En mis primeros años
en televisión, cuando me resultaba incómodo someterme incluso al necesario maquillaje diario antes de presentar las
noticias, un famoso estilista en peluquería se me acercó para proponerme un
peinado distinto, moderno y con matices propios.
Ante mi reticencia, me
señaló que el trabajo sería muy beneficioso para mi carrera, sin costo, y dijo
que por el solo hecho de exhibirlo ante las pantallas él se sentiría recompensado.
A duras penas acepté,
por lo cual una tarde asistí a su estudio y me senté en su sillón sin mayores
expectativas, pero pensando que tal vez al hacerlo me pondría a tono con las
necesidades estéticas de mi cargo.
Fue una larga sesión
en que mi cabello fue sometido a una suerte de suplicio en que como epílogo se
me puso una pasta especial para consolidar, aquella para mi, máscara capilar
superior.
El profesional
dictaminó una serie de preparados que yo debía usar obligatoriamente a diario para
mantener su creación, la que sería debidamente valorada por los tele
espectadores dada su categoría de “el peluquero de los famosos”.
Eran las 5 de la tarde
y mi aparición en cámara iba a ser a las 20. 30 horas de aquel martes, en los
estudios del antiguo Canal 9 de la Universidad de Chile.
Grande debe haber sido
la decepción del estilista al ver junto
con el comienzo de Pantalla Noticiosa, que su nuevo cliente aparecía con el
mismo mini peinado de la noche anterior, propio de un tipo que empezó a perder
pelo a los 25 años de edad y al cual ese hecho no le importaba en lo más
mínimo.
¿Qué había pasado? Sucede
que entre el término de la sesión de peluquería y mi viaje al estudio de TV, me
había juntado con la en ese entonces mi novia, mi esposa desde hace ya casi 44 años, quién al
verme con el nuevo look montó en cólera y casi sin preámbulo me señaló
tajantemente que en ese mismo instante yo debía decidir entre mantener ese
nuevo “peinado ridículo” o seguir cortejándola.
Convencido, con razón,
que ella tenía todas las de ganar, lo siguiente fue permitir que me deshiciese en un minuto en
plena calle y con sus propias manos la “creación” del estilista.
Recordé el caso, al
ver como actualmente los varones no solamente exageran el cuidado de su
cabello, aparte que algunos usan prendas tan femeninas como aros, sino que
además son dados a la cirugía estética,
que en mi opinión ya me resulta inconveniente incluso en las mujeres.
Pienso que si
nosotros, frágiles seres humanos, estamos expuestos a intervenciones
quirúrgicas constantes por problemas que van desde operaciones cerebrales
insoslayables, pasando por toda una gama de ellas vinculadas con problemas de
corazón, hígado, páncreas, columna y decenas de posibilidades más, resulta
un exceso complicarnos la vida con
cirugías no imprescindibles.
Incluyo en el concepto
los cada día más populares tatuajes, que desde mi perspectiva son una excelente
manera de “tentar al diablo”, exponiéndonos a infecciones y otros males, por no
usar nuestro PC o un simple papel en lugar de nuestros brazos, pecho o espalda, como cuadernos de dibujo.
Se dirá que son los
tiempos. El argumento no me convence y prefiero quedar de anticuado.
27 comentarios:
Hace bastantes años tuve una reunion de trabajo en un hotel de 5 estrellas en Bilbao, La mañana de mi regreso fui a la peluquería del hotel, nunca he pagado tanto por arreglarme los cuatro pelos; me cambio la raya de lado me lo cardó, me lo entrelazó y pegó, que cuando bajé del avión no me conocía mi mujer. A los 5 minutos de llegar a casa, ya tenía mi calva favorita.
Comparto lo que dices, porque tampoco entiendo qué impulsa a una persona a someterse a dolorosas cirugías innecesarias. Una querida amiga mía murió luego de una lipoescultura y aunque no la veía mucho, la extraño tanto que eso simplemente me confirma que estas operaciones no valen la pena.
PD: hubieras conservado aunque fuera una foto de ese peinado, Esteban.
Marcos:
Jajaja. Las historias se repiten.
Gabriela:
María Teresa no me dio ni tiempo para una foto.
Muy divertida tu historia amigo Esteban. Estoy en tu misma lista!!!
Vanidad, vanidad, vanidad, todo es falso, nada es verdad... Mejor ir al natural, para bien o para mal.
Lástima el tiempo y el empeño del estilista, pero lo primero es lo primero.
Un abrazo.
Lao:
¿En la misma lista?
Te incorporo entonces a la SOPEANTA,(Sociedad de Pelados Antitatuajes)
Rafael:
Así es. Una negativa a la "hora de los quihubo" como decimos en Chile, habría cambiado drásticamente el curso de mi vida.
Nota: "Quihubo" pretende decir "qué hubo" en referencia a "la hora de la
verdad" en lenguaje popular.
Estoy por un par de meses en Alemania, Esteban y no siempre al lado de un computados, por eso no he venido, y anado el problema de que Google Reader desapareció y ahora uso Feedly pero no lo termino de dominar para estar atenta a las novedades de los amigos.
