Se fueron de este valle en 2009.
En su momento los recordé acá, pero al cabo de estos años vuelvo a hacerlo, ahora en el contexto de añorar historias radiales que viví en plenitud, como partícipe o como auditor.Desde ese entonces hasta hoy, mis lectores se han ido renovando. Ante esta realidad, les ofrezco esta exteriorización de sentimientos, vigentes no obstante el paso del tiempo. El escrito refleja la gloriosa época de la radiodifusión como factor de unidad familiar, todavía sin acceso a whatsapp, mensajes de texto ni skype.
Cuando cuatro amigos se van
Cuatro colegas, cuatro amigos de las comunicaciones, se han ido de este mundo en tiempos recientes.
Con los 4, trabajé en diferentes épocas.
Todas muy recordadas. Todas muy importantes para mí.
Con Hugo Ortega, coincidí en Radio Minería. Hugo era entonces productor de programas, pero yo lo recordaba en mi infancia y adolescencia. Entonces Hugo fue un suceso. Desde la también hoy desaparecida Radio del Pacífico, Hugo había sido uno de los primeros discjockey.
Cada tarde saludaba a sus “chiquillas” que lo seguían con idolatría.
Con Poncho Pérez nos unió Radio Chilena. El venía de Minería y sus show en auditorio, antes del advenimiento de la TV.
¡Cómo olvidar Poncho nuestra llegada cada tarde a los viejos estudios de la calle Phillips en el corazón de Santiago!
Con los 4, trabajé en diferentes épocas.
Todas muy recordadas. Todas muy importantes para mí.
Con Hugo Ortega, coincidí en Radio Minería. Hugo era entonces productor de programas, pero yo lo recordaba en mi infancia y adolescencia. Entonces Hugo fue un suceso. Desde la también hoy desaparecida Radio del Pacífico, Hugo había sido uno de los primeros discjockey.
Cada tarde saludaba a sus “chiquillas” que lo seguían con idolatría.
Con Poncho Pérez nos unió Radio Chilena. El venía de Minería y sus show en auditorio, antes del advenimiento de la TV.
¡Cómo olvidar Poncho nuestra llegada cada tarde a los viejos estudios de la calle Phillips en el corazón de Santiago!
Teníamos 45 años menos, querido Poncho.
Phillips era LA calle de Radio Chilena. Se juntaban las entonces llamadas “calcetineras”, nos asaltaban y nos arrancaban autógrafos. ¡Que tiempos Poncho!
Phillips era LA calle de Radio Chilena. Se juntaban las entonces llamadas “calcetineras”, nos asaltaban y nos arrancaban autógrafos. ¡Que tiempos Poncho!
Yo entraba a la Chilena de madrugada para hacer Enfrentando el Día, luego El Mundo de su Hogar hasta la una y volvía a las 6 y media de la tarde para conversar contigo de deportes en tu programa musical.
Eran 10 minutos en que me preguntabas de todo y, claro, yo tenía que estar muy atento para contestarte también todo, sobre la “U”, sobre Colo Colo, sobre el fútbol internacional, sobre el tenis. Muchas veces, te llevaba un entrevistado, que al llegar a los estudios compartía la euforia desatada en los bajos de la radio, por las niñas que nos esperaban por más autógrafos.
La Chilena era también la casa de los artistas y ahí conociste, te enamoraste y luego te casaste con una de las Cuatro Brujas, el grupo musical en boga en aquel momento.
Luego nuestros caminos profesionales se separaron. La última vez que te vi fue en el Estadio Santa Laura. Yo relataba fútbol en Nuevo Mundo y tu hacías anuncios comerciales en TVN. Ya pasaron varios años, Poncho. No me imaginaba que esa sería la última vez que nos veríamos.
A Patricio Varela, lo conocí en Radio Prat. Venía llegando desde su Concepción natal a conquistar la capital, con su notable voz y su inteligencia comunicativa. Luego coincidimos en Portales. Cómo olvidar, Pato, nuestras improvisaciones en medio de supuestas peleas en que me mandabas en satélite a Marte y yo desde allá te maldecía en un ficticio contacto con los marcianos. Eran tiempos en que las travesuras matinales estaban libres de vulgaridades y en que se nos exigía, no obstante lo liviano del tema, el uso de un castellano bien expresado.
Luego nuestros caminos profesionales se separaron. La última vez que te vi fue en el Estadio Santa Laura. Yo relataba fútbol en Nuevo Mundo y tu hacías anuncios comerciales en TVN. Ya pasaron varios años, Poncho. No me imaginaba que esa sería la última vez que nos veríamos.
