Carabineros de Chile en control de caminos
Recientemente una conocida animadora de televisión fue sorprendida manejando su automóvil en estado de ebriedad, lo que Carabineros de Chile, que es nuestra policía uniformada, califica realizando el llamado alcotest. Este elemento permite establecer también la diferencia entre conducir bajo los efectos del alcohol o, lo que ciertamente es más grave, hacerlo dentro de los parámetros descritos más arriba.
La interpelada fue impedida, por supuesto, de seguir conduciendo en ese acto y luego sometida al juicio normal que cualquier ciudadano debe afrontar en casos semejantes. Reconoció "su error" y juró a los cuatro vientos que nunca más le pasaría.
Como se trataba de un caso de una personalidad televisiva, el hecho despertó todo tipo de reacciones, la mayoría de condena por su condición de supuesto ejemplo ciudadano y otras de apoyo, porque "quién no ha manejado alguna vez en esas condiciones" como expresaba en un diario uno de sus admiradores. Se trataba de una aseveración destemplada, naturalmente de alguien que está convencido que su propia indolencia e irresponsabilidad es mayoritaria en el proceder de los chilenos, punto al que afortunadamente no hemos llegado.
En todo caso el desliz de la animadora sirvió para reactivar una vieja discusión, basada en innumerables casos anuales que se producen en este país con muertes y lesionados graves con secuelas muchas veces para toda la vida, debido a accidentes de tránsito
Lo sensible es que esos "accidentes" generalmente no son tales en propiedad, sino consecuencias de mala conducción al volante o descuido del peatón, generalmente en ambos casos debido a la ingesta de alcohol.
El endurecimiento de penas no ha servido aparentemente en debida forma para cambiar hábitos en la materia, ni siquiera con la aplicación de la llamada popularmente "Ley Emilia, que fue motivada por un individuo que a exceso de velocidad chocó su vehículo matando a una indefensa niña de ese nombre, quién iba junto a sus padres en el auto de adelante que resultó colisionado.
Lo peor en estos casos es escuchar disculpas similares a miles de anteriores y la aparición espontánea de defensores de lo indefendible.
28 comentarios:
Por aqui é a mesma coisa. O povo tem tendência a desculpara tudo aos seus ídolos e a condenar aqueles que detestam. É dever de cidadania, não fazer nada que ponha em perigo a vida dos outros, mas eu penso que as figuras públicas têm um dever acrescido, porque elas são um exemplo que influenciam muita gente.
Abraço
Es una mal endémico que en todas partes sucede y esto no es una escusa sino una constatación. Y la aparición de defensores de lo indefendible, no solamente en este tema, también es endémico. Un cordial saludo
Así es lamentablemente, Felipe.
Aquí en Santiago de Chile estudiantes anarquistas atentan (otro ejemplo) contra sus propios establecimientos, rociando con bencina a profesores, incendiando las instalaciones de su propio habitat y cometiendo todo tipo de barbaridades.
Lo sensato es por sentido común, que aquellos delincuentes puedan ser expulsados del establecimiento en el acto, pero no. Algo tan elemental no es posible porque se requiere de una ley todavía no aprobada, porque tampoco faltan parlamentarios que justifican lo injustificable, o al menos se apiadan de "los pobrecitos" contra los que debería según ellos seguirse un juicio previo.
Mientras tanto, claro, los estudiantes-delincuentes siguen conviviendo con sus compañeros normales y con sus propios maestros a los que agreden e insultan.
En mis 12 años de bloguero jamás he inmiscuido la política en esta página. Sin embargo si se considera que esta podría ser una opinión política lo asumo, porque aquí se pasa a llevar el principio elemental de cuando son "los malos" contra "los buenos" no debe haber medias tintas, pero las hay, Felipe.
De acuerdo, amiga ELVIRA.
