Cuando menos se espera

Nuestro fútbol al través de las décadas ha acuñado como propia la frase "Cuando menos se espera".

Había escepticismo casi total en los medios y en la afición.

Los aprontes eran débiles. Muchos querían y seguramente todavía quieren que Nelson Acosta, nuestro DT, se vaya.

Por añadidura Ecuador en el primer tiempo nos superó largamente, con apenas un magro gol de ventaja.

Rara vez llegábamos al arco rival, Navia era un náufrago que por algo hace casi dos temporadas está de capa caída en el fútbol mexicano...Valdivia lucía, pero era improductivo... Mark González dejaba boquerones en su costado... El portero Bravo fallaba en el segundo gol.

Ecuador nos ganaba con todas las de la ley. Con un golazo de Antonio Valencia ante despreocupación defensiva, con otro tras una gran contorsión de Benítez quién marcó de cabeza, tras la débil resistencia de nuestro arquero.

Suazo había puesto un poco antes el 1-1 con su estirpe, la de los grandes goleadores que parecen ausentes, hasta que convierten.

Pero en el segundo tiempo otro gallo cantaría. Acosta acertaría con los cambios. Riffo se alzó desde la defensa como un baluarte. Bravo se acordó que juega al arco en el fútbol español y atajó lo casi inatajable. Y muy sobre el final, Humberto Suazo volvió con el homenaje a su estirpe de super-goleador, mientras que el recién ingresado Carlos Villanueva, el muchacho de Audax, logró lo que hace tiempo no consigue su reemplazado, Matías Fernández, al dar la victoria a Chile con soberbio tiro libre.

Ahora ya será distinto el ánimo y la confianza para enfrentar a Brasil el domingo y después a Méjico, no obstante que lo mejor de Chile pasa en instancias como las de hoy, cuando muy pocos creen.