Nuestros futbolistas no escarmientan

Equivocaciones compartidas en dos países distintos:
Chupete Suazo en España, en la victoria de hace algunos minutos de su club Zaragoza frente al Málaga.
Alexis Sánchez en Italia, en el triunfo de su institución, Udinese, ante la Juve.
Los dos hicieron su respectivo gol y en señal de júbilo se sacaron su camiseta.
Consecuencia: tarjeta amarilla para ambos.

En el caso del Chupete, está el atenuante que debajo de la camiseta, portaba otra prenda con la inscripción FUERZA CHILE, que ya había mostrado en ocasión de nuestro reciente terremoto.
Esa vez, dada la circunstancia, el juez de aquel partido le perdonó su acción, pero ciertamente ello no creaba impunidad eterna.

Lo que quiero remarcar es que Alexis y Chupete serán seguramente nuestros delanteros titulares en el Mundial de Sudáfrica y que ese tipo de reacciones imprudentes nos pueden llevar de súbito a quedar con 10 jugadores gratuitamente.

Ya en un post anterior, hice una referencia a la irracional celebración en todo el mundo, cuando los jugadores en el paroxismo de su alegría por convertir, se desprenden de la camiseta por la cual entregan hasta el alma. Todo un contrasentido.

Hoy, gracias a la magia de la modernidad, pude ver y gozar con pocos minutos de diferencia, lo que conseguían el Chupete y el Niño-Gol de Tocopilla, pero con aquel exceso, necesario de corregir, para que no pasemos de repente de la suprema alegría por convertir, a la pena no menor de la expulsión.