Pésimo inicio de clasificatorias para Chile

Estadio Monumental de Buenos Aires, que fue escenario del partido

Cuando se pierde 4 a 1 no hay disculpas válidas. Por ese marcador acaba de caer la selección chilena de fútbol en Buenos Aires, en la primera fecha de eliminatorias al Mundial Brasil 2014.

Nuestro entrenador Claudio Borghi se atrevió a exponer un planteamiento muy audaz, jugándosela por un mediocampo con dos creadores como Fernández y Valdivia, sacrificando a un volante defensivo. Estimo que por cierto no es una mala fórmula, tal vez ideal para cuando seamos locales, pero muy peligrosa al actuar de visita ante una potencia mundial, por mal que haya estado Argentina en la reciente Copa América.

Uno de los mencionados, Jorge Valdivia, junto con otro que fue titular, Jean Beausejour, habían sido acusados en horas previas de haber faltado a las obligaciones tácitas de un deportista de alta exigencia, por supuesto estado de intemperancia en minutos anteriores a concentrarse con el grupo. En el caso de Valdivia no sería primera vez, pues estuvo marginado de la selección por mucho tiempo por los mismos motivos.

Ese hecho creó en el llamado equipo de todos una carga adicional, pero ciertamente no fue la causa de tantos errores impropios de jugadores que en su mayoría juegan en ligas importantes de Europa.

Muy temprano, a los 7 minutos de juego, Higuaín había abierto la cuenta ante una desaplicación defensiva chilena y Messi aumentó ya a los 25.

En la segunda etapa cuando los nuestros insinuaban una reacción, otra vez Higuaín a los 6 minutos alargó las cifras para el dueño de casa. Ese gol fue obtenido en claro fuera de juego, no observado por el juez asistente del árbitro central, el colombiano Wilmar Roldán, quién tuvo en general un buen comportamiento. El descuento chileno de Matías Fernández a los 14 minutos de la etapa final, solamente resultó un espejismo y una esperanza fallida, porque tras un grueso error del arquero y capitán de Chile Claudio Bravo, volvió a marcar Higuaín tres minutos más tarde.

Chile luchó pero sin orden ni claridad, ante un equipo que sin hacer nada del otro mundo fue muy superior. De súbito volvimos a los tiempos en que nos faltaban de visita, las buenas cosas que realizábamos en condición de locales.

Nada sacamos con llorar sobre la leche derramada. Ya el próximo martes recibiremos a Perú en un partido de los que habitualmente están en la categoría de ganables, en las matemáticas previas. Pero, cuidado, este Perú tiene un fútbol muy disciplinado y viene con sus 4 "fantásticos" como se apoda al grupo integrado por sus estrellas Pizarro, Farfán, Guerrero y Vargas.

Además le ganó a Paraguay dos a cero jugando muy bien.

El problema para Chile es que estadísticamente en clasificatorias anteriores, tras perder, o empatar en dos casos en Buenos Aires, el desquite era obteniendo los tres puntos en casa ante nuestros vecinos del norte. Si ello esta vez no sucede, tendremos uno o cero punto tras los primeros dos partidos, lo que resultaría lastimoso pese a lo largo de la competencia.

Por la actual equiparidad aparente de fuerzas, el del martes debería ser un gran partido.