Ah...los fanáticos

Gonzalo Jara, actuando por Chile ante Uruguay en eliminatorias mundialistas

Cuando yo entrevistaba futbolistas para la radio o la televisión durante muchos años, tenía la costumbre o (y) la curiosidad de saber qué equipo era el favorito de cada cual de niño.
Generalmente esos gustos precoces no tenían relación ninguna con los colores que de adulto y ya como deportista profesional el reporteado ostentaba.
Pero eso y ciertas declaraciones desafortunadas en algunos casos, hacen que los hinchas más fanáticos pasen cuentas .

También se dan casos como el del recientemente contratado defensa de Universidad Católica, David Henríquez, iniciado en las divisiones menores de Colo Colo y luego su capitán en el primer equipo por varios años, quién antes de un partido frente a su actual club tuvo frases de algún desprecio para con los de la franja, cuyos partidarios no se han olvidado y ahora en que el zaguero volvió desde México a vestir los colores precisamente de la UC, lo hostilizan de un modo insaciable, de forma peor que como pudieran tratar al más enconado adversario.

En el caso de Henríquez existe, al menos para los hinchas, el atenuante de las declaraciones aquellas, lo que demuestra que el futbolista rentado debe mantener un pequeño grado de ventana abierta, por si alguna vez el destino lo pudiera situar en el bando antagonista.

La situación de Gonzalo Jara es diferente. También el de nuestro afamado delantero internacional Alexis Sánchez. Ambos en su infancia, en ciudades alejadas de la capital, tuvieron un pasado en desacuerdo con su realidad futura. Sánchez habría sido según quienes lo conocieron entonces en su natal Tocopilla, ciudad situada a unos 1.700 kilómetros al norte de la capital, hincha de Universidad de Chile. Ya convertido en joven talento del fútbol, debutó en primera división en Cobreloa a los 16 años. Luego saltó a Colo Colo y de allí al balompié argentino e italiano. En cada uno de sus clubes y en la selección chilena de Marcelo Bielsa, su calidad y entrega por la causa ha sido y es encomiable.

Pero a algún antiguo entrenador en sus tiempos infantiles en Tocopilla se le ocurrió, para obtener su cuarto de hora de fama en la tele, recordar con insistencia que Alexis de niño era azul, o sea partidario de la U, adversario tradicional de Colo Colo.
La especie, propalada con fruición por los medios en vista de la identificación de Sánchez con este club donde realizó notables partidos entre otros frente a su favorito de infancia, lograron que la afición colocolina, mayoritaria en todo Chile, se indignara con él.
Afortunadamente Alexis ya no estaba en esa institución y tampoco en el fútbol chileno, con lo que se salvó de la repulsa colectiva, visceral y totalmente injusta.


El caso de Gonzalo Jara resulta patético y de final triste. Iniciado en Huachipato de Talcahuano, unos 500 kilómetros al sur de Santiago, el multifuncional defensa con gran llegada ofensiva saltó también a Colo Colo y a la selección de Bielsa..
Lamentablemente para Jara, en una actitud insólita para un director técnico que debe dominar el camarín, el entrenador hasta hace algunos meses de los albos, Marcelo Barticciotto, culpó por la prensa a 4 jugadores, hasta entonces ídolos en la entidad, de buscar su salida.
Ello bastó para que la enceguecida Garra Blanca, barra brava en Chile o Ultra como le dirían en España, nunca perdonara el supuesto comportamiento de esos jugadores a los que hostiliza con saña. Para colmo surgieron también unos recuerdos fotográficos de cuando Gonzalo era niño en que vestía los colores de Universidad de Chile, cuya camiseta le fue regalada por sus padres en un cumpleaños, cuando tendría unos 2 años de edad.


El calvario para Jara parecía terminado este fin de semana, al firmar un contrato con un club inglés de segunda división, ante el beneplácito de la directiva de Colo Colo por el gran negocio que la operación le reportaba en términos económicos.
El futbolista aseguraba en gran parte su futuro, se iba a un fútbol muy competitivo y escapaba de la furia inacabable de los hinchas del club que estaba defendiendo.
Sin embargo ya el martes de esta semana se supo que por un problema de fondos, el traspaso había fracasado.