Estoy asombrado al leer la columna de hoy de Juvenal Olmos en La Tercera. Ya no se trata solamente de pontificar sobre lo humano y lo divino del fútbol como si nada, después de haber sido el principal protagonista de la eliminación de Chile para el Mundial de Alemania. Lo que me deja diciendo Plop es que Olmos propone a David Pizarro como integrante indispensable de la selección nacional, en circunstancias que durante el mandato del ex DT del "equipo de todos" lo minimizó habitualmente, entregándole roles distintos a aquellos en que Pizarro podía desempeñarse mejor, con el agregado que en un partido lo sacó abrupta e inexplicablemente del cuadro durante el cotejo, lo que desató la ira del porteño.
También estoy asombrado porque Rafael Olarra en una de las primeras jugadas del encuentro de anoche ante Colombia, al no poder frenar a un rival, protestó airada y destempladamente al juez de línea por el no cobro de un fuera de juego que, en realidad, no existió y que bien le pudo haber costado una amarilla gratuita al actual jugador de Maccabi Haifa.
Estoy asombrado porque en la misma noche en que el arquero Claudio Bravo se comió el segundo gol colombiano con una falla inexcusable, de principiante, otro portero tuvo un error similar en una final sudamericana. Rogerio Ceni, ídolo y baluarte de Sao Paulo, perdió una pelota parecida a la de Bravo, ante Internacional de Porto Alegre, en este caso en la final de la Copa Libertadores, solo minutos después de la chambonada del ex colocolino en el Nacional y el gol que generó con su error fue decisivo en la derrota de los paulistas.
Igualmente estoy asombrado porque en el marco de los líos faranduleros de algunos futbolistas de la roja, un programa de televisión especializado no encontró nada mejor que decir que estaban haciendo todos los esfuerzos para conseguir que Jorge Valdivia contestara unas versiones, el mismo día en que el jugador se encontraba concentrado con sus compañeros esperando el partido del atardecer ante los colombianos, en que obviamente merecía la mayor tranquilidad. . No sé si a la larga se produjo el contacto porque no tuve aguante como teleespectador de hacerme cómplice de una situación tan abominable, por lo que cambie de canal.
Finalmente mi asombro tiene que ver con una columna en El Mercurio de homenaje al recientemente fallecido ex futbolista Rubén Marcos. Ahí se destaca una anécdota en que el deportista en sus años de éxito, golpea a un arquero juvenil de la época "pa' que sepai quién manda en la "U". (Es una interpretación libre del diálogo expuesto en aquella nota). Por supuesto que una actitud matonesca como aquella, no ayuda al mejor recuerdo del extinto. Pero tal vez nos ayude a pensar que las personas no por muertas, hayan carecido de defectos graves.
jueves, agosto 17, 2006
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3 comentarios:
Un saludo y una bienvenida al mundo de los blog. Los post están muy buenos. Felicitaciones.
..."Y ya estamos decididamente enfrentando el día"...esa frase que escuchaba cada mañana por un conductor radial con un estilo propio... ahora hay que escribirla.
Inolvidable don Esteban.
Saludos
Herman: agradezco enormemente su comentario acerca de aquellos tiempos, para mi inolvidables.
Gracias igualmente por la bienvenida al mundo de los blogs.
Idem!! Buenisimo. Voy a leerlo con más calma. Pero, por lo pronto, un saludote de bienvenida.
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