el mejor de los demás y actualmente tenista número uno de Chile, Paul Capdeville, bordea la zona del lugar 100.
Cabe añorar que Ríos fue, aunque por poco tiempo, NÚMERO UNO del mundo y que, en ese orden calendario, Ayala, Fillol, González y Massú estuvieron también en su peak, entre los Top Ten. También durante años nos dio gloria el actual capitán de nuestro equipo de Copa Davis, Hans Gildemeister.
Massú ganó dos medallas olímpicas de oro y Fernando González nos otorgó una de bronce, y entre ambos lograron el título máximo en dos mundiales de selecciones nacionales en Alemania. En Düsseldorf también estuvo en el equipo en el primero de los logros, el chino Ríos actualmente ya retirado desde hace varios años, salvo exhibiciones y campeonatos de veteranos.
Pero, aunque sea frase común, el tiempo no transcurre en vano. Hoy Massú, lejos de los mejores, lucha denodadamente por volver a su mejor estado en torneos de menor alcurnia al través del mundo, convencido que puede lograrlo, pese a que económicamente está en condiciones de colgar la raqueta.
González acosado por lesiones diversas trató, tras intervención quirúrgica, de retomar vuelo, pero en esta serie frente a los italianos escenificada en el court central de nuestro Estadio Nacional, un fulminante desgarro lo sacó de la cancha, cuando el marcador ante el itálico Fognini estaba a su alcance.
Italia se ha puesto este sábado en ventaja inalcanzable de tres partidos contra cero, con lo que los europeos vuelven al Grupo Mundial y los nuestros caen a Zona Americana, lo que equivale a una especie de segunda división en el tenis internacional.
Puede (y ojalá así fuera) que Fernando y Nicolás superen sus inconvenientes y el peso de tantos años en los court, y regresen a los grandes torneos antes de su retiro definitivo, pero es evidente que nuestra costumbre y orgullo de ver chilenos en los más importantes desafíos del tenis mundial, queda sujeta a alguna generación futura porque, por ahora, tras nuestras estrellas que se apagan, no tenemos a nadie ni siquiera cercano a su nivel.
Por todo lo anterior, la derrota ante Italia, es más que un simple contraste.
Viene a ser un salto al vacío.
6 comentarios:
Sería imprudente de mi parte discutir con los entendidos, por eso no voy a refutar lo expresado en tu post. Solamente pregunto. ¿no es demasiado pesimismo? ¿Por qué no pensar que hay por ahí un talento desconocido aún?
La ignorancia es atrevida, y ese atrevimiento es el que me hace formular estas preguntas.
Li com a atenção que me merece, mas a falar verdade eu não entendo nada de ténis e é um desporto que não consigo acompanhar.
Lamento.
Um abraço e bom Domingo
Gabriela:
Es legítima tu inquietud. Pasa que en el tenis hay rankings constantes para todas las categorías, desde infantiles, y esto es a nivel mundial. Cuando se iban eclipsando los Fillol y los Cornejo, ya aparecian como relevos evidentes Marcelo Ríos y un poco más adelante en el tiempo los Massú y los González, entre otros. Ahora miras el ranking y nos saltamos una generación, porque para futuro hay talento en menores de 15 años. Entremedio no. Y que aparezca un portento que de la calle entre a jugar con éxito con figuras internacionales de unos 19 años para arriba, es casi una utopía.
Elvira:
Agradezco tu visita aunque no entiendas de tenis. Gracias por comentar de todas maneras.
Entiendo, gracias por la explicación.
:D
Así es, jefe. No existen los herederos de campeones. Es una lástima lo que expones en tu entrada, pero ya vendrán tiempos mejores.
Cyrano:
Y bien lo sabes tú, porque Perú también ha tenido brillantes tenistas, que lamentablemente, por ahora, no han tenido sucesores de su gran nivel.
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