sábado, enero 16, 2016

Tatuajes; enemigos de nuestro cuerpo

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En otra oportunidad ya había escrito sobre mis aprensiones  por los tatuajes. A estas alturas, nadie me puede sacar de la cabeza la convicción de que en un mundo tan demandante como el que nos alberga, con tremendas exigencias y múltiples peligros de salud, el complicarse la vida por añadidura, recibiendo líquidos en nada inocuos, aplicados ultra invasivamente en nuestra piel, no tiene ninguna ventaja para sus adherentes.

Vuelvo sobre el tema, por el caso de un deportista chileno quién actualmente milita en el Bologna del fútbol italiano. Ha jugado poco, porque el DT de su club prefiere mantenerlo generalmente entre los suplentes, pero no ha perdido el tiempo.

Por propia confesión, se ha sentido en la necesidad de llevar a Italia a su tatuador personal, para que le llenara todo el cuerpo de  figuras, de las cuales al irse a Europa tenía ya algunas colocadas en su anatomía.

El experto cumplió con el pedido del futbolista y le plantó imágenes de las hermanas del jugador y otro sinnúmero de tatuajes, que le cubren ahora prácticamente toda la piel.

El "afectado" dijo que la "importación" del tatuador se debe a que como ha sido considerado tan poco en el equipo titular del Bologna, su estado nervioso alterado necesitaba de esa acción en su piel, porque "me hace falta sentir ese dolor".

Reconozco el derecho de cada uno de los habitantes de este planeta para tatuarse si así lo desean, si quieren, inclusive la pupila de sus ojos, pero me asombra  que tan livianamente atentemos contra nuestro cuerpo  gratuitamente.

Los tatuajes tienen más de 5 mil años de existencia; durante mucho tiempo la iglesia católica los prohibió por "ir contra lo creado por Dios". Los hay, sobre todo en nuestra época, particularmente bellos, aunque considero que quienes se los insertan juegan con fuego.

Tal vez, al igual que nuestro futbolista del Bologna, ellos también gusten de ese dolor que experimentan mientras le es inoculado. 



¡Caramba! 

Imagen de:
Batanga.com

25 comentarios:

Elvira Carvalho dijo...

Por cá também temos disso. Em jogadores então é quase tudo. Uns mais outros menos. Pessoalmente eu não gosto de tatuagens. Vivi em África, vi algumas tribos com o corpo todo tatuado. Acho normal, é uma tradição deles. Nós não temos essa tradição. Mas admito que o façam por gosto. O filho, a nora, e a sobrinha têm tatuagens. Respeito o seu gosto. Mas eu não gosto e nunca o faria.
Um abraço e bom fim de semana

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Concuerdo plenamente contigo, Esteban, eso es un verdadero acto de masoquismo... es como tomar veneno de a poquitos, pero inyectado en la piel.

Abrazos.

Gabriela dijo...

Tampoco me gustan los tatuajes, me parecen un atentado contra nuestro cuerpo. Y los futbolistas son los especialistas en andar con todo el cuerpo convertido en un lienzo ambulante. Francamente...
Una amiga se tatuó una letra china en el hombro en su adolescencia. Ahora se arrepiente y tiene que usar ropa que le tape el tatuaje porque le resta seriedad a su imagen de ejecutiva seria. La deberían poner a dar charlas de por qué la gente no se debe hacer tatuajes.

Maluca dijo...

Cada uno es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo. Por mi parte jamás me añadiré nada de lo que no pueda prescindir más tarde, cuando me canse. Otra cosa son las prótesis necesarias. Tanto respeto me merece el cuerpo que a mi hija no le quise agujerear las orejas cuando nació como es costumbre en España. Esperé a que ella me lo pidiera cuando tuvo uso de razón. Más tarde también se agujereó una ceja y el ombligo, de lo cual ahora se arrepiente, por cierto.

Maluca dijo...

Cada uno es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo. Por mi parte jamás me añadiré nada de lo que no pueda prescindir más tarde, cuando me canse. Otra cosa son las prótesis necesarias. Tanto respeto me merece el cuerpo que a mi hija no le quise agujerear las orejas cuando nació como es costumbre en España. Esperé a que ella me lo pidiera cuando tuvo uso de razón. Más tarde también se agujereó una ceja y el ombligo, de lo cual ahora se arrepiente, por cierto.
Así que nada de tatu perennes.

Esteban dijo...

