Los rojos le ganaron a "la roja"

Los aficionados españoles que asistieron en El Madrigal de Villarreal al amistoso de fútbol entre los campeones de Europa (EN LA FOTO) y la selección de Chile, no tenían por qué saber que el egoismo, tozudez y desubicación de dirigentes y entrenadores de nuestro medio, habían significado que algunas figuras en la victoria por eliminatorias ante Argentina no hubieran podido viajar.

Con un criterio mezquino y sin luces, aquellos "criteriosos" impusieron la presencia en el campeonato local de las figuras en sus clubes, en lugar de cumplir con lo pactado en cuanto a dotar a Marcelo Bielsa de una cooperación decidida, privilegiando los intereses de la selección, porque por muy amistoso que hubiera sido el cotejo en Europa de hoy, no todos los días nuestros futbolistas se pueden dar el lujo de actuar ante tamaño combinado. Para qué se hacen esfuerzos denodados con miras a procurar rivales de esa categoría, si a la "hora de los quiubo" se privilegia el certamen interno, por muy en etapa postrera que se encuentre. Y eso que de haber viajado, todos podrían haber estado de vuelta antes de la fecha a jugarse este fin de semana.

El hecho es que Chile tuvo una actuación digna, no obstante lo cual cayó inapelablemente.

Un gol en el primer tiempo marcado por Villa de penal (bastante dudoso), hizo la diferencia hasta bien avanzado el partido. Pero la genialidad del "niño" Torres quién sacó a pasear al defensa Fuentes para lanzar cruzado con notable precisión y el tercer tanto, algo fortuito, debido a que el tiro de Cazorla rebotó en un chileno para descolocar al arquero Bravo, magnificaron el marcador final de 3-0.

Bielsa se la jugó con "su" equipo titular de hoy hasta los 40 minutos del segundo tiempo, muy tarde para intentar dar un vuelco desde la banca y tiempo insuficiente para ver a Jorge Valdivia, quién dispuso para su supuesta"magia" de escasos 5 minutos y los pocos descuentos.

La diferencia colectiva e individual de los rojos españoles sobre "la roja" de Chile, hoy de blanco, fue notoria, dentro de un margen previsible.

En suma, queda el amargo sabor de no haber contado el elenco nacional con su dotación total y la convicción de que Bielsa, autor indiscutible del progreso del fútbol chileno en los últimos tiempos, es fiel a sus ideas fijas, como insistir, por ejemplo, durante todo el partido con darle protagonismo a Matías Fernández, quién hoy estuvo errático, dubitativo, poco gravitante como conductor y, además, particularmente lento para desprenderse de la pelota, cosa que hacía cuando ya sus compañeros estaban sobremarcados.

Sin duda en otros partidos Matías ha sido figura en la selección, pero esta vez se le esperó durante demasiado tiempo.