jueves, enero 01, 2015

¿Cuál es el verdadero Miami?


No me refiero a las atracciones adicionales sobre las que siempre se habla, como su famoso Acuario, la Jungle Island,  el Zoológico, el Museo de Ciencias, el Jardín Botánico o el Museo de Arte, algunas de las cuales mi hija dentista alcanzó a conocer en sus últimas horas en Miami, adonde viajó por un Congreso de Odontólogos.
Personalmente nunca he estado en la afamada ciudad norteamericana, pero hasta la fecha siempre había sabido que es admirable, encantadora para vivir o para ir de vacaciones y de playas paradisíacas.
Sin embargo, en sus contactos vía  skype y a su regreso, Paulina nos revelaba (a mi esposa y a mí) su decepción con el entorno, independiente a lo vinculado con la interesante y útil reunión profesional a la que asistió, junto a colegas de toda América.

Señala, acostumbrada al tránsito incesante y muchas veces  caótico de Santiago, que allá es peor, que la congestión vehicular es total, con la consiguiente demora, pese a que no son ni siquiera 500 mil habitantes, que las famosas playas de Miami Beach constituyen un desencanto, llenas de algas y de medusas, aparte de sus aguas frías. En el hotel todo tiene tarifa, dice. Solamente abrir el frigobar en su habitación vale en dólares, antes de ni siquiera tener la opción de sacar algún refresco o agua mineral, que la bata de levantarse colocada a la vista aparentemente como gentileza, solamente es utilizable mediante el cargo de otra tarifa adicional, que en los restaurantes adonde concurrió con colegas no hay que confundirse, puesto que al precio del menú habrá que agregar el 18% (sí, 18%) por el servicio del garzón, aunque probablemente no obligatorio, absolutamente necesario por costumbre, amén de un 13% de impuesto. Que si a un taxista se le paga en cifras redondas, el hombre del volante pregunta ¿cuánto le doy de vuelto?

En las tiendas, al valor indicado de cualquier artículo o prenda, hay que considerar además el costo de la atención que se carga en la cuenta final, más el impuesto. En Chile estamos acostumbrados a que todos esos valores extra ya están enmarcados dentro del precio mismo del producto expuesto, tanto en locales grandes o chicos. Aparte que el trabajo de las o los atendedores lo paga íntegramente el dueño, salvo en restaurantes o al poner gasolina en que se estila la propina.

Dejo el tema abierto a la consideración de mis estimados lectores, alguno de los cuales pudo haber estado alguna vez en la famosa urbe del estado de La Florida o a la voz autorizada de quienes allá viven, como el distinguido bloguero colombiano Ricardo Tribin, generalmente visitante de esta página.

Una última consideración: 
Varios cubanos de los miles que habitan allí, le comentaron a Paulina y lo pudo comprobar In Situ que la famosa Pequeña Habana de Miami, en vista de la mejorada situación económica de muchos de sus antiguos habitantes que se habrían ido a otros barrios, es ahora ocupada mayoritariamente por...haitianos.

13 comentarios:

Gabriela dijo...

Me atrevo a decir que todos esos son el verdadero Miami. Lo que pasa es que las más de la veces nos muestran su lado bonito y solamente quien lo ve o vive desde dentro puede llegar a ver cómo es el lado no tan bonito. Ese del que nadie hace publicidad y casi nunca se habla.

esteban lob dijo...

Suena inapelable tu argumento, Gabriela.

LAO dijo...

Lo dicho por Gabriela tiene directamente que ver con la historia de mi hijo sobre el cruel "Verdadero Miami" en que viviera mi hijo trabajando como inmigrante junto a cubanos y otras personas latinas.
Falleció a los 24 años en un accidente mientras lo trasladaban a su trabajo como albañil porque era su única alternativa para intentar evolucionar. Comprenderás que no me da para comentarte mas sobre este asunto. Lo único que puedo sostener es que Miami da una falsa cara hacia el mundo amigo Esteban....

esteban lob dijo...

Vaya que dramático, amigo Lao.Se me heló la sangre.

Ricardo Tribin dijo...

Querida Esteban.

Tal vez no tuvo suerte pues vivo aquí hace 24 años y me parece un lugar maravilloso.

Te mando un gran abrazo

esteban lob dijo...

Me alegro por ti Ricardo y te agradezco el comentario.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Todo depende, cada cual habla de la fiesta según le haya ido en ella.

Muchas gracias por tu cariño y por tu amistad, te deseo un nuevo año pleno de amor y de prosperidad.

Un abrazo.

esteban lob dijo...

Retribuyo tus buenos deseos, estimado Rafael.
Es muy cierta tu observación, pese a que Paulina estima que lo pasó bien, pero igual se desencantó un poco.

Marcos dijo...

Supongo habrán zonas mas turísticas que otras en que se ceben con el visitante. Como no he estado no puedo opinar, SDi tengo un amigo español en Georgia, que habla maravillas.

esteban lob dijo...

Una vez más, Marcos, vale aquello de "nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira".

Ricardo Tribin dijo...

Mi muy querido Esteban, vuelvo para escribirte desde Kissimmee , ciudad que queda a cuatro horas de Miami por excelente carretera y hoy allí visite dos maravillosos parques temáticos de Disney World: Magic Kingdom y Epcot Center. Ojalá vengas pues para mi este lugar es uno de los más bellos que he visto en mi vida. Para que compares precios mi esposa y yo comimos en un rico restaurante de origen puertorriqueño y nuestro menú fue : Mofongo con pollo( esto es plátano picado con chicharróncintos pulverizados, ajos, y el pollo), dos alcapurrias , que son como dos empanadas pero de patano y yuca, un tamal, y una Coca-Cola, todo ello por 18 dólares , incluida la propina. Que te parece? Te dejo un nuevo y fraternal abrazo de nuevo año.

esteban lob dijo...

¡Estupendo amigo Ricardo!
Como se dice, "sanamente" envidiable.Pienso que como en tantas partes, lo mejor de una gran urbe puede estar en sus afueras.En todo caso, te agradezco tu "segunda pata" en los comentarios sobre el tema. Siempre serás bienvenido. Espero alguna vez poder comer mofongo con pollo así de condimentado.
¡Que tengas junto a tu esposa un muy buen fin de semana!

RosaMaría dijo...

Sí, creo que es según cómo le toca a cada uno, yo viví 20 años en España y gracias a mi profesión viví bien e hice grandes amigos. Volví a mi tierra por estar con la familia, pero fue inolvidablemente bueno. Igual me hubiera gustado pasar por Miami. Besos.