A mí tampoco me gustan los tatuajes, estimado amigo. Lo veo igual que tú: una agresión al propio cuerpo, que además de las consecuencias que mencionas puede suponer problemas añadidos caso de tener que pasar algún día por un quirófano, lo que es bastante probable a lo largo de una vida.

Como Maluca, también extiendo mi pensar a los pendientes. Su comentario me hizo recordar más vivamente algo que nunca olvidé. Cuando nació mi hermana, a mi me faltaba poco más de un mes para cumplir los cinco años, y querían ponerle pendientes, era tan pequeña... Al enterarme de que le iban a hacer unos agujeros en las orejas, me puse como una fiera, pelee y luché físicamente con mi madre y mis tías e impedí que lo hiciesen... en su primer intento. Pero, claro, lo acabaron haciendo en algún momento en el que yo estaba jugando en la calle, me enfadé mucho y estuve días sin hablarles. Curiosamente, cuando mi hermana tuvo una niña, no le puso pendientes, su hija lo hizo ya mayor con más de veinte años. Qué recuerdos, aquel sigue siendo a día de hoy uno de los mayores disgustos de mi vida. En fin. Saludos, Maluca. Celebro tu decisión.

Un fuerte abrazo, tocayo.

Inma_Luna dijo...

A mi si me gustan y tengo , pero como todo en exceso...pues ...
Besos

Ricardo Tribin dijo...

Coincido contigo, mi querido Esteban.

No me agradan y creo que es un dolor innecesario.

esteban lob dijo...

Te comprendo Elvira, en eso de respetar los gustos de esas personas tan cercanas, pese a que nunca harías lo mismo.

esteban lob dijo...

Pero, Rafael Humberto, pareciera que millones en el mundo parecieran no darse cuenta de ello.

esteban lob dijo...

No me cuesta imaginar, Gabriela, que tu amiga se haya arrepentido y lamentado sus "pecados de juventud".

esteban lob dijo...

Yo con mi señora, amiga Maluca, "sí" que agujereamos las orejas de mis hijas, al nacer. Afortunadamente, desde mi punto de vista, ellas jamás se harían tatuajes.

esteban lob dijo...

Debo ser algo inconsecuente,tocayo Esteban, porque en su momento no me objeté lo de los "hoyitos" en las orejas de mis hijas al nacer.

esteban lob dijo...

Por cierto estimda Inma, que no tengo autoridad para objetar tus tatuajes, los que tu misma calificas de no excesivos.

esteban lob dijo...

Eso Ricardo, es a mi entender lo peor. Generarse un dolor evitable.

Rud dijo...

Estimado Esteban
No sé si podría sentirme orgullosa por eso, pero nadie en mi familia ha optado por tatuarse. Hace algún tiempo mi hijo menor estuvo tentado, pero descartó la idea cuando le dije que iba a quedar marcado como el ganado :)
Cordiales saludos, un gran abrazo

esteban lob dijo...

En verdad, apreciada Rud, ningún "miembro"del ganado se tatúa solo.

Abrazo-

Boris Estebitan dijo...

Gran articulo, nunca me han gustado los tatuajes y nunca me los hare.

esteban lob dijo...

Bien tocayo

Manuel dijo...

El que muere por gusto, hasta la muerte le sabe a gloria. Además, por una de mis hijas que tiene un discreto tatu, y según dice ella, ya no se siente dolor, porque lo hacen con máquinas de precisión. ¿?.
Un abrazo.

Ricardo Tribin dijo...

Mi querido Esteban,

Al volverva visitarte confirmo mi completa identificación con tu punto de vista en tu escrito sobre los tatuajes.

esteban lob dijo...

Gracias Ricardo.

esteban lob dijo...

¿Máquinas de precisión, Manuel?
Vaya progreso.

Jorge Atarama dijo...

Se dice que en la cultura védica, quizá la más antigua de la humanidad, que los mantras o sonidos tienen energías especiales que influencian en el sentir y comportamiento de los seres, al igual hay símbolos denominados mandalas, se dice que estos símbolos influyen también al igual que los mantras. Eso sumado a la fe la probabilidad que estos tatuajes influyan positivamente en la personalidad del tatuado.Ya no es raro ver a los futbolistas metiendo un gol y besar sus tatuajes como agradeciendo algo, lo que antes era una buena persignada. Por mi parte no pienso tatuarme prefiero obtener mis motivaciones de los pensamientos y sí de algún mantra. Un gran abrazo desde Lima.

esteban lob dijo...

Otro para ti Jorge y gracias.