******
Comparto lo que dices. Los anos pasan y quisiera arreglarme unas 4 cosas que las horas vividas -y comidas- van dejando, pero de puro pensar en los riesgos innecesarios, habiendo tantos indispensables, no lo haría.
Saludos
AleMamá:
Espero que tus penas computacionales se te pasen con un buen vaso de cerveza, acompañado por un sabroso Pretzel.
Hola Esteban:
Suerte tuviste de la "Jefa"... sino hoy te veríamos con una cresta como esa que llevan algunos jóvenes futbolistas...Lo que ocurre es que algunos somos algo "carcas" y no sabemos lucir los "loocks" modernos!
Alexis...regular.
Saludos
Absolutamente de acordo. Sabe no final dos anos 60 encontrei num hospital no Maputo,( naquele tempo chamava-se Lourenço Marques) uma senhora branca, mulher de quase oitenta anos que tinha o corpo praticamente todo tatuado. Era uma senhora muito interessante. Eu estava no hospital para uma cirurgia ao útero e fiquei muito impressionada com ela. Recém chegada de Portugal continental, (naquela época, Moçambique era uma colónia de Portugal) eu nunca tinha visto uma tatuagem, muito menos um corpo todo tatuado. Fiz amizade com a senhora que me contou ser filha de uma portuguesa e de um inglês, que fugira de casa por amor de um negro, que foi viver para o mato com ele, e que ele chegara a ser o soba da aldeia e que ela era muito querida na aldeia. Disse-me que a maioria das suas tatuagens tinham uma história.
Na aldeia os nativos usavam muito as tatuagens, mas só as jovens solteiras as usavam como enfeite. As outras eram feitas para comemorar o casamento, o nascimento de um filho, a morte de um parente. As delas significavam isso, mas algumas algumas fez apenas para agradar ao marido.
Hoje vejo muitos jovens, com imensas tatuagens, mas confesso que não sei se são feitas da mesma maneira que os indigenas as fazem fora da civilização.
O que sei , e isso de fonte segura que não gosto, e que penso não tem nada a ver com os nossos costumes.
Um abraço e bom fim de semana
A veces sueño que un hermoso varón viene a cortejarme sin más harapos que una desnuda y sedosa piel, una larga y suave cabellera y un fugaz destello de lujuria volcánica en la mirada.
Besos.
Luis:
Líbrame Señor de esos looks que mencionas. (Además, a estas alturas, habría poco espacio para ellos en mi zona capilar).
Alexis se pierde muchos goles, pero ¡cómo recupera balones y apoya con pases que terminan dentro del arco!
Yo diría...un poquito más que regular.
Elvira:
Excelente aporte.
Interesante historia.
También, para ti...feliz fin de semana.
Aniquiladora:
¡Bienvenida a este blog!
Me alegra que te unas a Lluis y Gavina, mis otros amigos catalanes.
Vi tu blog que me parece subyugante.
Lamento no poder cumplir tu sueño, porque carezco del segundo requisito.Jajajaja.
Olá Chile na mensagem de Esteban Blog
Feliz por o encontrar nos "7degraus"
E venho pedir que se inclua nos meus seguidores, para que eu não o possa perder! Eu fiquei por aqui e gostava que ficasse por lá! É possível a gentileza? Agradeço,
Boa tarde
Maria luísa
María Luisa:
Con todo gusto.
Gracias, amigo meu,
Recebi e amei!
Maria luísa
También formo parte del grupo de "anticuados" a mucha honra. Aqui en Perú se publican con frecuencia de pacientes fallecidos en las salas de los cirujanos plásticos. Para qué complicarnos la vida basta y sobra con las operaciones necesarias para sobrevivir y si no se presentan (hasta ahora estoy inviscto en ese aspecto)mejor aún. Saludos desde Lima.
Jorge:
Yo no estoy invicto en las operaciones necesarias, pero me bastan y me sobran, apreciado amigo.
Me estoy imaginando las escenas... primero la de tu asesor de imagen y luego la de tu novia y la gente de alrededor viendo como se descomponía tu peinado artificial. Una anécdota preciosa. En cuanto a operaciones y tratamientos, prescindo de ellos, pues la naturalidad con que llevamos la edad hace que esta sea menos pesada. Besos.
RosaMaría:
Con ese tipo de "asesor de imagen" como amigo...no necesitaba enemigos.(Bromas aparte, debo reconocer,al paso del tiempo, su buena voluntad y buena intención).
buenísimo! de acuerdo con tu senora!!!
pero, en realidad, hoy tampoco importa que alguen sea medio pelado o tenga "entradas";) Hoy no se trata de ocultar la edad o la pela` sino más bien de sacarle provecho a ellas, viviendo lo mejor que se pueda;)
Un abrazo y saludos a tu senora :)
Marta:
Mi señora te agradece la comprensión y también te manda afectuosos saludos.
Recibe otro abrazo de un "pelao" con entradas.
Cada día me gusta mas tu blog, me gusta los temas que tocas, y aunque yo tengo un tatuaje, a sido tema para mi con mi hijos! muy interesantes reflexiones!
Yasna:
En todo caso es mi opinión personal y aunque nadie de mis cercanos ni menos yo nos haríamos tatuajes, respeto tu decisión.
¿Tus hijos te lo reprochan?
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