Si ya es condenable conducir incluso bajo la influencia del alcohol (peor todavía en estado de ebriedad), en el caso de cualquier hijo de vecino, peor todavía es si quién comete el acto se trata de una figura pública. Afortunadamente en este caso no se produjeron desgracias humanas, pero ello no justifica nada.
No es el primer caso, claro. En múltiples ocasiones uno de los más connotados futbolistas chilenos ha estado envuelto en situaciones semejantes, incluso cuando chocó su Ferrari contra el auto que lo precedía, pero no se le aplicó ni justicia deportiva ni de la otra. No hace mucho en Alemania el mismo jugador se vio envuelto en otro incidente, en este caso no motorizado, pero esta vez deberá pagar una fortuna como multa, de una cuantía que cualquier ciudadano común no tendría como hacerlo.
Abrazo.
El año pasado hubo por acá un caso muy sonado: un tipo que manejaba borracho chocó con dos motos y mató a los tres muchachos que iban en las motos a la misma reunión. Dejó su camioneta abandonada en medio del choque... pero dejó sus documentos. Fugó del país esa noche, pero antes se aseguró de que un trabajador suyo se presentara a decir que era él quien manejaba. Cuando el trabajador vio en lo que se estaba metiendo, dijo la verdad. A los pocos días, el hombre volvió y ahora está preso, condenado a varios años de cárcel por homicidio.
Es uno de tantos casos causados por la irresponsabilidad de algunos que creen que están por sobre todo.
Se podría pensar que la historia que revelas, Gabriela, tuvo un "final feliz", pero ciertamente hay tres muertes de por medio, de modo que solamente se hizo justicia en el caso de una gran tragedia.¡Al menos!
Efectivamente "es uno de tantos casos" que se producen en las calles y rutas del mundo, pero que ya no son noticia fuera de nuestros respectivos países por lo habituales. Distinto es cuando se cae un avión.
Estos controles son muy importantes y quizás diría que hay pocos, pues mas de uno maneja el coche pasando las normas con lo cual es un suicidio para él y para los demás.
En el caso que comentas lo malo que al ser una persona bien conocida hubo comentarios que afectan en bien y en mal y más de uno es molesto.
Un abrazo.
Así es Mari. Siempre son pocos los controles dada la cantidad enorme de irresponsables en la materia que ponen en peligro no solo a si mismos.
Retribuyo abrazo.
Por ciertas razones nunca tomé un vehículo para manejar, siendo mi padre chofer de un bus.
Alguna vez he pensado -aunque nunca he tenido miedo al manejo- que esta situación me ha salvado de estar allí abajo.
Naturalmente repudio nuestra manera insolente e indolente de conducir en nuestro país.
Me retiro porque podría enfadarme.
Abrazos.
Por estos lares, Esteban, son muy frecuentes los casos de personajes reconocidos que cometen esa falta y al ser requeridos por las autoridades les contestan con la ya conocida frase: ¿Usted no sabe quién soy yo? Haciendo alarde de su importancia.
Cabe resaltar que las multas fueron aumentadas considerablemente, pero ni modo, siguen por las mismas.
Un abrazo.
Eso mismo, Rafael, le contestó nuestra estrella futbolística cuando chocó en su Ferrari bajo los efectos del alcohol, al llegar la policía: "¿usted no sabe quién soy yo?".
Son conductas, digamos...universales, parece.
Abrazo.
¡Vaya, Vicente!
No solamente te privaste de asumir las destrezas de tu padre, sino además renunciaste al placer de manejar, que lo es si se toma con la debida moderación. Lo sensible es que incluso conduciendo se puede ser notablemente cuidadoso, pero si otros no lo son puedes pagar "el pato de la boda" con creces.
Abrazo.
Lo triste del admirador de la presentadora, es pensar en la cantidad de tragedias que pasan por culpa de imbéciles así, que banalizan algo tan serio como es manejar un arma tan letal como puede ser un coche si no se es responsable. Porque si alguien quiere vivir "peligrosamente" que se vaya al borde de un barranco y se tire de cabeza contra las rocas, allá él. Pero que no juegue con las vidas ajenas.
