Trato de no abusar de mi irrefrenable pasión por el fútbol, para no hacer perder la paciencia con el tema a muchos de mis amables lectores que no comulgan mayormente con atajadas y goles. Sin embargo vuelvo a la carga por una situación que excede situaciones de cancha.
Tiene que ver con aquellos supuestos hinchas que, tal vez, imposibilitados de levantar la voz en su propia casa por temor a sus señoras o quizás por qué otra frustración, se desahogan en el estadio descargando su furia verbal en contra de los jugadores, imposibilitados de responderles.
Hace algunas noches en la ciudad de Talca, situada a unos 250 kilómetros de Santiago al sur, amargados porque el equipo local no podía romper el 0-0 frente a Wanderers de Valparaíso, un grupo situado tras el arco del portero de los dueños de casa Nicolás Peric, no encontró nada más apropiado que insultar de la peor manera al guardavallas, de reconocida entrega por los colores que defiende y que una vez más era factor de éxito. Él había mantenido su arco imbatido y no se le podía culpar porque los restantes miembros del equipo no hubieran marcado en el pórtico adversario.
Al terminar el cotejo, cansado de tanta agresión verbal, Peric corrió hacia la zona desde donde provenían los exabruptos, se subió a la reja de separación y cara a cara procedió a decirles a sus detractores que si alguien se entrega por la causa a fondo son los futbolistas del club (el es su capitán) y no aquellos que escudados en las sombras solo insultan a destajo.
Sin duda las palabras de Peric no fueron en esos términos tan "elegantes". Suponemos que debe haber utilizado frases de acuerdo a las que le gritaron aquellos energúmenos durante largo tiempo. Al bajarse de la reja y volver a la cancha para juntarse con sus compañeros e irse a los vestuarios, el árbitro del partido le sacó tarjeta roja, situación que está dentro del reglamento, aunque el partido ya hubiera terminado.
Incuestionablemente, el bueno de Nicolás recibirá un castigo del Tribunal de Penalidades del fútbol, porque claramente está prohibido que uno de sus actores se suba a una reja divisoria a enfrentarse con el público, pero personalmente lo comprendo. Por más que paguen su entrada, es indignante que hinchas escudados en la multitud, insulten y denigren a los futbolistas, pensando que estos son de cartón y que nunca van a reaccionar.
La foto es de:
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15 comentarios:
Esteban:
Es comprensible el desahogo de Peric, los hinchas no deben insultar a los jugadores, porque jueguen bien, el hace su trabajo. La mejor manera de responder a los insultos, fue mantener su valla invicta, pienso que fue innecesario responder a los insultos, ya que el jugador sabia que se exponía a una tarjeta roja, con el consiguiente castigo.
Saludos
Debe haber estado más que harto para reaccionar de esa manera, sabiendo a lo que se arriesgaba. Tal vez yo hubiera hecho lo mismo de estar en su lugar.
Francisco:
Hay precedentes en el fútbol mundial de jugadores que han perdido la paciencia. No es lo recomendable, pero cuando se está con exceso de pulsaciones motivadas por el juego,al menos se entiende.
Gabriela:
jajaja, amiga. Por más que trato, no te imagino colgada de la reja insultando a los hinchas.
Un beso.
Habría lamentado que algún hijo mio se hubiese hecho arbitro, precisamente por lo mucho que se les vitupera. Por supuesto que comenten equivocaciones en acción y omisión, pero quiero creer que son profesionales y tratan de hacerlo bien. Siempre hay un límite.
Marcos:
Así pasa con los árbitros, pero en este caso la furia de los hinchas se desató en contra del arquero de su propio equipo.
Esteban, creo que es hora de ir cambiando el chip: ahora muchas señoras gritan en el estadio quizá por sentirse cohibidas en sus casas delante de sus maridos.
Saludos,
A la luz del relato de Esteban, la actitud de estos malos hinchas del fútbol me hace recordar al Cura que en su misa dominical reprende severamente a los feligreses asistentes, por aquellos que no van a la iglesia.
ja, ja
Me refería a la explosión de furia más que a repetir el hecho mismo.
Maluca:
Notable observación.
Concluyo en que fui muy parcial y machista en mi comentario, amiga.
Joaquín:
Efectivamente. También aquel es un desahogo impropio, en que pagan literalmente "justos por pecadores".
Gabriela:
Ya lo pensaba así, pero de todos modos me hizo gracia imaginar en que estabas colgada de la reja.
Creo que nos convertimos en verdaderos animales cuando le damos rienda suelta a nuestros egos.
un abrazo
fus
Fus:
¡Bienvenido al blog!
Totalmente de acuerdo contigo. Y hay un hecho que me da más bronca, y es ver cuando insultan a un joven jugador, haciendo sus primeros partidos en el equipo. Y se dicen hinchas.
Marcelo:
Y los hay todavía peores.
Los barra brava de Colo Colo pararon hace unos días al bus de Colo Colo, para amenazar a los jugadores y cuerpo técnico interino.Ahora aparece el DT momentáneo, diciendo que comprende a los fanáticos aquellos y que sin ese apoyo el club no podría subsistir. Solamente cabe agregar ¡PLOP!.
Hace ya muchos años trabajé en una empresa de retail que allá en Chile la conocen como Falabella y mi jefe justamente era árbitro. Lo primero que le pregunté fue si no le indignaba los insultos de la tribuna y me contestó: "tengo dos madres, la verdadera y otra la del estadio". Saludos desde Lima Esteban.
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