La verdad del pulpo Paul

Resultaban muy poco originales e ingeniosos los imitadores del pulpo Paul. El simpático habitante de un acuario alemán había cautivado al mundo con sus aciertos mundialeros en seguidilla, pese a su equivocación anterior en su pronóstico en la final de la Eurocopa.

Tras la atracción mundial que generó Paul, surgieron la Paulette holandesa que se equivocó en su convicción de la victoria naranja en la final y decenas de otros adivinadores, incluyendo una gallina chilena, pero ciertamente como dice la frase, "nunca segundas partes fueron buenas".

Lo más sorprendente es que "la intuición" del pulpo avecindado en Alemania, nacido en Inglaterra y ahora anhelado en España, ha dado para todo tipo de especulaciones antojadizas, siendo que con toda seguridad sus pronósticos obedecen a impulsos espontáneos.
Si así no fuera y resulta que algún humano lo impulsaba a comer el mejillón del lado derecho, como sostienen muchos, habría que premiar a esa persona porque ciertamente él humano tampoco podía saber con anticipación el resultado de los partidos.

En suma, Paul y sus " asesores publicitarios" nos han alegrado el Mundial, por sobre la infinidad de goles perdidos por Chile, arbitrajes deficientes, el show de Maradona hasta que los alemanes lo hicieron enmudecer, patadas criminales como la del holandés De Jong en la final y otras lindezas.
¡Que viva Paul por los siglos de los sig....digo, por el tiempo que le quede de vida, que aunque no termine en una olla y sea respetado hasta el final normal de sus días, no serían muchos más, de acuerdo con el promedio de vida de sus antepasados.