Saludos, Esteban
Mientras te leía pensaba, por qué no implementar en los carros un "alcoholímetro"? si no está en condición de conducir, que no encienda el carro....a poco no sería bueno???!!!!
saludos
Con más pasión y legítima indignación, es imposible decirlo, apreciada Ana María.
Abrazo.
Lo lamentable sería, imagino estimada Liliana, que muchos harían caso omiso del alcoholímetro, tal como lo hacen con las reglas del tránsito en general, pero valdría la pena intentarlo.
Tienes mi voto de aprobación.
Famoso o no, es increíble que pueda haber personas que defiendan a estos irresponsables; me gustaría saber si sigue pensando lo mismo, si uno de estos indivíduos@, se llevaran por delante a un hijo, padre, etc., suyo. Aquí en España, además del test de alcohol, al mismo tiempo, se suele hacer el de drogas, que por desgracia es tan peligroso o más que el alcohol, y el porcentaje de detenidos es preocupante por el alto nivel de positivos que se están dando, conduciendo automóviles y convertidos en asesinos en potencia.
Dios nos coja confesado si nos topamos algún día, con alguno de ellos.
Un fuerte abrazo, querido amigo.
Por esas irresposabilidades, amigo Manuel, y a la proliferación de individuos que conducen en tales condiciones, no se sabe al salir de casa si vas a volver.
Retribuyo abrazo.
Mi querido Esteban.
El manejar embriagado representa un peligro para todos.
Un fuerte abrazo
Y vaya qué peligro, Ricardo.
Abrazo.
ESTEBAN: AL PARECER ESTOS PERSONAJES, QUE SE DICE SON CONOCIDOS, PERO TIENEN CERO CRITERIO, PARA COMETER ESTOS ACTO GRAVES, COMO MANEJAR BORRACHA, (PARA MI, NO ES UN ERROR) QUE SE SOLUCIONA CON RECONOCER, QUE PASA CON LA LEY EMILIA?, HASTA CUANDO VAN A MORIR SERES INOCENTES, POR ESTOS IRRESPONSABLES, ALICIA
La ley Emilia, lamentablemente Alicia, no soluciona la irresponsabilidad crónica. Concuerdo con tu crítica.
La embriaguez y el consumo de drogas siempre debería ser un agravante.
Es así Marcos. Para peor algunos lo consideran atenuante.
Olá, querido amigo Esteban, o pior de tudo é quando irresponsáveis se embriagam para dirigir, atropelam e fogem sem, sequer, prestar socorro. Só por esse ato já valeria o dobro da pena! Com os anos a violência no Brasil chegou a níveis inacreditáveis. Creio que em outros países a coisa não é diferente. Crimes fortes, pena forte! E crescem os crimes quando as penas são brandas.
Beijo, amigo Esteban, um bom final de semana!
Es la realidad de nuestros países, apreciada Tais. Comparto tus opiniones.
También te deseo junto a Pedro y familia un feliz fin de semana que no sé si en Brasil lo es tanto como en Chile esta vez: jueves, viernes, sábado y domingo.
Un beso.
También por aquí se cometen esos excesos, siempre con resultados trágicos y una deficiente pena para los infractores-bebedores sean "particulares o conocidos". La ley es blanda en muchos aspectos, también en el de achicar la pena "por buena conducta". Demás está decir que una vida truncada no puede ser devuelta, pero el desconsuelo de la familia se agudiza cuando pasa esto. Beso grandote amigo
Bien dicen que "en todas partes se cuecen habas", RosaMaría y en cada una de ellas se escarmienta poco. Por lo menos la cantidad de accidentes aquí en Chile en los llamados "fines de semana largos" son muchos y con resultados trágicos siempre.
Un beso.
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