A Patricio Varela, lo conocí en Radio Prat. Venía llegando desde su Concepción natal a conquistar la capital, con su notable voz y su inteligencia comunicativa. Luego coincidimos en Portales. Cómo olvidar, Pato, nuestras improvisaciones en medio de supuestas peleas en que me mandabas en satélite a Marte y yo desde allá te maldecía en un ficticio contacto con los marcianos. Eran tiempos en que las travesuras matinales estaban libres de vulgaridades y en que se nos exigía, no obstante lo liviano del tema, el uso de un castellano bien expresado.
A María Virginia Escobedo también la conocí en la Radio Portales de entonces. La última vez que la vi, fue en la Universidad Diego Portales cuando mi hijo Mauricio se recibió de periodista.
María Virginia, con su enorme simpatía y cultura, impartía clases de locución en esas aulas.
Tampoco imaginé que iba a ser la última vez que la vería.
La vorágine de la gran ciudad- somos casi 6 millones de habitantes en Santiago- impide la habitualidad de los encuentros.
Mucho más podría escribir sobre María Virginia, Pato, Poncho y Hugo.
Pero me he quedado mentalmente mudo y con una enorme lágrima contenida.
Tampoco imaginé que iba a ser la última vez que la vería.
La vorágine de la gran ciudad- somos casi 6 millones de habitantes en Santiago- impide la habitualidad de los encuentros.
Mucho más podría escribir sobre María Virginia, Pato, Poncho y Hugo.
Pero me he quedado mentalmente mudo y con una enorme lágrima contenida.
La foto es de
thebluerooms.blogspot.com
thebluerooms.blogspot.com
19 comentarios:
Ah ese mundo de la radio que conocimos. Tú desde dentro, yo "de oídas", nunca mejor dicho. Hoy han recordado aquí, en un programa de radio, la sintonía que se creaba entre la gente oyendo un mismo programa a la vez (había tan poca diversidad). Saludos.
E eu me quedo sem palavras ante um texto tão saudoso, e me vou, deixando um forte abraço de grande admiração e amizade.
Sí Maluca. Los grandes concursos, los cantantes de primer nivel que llegaban a los auditorios, los radioteatros, marcaron tiempos pre televisión. En el caso de los últimos, existía la ventaja de que la chica a conquistar podía ser poco agraciada y una dama joven hacer el papel de mujer mayor y ni se notaba. Jaja.
Gracias Elvira. Te retribuyo con mucho afecto.
Unos tiempos de nostalgia de los que pediste disfrutar de ellos.
La radio es una buena fuente de comunicación de la que te permite pasar buenos ratos e incluso hacer alguna tarea a la vez.
Un abrazo.
Aunque en otro país, mi familia está llena de historias de radio. Mi padre empezó en Radio Panamericana, que todavía existe, aunque en un formato muy distinto que al de su tiempo.
Qué duro perder a cuatro amigos, si cuando se pierde uno es como perder parte del alma. Espero que el tiempo transcurrido te haya servido para ver las cosas con otra luz, una menos triste.
Estoy de acuerdo con respecto a las bondades de la radio Mari-Pi-R,
lo que constituye un concepto válido en todas las latitudes.
Otro abrazo para ti.
El paso del tiempo, Gabriela, ayuda a cicatrizar los vacíos que dejan aquellos que se van, pero su recuerdo perdurará hasta que nos toque hacerles compañía.
Cuando se escribe desde el corazón se llega a los corazones, y cuando se hace con ese natural desprendimiento con que lo haces tú, con ese sencillo arte que tan bien dominas que hasta parece fácil, logras teletransportar esa lágrima hasta nuestros ojos impregnada de la pasión y magia que esas personas pusieron en el maravilloso medio de la radio. No las contengamos, amigo, dejémoslas ir a los océanos, no en balde se unen al pie de las montañas más hermosas de la Tierra.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, estimado tocayo.Son muy lindas expresiones que me llegan profundamente.
Otro fuerte abrazo intercontinental para ti.
Intimo homenaje de amistas y compañerismo que nos regalas. Gracias por compartir.
Gracias a ti, apreciado "colega" jubilado.
Siempre es muy grato recibirte por acá.
GRAN VACÍO IMPOSIBLE DE LLENAR TE HA QUEDADO ESTEBAN, LO ÚNICO QUE QUEDA ES COMPARTIR TU SENTIMIENTO ... ¡GRAN RESPETO POR ELLO!
Grandes comunicadores chilenos, mi respeto para tus grandes amistades.
Gracias tocayo ecuatoriano.
(Nuestros equipos Sub 17 han avanzado en el Mundial de la especialidad que se efectúa acá.Qué tengamos éxito con los nuevos"astros" de este bello deporte).
Tristes partidas, mi muy querido amigo Esteban.
Recibe mi abrazo fraternal.
El mío también, Ricardo.
Qué hermoso recuerdo amigo! Sé también de amigos entrañables que se van y conozco esa añoranza.Bueno es el homenaje que sale del corazón y perdura. Un abrazo cariñoso.
También para ti, apreciada escritora, un fuerte abrazo intercordillerano.
Gracias.
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