La traición de las Jabulani

Escribo después de los primeros seis partidos del Mundial.
Para Sudamérica no está mal el balance. Que Uruguay haya empatado con Francia y que Argentina haya ganado a Nigeria resulta prometedor.
La tremenda categoría de los futbolistas albicelestes, me sigue haciendo pensar que pueden ser campeones del mundo, no obstante el gran hándicap que dan por el hecho de tener a Maradona como su DT.

Entretanto la pelota tan loba implantada para este campeonato, ya ha cobrado dos víctimas, los arqueros de Inglaterra y de Argelia, vencidos con disparos aparentemente fáciles de ser controlados, pero que terminaron en la red, para alegría de sus disparadores estadounidense y eslovenio, con consecuencias importantes; gracias a esos impactos de distancia, los británicos tuvieron que conformarse con un pálido empate a uno, mientras que los argelinos terminaron vencidos por la cuenta mínima.

Pero, esto recién empieza. Es de esperar que porteros que alertaron ya hace algunas semanas sobre los peligros que presenta para los arqueros la configuración del balón mundialista, como el español Casillas y el chileno Bravo, hayan tomado debida nota del infortunio de sus colegas Green y Gaouaoui, para tratar en su momento de amigarse con la coqueta pelota.